ENTRENADOR PERSONAL; Vegetta777 -ADAPTACIÓN-

Capitulo 52

-Estas muy tranquila. ¿Estás pensando en tu madre?

Uf, no lo estaba, pero ahora escucho todas sus palabras de nuevo. Todos los comentarios que me ha hecho durante estos años. La forma en que soy lo suficientemente buena para Samuel, pero no para ella.

-Yo habría hecho cualquier cosa para hacerla feliz. Para gustar por como soy, pero ahora, me doy cuenta de que probablemente nunca sucederá.

-Hey. No- Él se da vuelta y yo también. Ahora estamos mirándonos el uno al otro. -Ella te ama. ¿Esas cosas que me dijo? Eso es porque ella quiere estar segura de que no lo estoy jodiendo contigo. Yo solo, no lo sé. No creo que ella realmente sepa cómo hablar contigo, o algo así, pero no creo que no seas lo suficientemente buena. Y ni se te ocurra pensar que ella se siente bien.

Todo dentro de mí se animó con sus palabras. Son reconfortantes aunque no estoy segura de que sean ciertas.

-A ella le gustan las cosas perfectas. Yo no soy perfecta.

-¿Quién coño es? Yo sé que no lo soy. Lo único que podemos hacer es lo mejor que podemos. Eres increíble, __(tn). La forma en que estas con Miguel. En el baloncesto con él y los juegos de cartas. La forma en que te mantienes a mí alrededor a pesar de que no te digo las cosas que tu me dices. Es imposible que no lo sepas y no ver lo increíble que eres.

Está equivocado. Él es perfecto. Está en la punta de la lengua para decirle, pero habla antes que pueda.

-Debes hablar con ella. Realmente hablar con ella. Dile cómo te sientes y déjala real contigo. Apuesto a que se darán cuenta de que tienen más en común de lo que piensan. Y si no lo haces, meterás la pata. Hiciste lo que pudiste por ella.

-De ninguna manera. No puedo hablar con ella. No haz hablado con mi mamá, Samuel. Ella sólo ve lo que quiere. Además, estoy tan enojada con ella en este momento, yo no creo que quiera hablar con ella otra vez.

Sonriéndome, niega con la cabeza.

-Bueno, para que conste, yo estoy en el equipo de hablar con tu mamá. Haz llegado tan lejos, nena. Creo que tu último obstáculo es ella.

-No quiero hablar de ella.

Él mira su teléfono celular.

-Se está haciendo tarde. ¿Quieres que te lleve a casa?

No quiero ir a casa. Yo lo quiero a él. Lo amo y todo dentro de mí quiere dar el siguiente paso. No es para demostrarle que lo amo, porque creo que ambos hemos mostrado cómo nos sentimos el uno del otro. Los dos sabemos lo que sentimos, pero quiero algo físico. Otra cosa que es sólo nuestra.

-Le envié un mensaje a mi padre y le dije que no voy a llegar a casa esta noche.

De repente, es Justin el que parece nervioso. Se muerde el labio.

-¿Quieres quedarte toda la noche?

Puedes oír cómo trata claro, pero la forma en que su voz se quiebra, la verdad se abre paso. Él está tan nervioso como yo. ¿Ha hecho esto antes?

-Si. Si quieres llevarme a casa, lo entiendo. Yo solo...

-Te quiero aquí, __(tn). Tienes que saber eso- Sin decir una palabra, se levanta, apaga el televisor y se asegura de que su puerta de entrada está cerrada con llave.

Caminando de regreso a mí, él me tiende la mano. La tomo, cerrando los dedos juntos mientras nos dirigimos de nuevo a su habitación. Esta vez, cierra la puerta detrás de nosotros, bloqueándola.

-No hay presión- dice, leyendo mi mente.

Mi corazón está latiendo más rápido de lo que lo ha logrado, pero de alguna manera, cuando sus labios tocan los míos, su calmante, como una melodía mi corazón está en sintonía, se ralentiza para que coincida con el ritmo.

Nuestras bocas coinciden perfectamente, nuestras lenguas bailan a la música mía y de Samuel. Conozco su gusto y me pregunto si el mío es tan familiar para él. He memorizado el tacto de sus manos en mi pelo como lo es ahora. La forma en que pasa los dedos por los mechones cuando se profundizan nuestros besos. Es tan nosotros. Tan natural como me siento siempre con él.

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Apartándose, Samuel agarra mi mano y me lleva a la cama. Cuando me siento, se arrodilla frente a mí, deslizando una de mis zapatillas abajo, entonces el otro.

-Podemos estar en la cama y celebrar entre sí toda la noche, si eso es lo que quieres. No espero nada.

-Lo sé- Mirando hacia él, continúo. -¿Has hecho esto antes?- No estoy segura de por qué quiero saber.

-Si. Con una chica. Pero no es lo mismo. Nada se siente como lo hacemos juntos. Nadie se siente como tú- Y por primera vez, Samuel se sonroja.

-Yo no. Estoy seguro de que lo sabías, pero sí, yo no- Con sólo el menor temor, el miedo tan pequeño que es eclipsado por la manera que conozco bien esta, digo. -Pero quiero. Contigo. Nadie se siente como tú tampoco- Él me da una sonrisa vulnerable. No molestia, no arrogancia. Sólo un chico. Sólo Samuel.

-¿Tienes protección?

Él asiente con la cabeza, luego se levanta, tira de un paquete de papel de su bolsillo y lo coloca en la mesa de noche. A continuación se saca la camisa y cae en el suelo. Sus pantalones cortos le siguen, comenzando una pila con su camisa. Está usando nada más que sus boxers, y es hermoso. Encuentro mi camino a mis pies, mis manos tocan su estómago, su pecho, sus hombros, su espalda. Lo voy a explorar de la forma en que dijo que podía. El calor de su piel tocan mis dedos de la manera más deliciosa.

-¿Puedo?- Sus manos están en la parte inferior de la camisa, y se están agitando suavemente.

Incapaz de encontrar palabras, asiento con la cabeza. Samuel tira de la camisa sobre mi cabeza. Estoy en sujetador. En sujetador delante de un chico y no hay vergüenza porque es él y él me ama y no puedo hacer nada sin Samuel a mi lado.