Todos salimos de la van de Marcela, Samuel va directamente a la parte posterior a conseguir la silla de ruedas. Soy una gran bola de nervios cuado doy un paso fuera de la camioneta, todavía sorprendida que siquiera estoy aquí con el.
Después de que el pusiera afuera la silla de ruedas, Samuel trato de ayudar a salir a Miguel, pero el movió su mano lejos.-Puedo hacer esto.
-Lo se.Samuel retrocede deteniendo la silla y dejando a su hermano subirse el solo en ella. Es increíble verlo. Que tan bien se puede mantener. Su mamá llega y saca una vieja pelota de baloncesto antes de cerrar. En resumen, es una vieja cancha de baloncesto en el mismo lado de la ciudad que el gimnasio. Hay unas gradas de metal, a lado ahí hay otras personas en sillas de ruedas, que ya están en la cancha. Samuel estira su mano, y Marcela le pasa la pelota. El va hacia la cancha con Miguel, mientras caminamos hacia las gradas.
Un minuto después, Samuel le estaba pasando la bola a Miguel y se nos une.
No puedo quitar mis ojos de ellos. Todos son adolescentes excepto el entrenador que esta en una silla de ruedas por el mismo. No están jugando ni nada, sino ejercicios de ejecución, como lo harían en cualquier otro juego de baloncesto: lanzar, pasar, cosas de ese estilo.-¿Muy bueno, no? -Estoy en medio de Samuel y su mamá, pero al el lo siento mucho mas.
-Si, es increíble.
-Ellos no han estado en juegos ni nada todavía. Ed, el entrenador, lo hace por su cuenta. No es una liga real o cualquier cosa, pero están trabajando en ello, tratando de encontrar a la gente para que puedan jugar.Estoy asombrada. ¿Como supe que no era sobre esto? No puedo apartar mis ojos de Miguel y los chicos, pasando la pelota alrededor y lanzándola. Son buenos. Mejores de lo que nunca espero ser.
-Pienso, que probablemente, esta es la mejor cosa que he visto - Estoy envidiosa. Que ellos están ahí afuera, sin miedo, yendo por ello. Yo nunca podría hacer eso. Es inspirador.
Me las arreglo para quitar mis ojos del juego para mirar a Samuel. El me esta estudiando tan intensamente que se que ha descubierto algo. Un profundo, oscuro secreto que nunca supe estaba ahí.
-Podemos agradecerle a Samuel por encontrar esto para el. No hubiéramos sabido de ello por el contrario -Marcela le sonríe a su hijo.
-¿Encontraste esto para Miguel? -Mis entrañas se hacen papilla. No el tipo de lloriqueo sin embargo. Esto es territorio peligroso, pero me siento como un rebelde.-Eso es...dulce.
El no respondió, solo se vuelve a mirar a su hermano otra vez, así que hago lo mismo. No hablamos más. Su práctica solo dura alrededor de cuarenta y cinco minutos y después los demás empacan y se van a excepción de Miguel. El llama a su hermano.
-Ya regreso.
El trota hacia abajo en las gradas. Un minuto después el esta botando el balón a su hermano.
Se puede ver la concentración en el rostro de Miguel, esperando el momento perfecto. Luego el ataca, robándole el balón a Samuel. El no lo bota, pero lo sostiene en su regazo mientras rueda hacia la canasta y dispara.-¡Tiro afortunado! -Samuel lo acosa.
Es increíble para ver. Es impresionante. No puedo dejar de decirlo.
-El es increíble.
Me toma un minuto darme cuenta que lo llame increíble enfrente de su mamá. Ella no se inmuto. Ella solo sonríe, perdida en sus chicos de la manera en que estoy perdida en Samuel.
Bueno... tal vez no de la misma manera.-Lo es ¿no? -Ella suena casi triste -El trata de hacer todo. Cree que puede sostener al mundo entero. Es tan inteligente, divertido. Dios el amaba la vida. Un poco problemático pero nada malo. Ahora es como un viejo de cincuenta años atrapado en el cuerpo de un chico de 25 años. Trabajando como loco. Incluso cuando el todavía esta en el instituto. Siempre conservando dinero para mayor, para ayudarme, sabiendo que no lo voy a tomar. Yendo a cada cita de Miguel que pueda. Creo que el piensa que puede regresarle a su hermano todo lo que hemos perdido.
El muro esta completamente abajo. Todas las dudas que tenia sobre el, desvanecidas, devoradas por las palabras de su madre. Parte de mi espera que mi silencio será su combustible para llenarlo. Para darme mas información sobre el, pero luego me siento culpable. Quiero que todo lo que sepa de Samuel venga de el. Pero Miguel me salvo.
-¡__(tn)! ¡Ven aquí y juega Samuel me esta utilizando!
-¡Si, claro! ¡No se ni como botar una pelota de baloncesto! -Llamo de nuevo, pero de pie de todos modos. Entonces recuerdo que Marcela estaba hablando, pero cuando miro atrás, me esta mandando con ellos. Miguel me lanza la pelota cuando llego a ellos.-Todo el mundo puede botar. Solo tienes que hacerlo y ver si puedo quitártela.
Samuel retrocede, sonriéndome, pero lo ignoro. Esto es por Miguel. Empiezo a rebotar la pelota y el rueda hacia mi. Cuando llega lo suficientemente cerca, lo recojo para dar la vuelta.
-¡Oye! ¡Eso es trampa!
-¿Lo es? Mierda. Lo siento.
-Si, no puedes mover tus pies con la pelota en tu mano. Estas corriendo.La boto otra vez, concentrándome en lo que hago. Miguel vuelve hacia mi otra vez y lentamente troto lejos, todavía botando la pelota. No rebota en mi pie ni nada.
-¡Oye! Soy muy buena en esto -Río, pero el alza su mano y me quita la pelota y la lleva lejos de mi. Tal vez no...
-Bueno, espera. Voy a tratar otra vez.Determinada esta vez, la boto otra vez. Me dirijo por la cancha, no demasiado rápido, pero Miguel esta justo a mi lado. Cuando llego a la canasta me detengo sin saber que hacer.
-¡Se supone que debes disparar! - Miguel esta tan cerca ahora... ¿Cómo no había pensado en eso? Lanzo la pelota arriba y golpea en el anillo, duro, y vuelve hacia mi. La esquivo por que las pelotas que vuelan a mi cabeza no son lo mío.
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ENTRENADOR PERSONAL; Vegetta777 -ADAPTACIÓN-
Fanfiction____, de veinte años, está cansada de que el Instituto Elite Hillcrest le haga la vida imposible porque no es una talla dos. Este verano, ella contratara a un entrenador personal para ayudarle a perder peso. ____ no esperaba que su entrenador fuera...