Helier entró en la celda de Noah y se detuvo frente a él. Su actitud, ahora, era de máxima alegría.
—¿Listo para el viaje? —preguntó.
El chico levantó la mirada para encontrar los ojos del subcomandante.
—Espero que sea mejor que estas cuatro paredes.
Se puso de pie apoyando su espalda a la pared y levantó una de sus manos hasta la altura de su rostro.
—¿Qué es esto? Es muy sofisticado para ser solamente un adorno.
—Obviamente —afirmó Helier—. Esta pulsera que estás usando es un juguetito que desarrollamos en uno de nuestros laboratorios. Lo utilizamos para controlar el poder mágico.
—¿Eso quiere decir que aunque quiera no puedo usar mi magia ahora mismo?
—Puedes usarla —aclaró el hombre—, pero no tendrá ni un cuarto de la potencia que tiene normalmente.
—O sea que es inútil que lo intente siquiera —concluyó arqueando las cejas.
El subcomandante se encogió de hombros y llamó a dos guardias.
Estos escoltaron a Noah por el pasillo mientras Helier caminaba delante de ellos, guiándolos.—¿Ni siquiera me vas a esposar o algo? —rompió el silencio Noah.
—Mientras tengas mi pulsera en tu muñeca derecha todo está bien.
—¿A dónde me estás llevando?
—Ya lo sabrás cuando sea el momento.
Una mujer, de al menos una década mayor que el subcomandante y de cabello rubio cenizo, se acercó a ellos dos antes de que llegaran a la salida.
—Subcomandante VanHeli —saludó formalmente—, mi nombre es Liria y vengo a llevarme a Noah Nyclock de vuelta a Sannhet.
—Lo siento, pero Noah fue procesado por el jurado de Allvar —refutó Helier—. Su sentencia ya ha sido dictada. A menos que tenga algo más que aportar, agradecería que se apartara de mi camino. Si no quiere volver a su tierra puede hacer turismo por la ciudad —una mueca de desagrado se manifestó en el rostro de la mujer, que escuchaba incómoda aquellas palabras—. Espero que no nos volvamos a ver. Adiós.
Helier me dio un empujón en la espalda y comenzamos a caminar nuevamente.
—Vas a lamentar esto, VanHeli. Capturaré al fugitivo cueste lo que cueste —gruñó la mujer, que quedaba en la oscuridad del pasillo mientras se alejaban de ella.
Al cruzar la última puerta de aquel laberinto el aire golpeó el rostro de Noah. Tuvo que cerrar sus ojos por la claridad que no había recibido los últimos días. Ante él se erguía un paisaje hermoso y pacífico:
el camino estaba asfaltado y a sus costados diferentes puestos de venta comenzaban a abrir como cualquier otra mañana; el sereno mar que se veía al final del camino hacía contraste con el cielo despejado. Noah ladeó su cabeza para darse cuenta que, en otra dirección, yacía lo que seguramente era la ciudad: casas inmensas, edificios y rascacielos totalmente blindados se erguían de la manera más sencilla y detallista del mundo.
ESTÁS LEYENDO
Sunshine [Herederos Mágicos #1] © ✓
FantasyCon el poder de Sunshine en juego, comienza la cacería de los Tesoros del Sol. Noah Nyclock es un heredero mágico y, además, uno de los elegidos para acabar con el mal que rodea la isla Utsikt. Con más peso en su espalda del que cree, este chico y...