Hechizo 5

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Los ronquidos de Pete no le permitieron seguir durmiendo. Soltando un reniego y ya a medias despierto, estiró su brazo y de un empujón lo mandó hacía el otro extremo de la cama. Pete rodó sin despertar y sin dejar de roncar.

Bright respiró profundo y se dio la vuelta, acomodó su cabeza en la almohada para intentar dormir cuando, de repente, lo imposible apareció ante sus ojos:

Win Metawin, su vecino, el ser más bello sobre la tierra y el más grande objeto de su amor, estaba de pie frente a él, observándolo.

No pudo hablar, apenas si pudo lograr seguir respirando. Sólo se quedó ahí con los ojos abiertos de par en par observando lo que estaba frente a sus ojos.

La figura dio un paso hacia delante y ese simple movimiento bastó para descongelarlo; parpadeó, apretó los ojos, creyendo que así la ilusión frente a sí se disiparía, pero no sucedió. Lejos de desaparecer, éste dio otro paso hacia él sin decir una palabra, observándolo fijamente.

Sin esperárselo, vio como éste se sentaba a su lado.

Quiso hablar, pero nada salió de su boca, ni siquiera su cuerpo se movió. Por un momento pensó que estaba sufriendo ese tipo de trastornos del sueño que daba algunas veces.

Pero no. No era eso. Porque en ese tipo de sueños el olfato es inexistente y podía jurar que su vecino olía a lo más delicioso que pudo haber olido alguna persona alguna vez. Sólo sus rasgos finos pudieron robar su atención del delicioso aroma que ingresaba por sus fosas nasales. Era precioso, su vecino, con el que había soñado desde hacía meses, era más precioso de lo que creyó.

Tragó saliva cuando vio que su vecino se inclinaba hacia él, observándolo más cerca, con intensidad.

— Pareces tan real —le escuchó decir, antes de ver como la mano de este se estiraba y tomaba sus cabellos, acariciándolos — Eres bellísimo. Bellísimo.

Impactado, miró a su derecha, sólo para comprobar que Pete seguía profundamente dormido a su lado, ¿un sueño podía ser así? ¿Podía ser tan real? Cuando volvió la vista, Win Metawin estaba aún más cerca, casi sobre él, con ambos brazos a cada lado de su cuerpo.

— Pensé que no iba a funcionar, pero funcionó y... es maravilloso. Eres...eres maravilloso —se inclinó y rozando con su nariz su mejilla, olisqueó su piel, rozando sus labios al mismo tiempo—. Mm, y hueles delicioso...eres...eres tan suave—añadió.

Estupefacto por lo que acababa de oír, no se movió, ni siquiera cuando su vecino tras descender, hundió su rostro en su cuello, aspirando con fuerza.

— Perdóname Bright —le oyó decir, justo antes de sentir los labios y la lengua de éste rozar la piel de su cuello. Un escalofrío lo envolvió al mismo tiempo que una mordida le hizo soltar un gemido —. No puedo resistir más...quiero...quiero besarte — confesó, ascendiendo hacia su rostro y observando sus labios con una mirada oscura.

Parecía otra persona, para nada era el Win Metawin inocente que él se imaginó. El despistado vecino que no se daba cuenta que frente a su casa tenía a un hombre a sus pies. Éste podía calificar como el sueño más extraño que había tenido hasta ese momento en su vida.

Y el más excitante, claro.

No pudo pensar más, en tan solo unos segundos tenía los labios húmedos y cálidos de Win tan cerca de los suyos que, al sentir su aliento, todo su cuerpo reaccionó en anticipación.

— Eres un sueño —susurró el otro antes juntar su boca a la suya.

Una corriente eléctrica recorrió cada rincón de su cuerpo, con tal fuerza que creyó imposible que un sueño pudiera ser tan real.

Sortilegio #Brightwin #SarawatTineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora