Hechizo 6

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El timbre sonó insistente. Pete se removió en la cama, y aun medio dormido estiró su brazo para mover a Bright, pero éste no mostró ninguna señal de querer despertar. Después del quinto toque, Pete, perezoso y con los ojos apenas abiertos, se levantó de la cama y arrastrando los pies, se dirigió a la puerta. La abrió con descuido, soltando un gran bostezo frente a quien momentos antes había tocado.

Cuando cerró la boca y fijo sus ojos en la persona delante de él, pudo notar a una señora elegantemente vestida, de aproximadamente cincuenta años y bastante guapa.

— ¿Es usted Bright? — preguntó con la mirada altiva.

— No, él está adentro —respondió Pete, señalando despreocupadamente con su pulgar la habitación donde Bright aún dormía.

La guapa mujer digirió su mirada hacia la habitación que Pete había señalado y se quedó observándola por largos segundos. Luego, sin decir más, se dio la vuelta y se fue.

Pete se extrañó, pero reaccionó tarde, cuando preguntó su nombre, la mujer ya estaba muchos pasos lejos de él. Siguió su caminar con mirada, y grande fue su sorpresa al ver que ésta ingresaba a la casa de en frente: la casa Opas-iamkajorn.

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Cuando Bright despertó, el olor a carne asada invadió sus fosas nasales. Se removió inquieto y tomó su celular ¡Doce del mediodía con trece minutos! De un brinco salió de la cama y fue hacia la cocina. El olor a comida era más fuerte ahí y al ver a Pete con la espátula en la mano, recordó todo: lo raro del día anterior, los hechos extraños y...el sueño con su vecino.

— ¡Oh! El príncipe dormilón despertó. Pensé que ibas a dormir todo el día jovencito — saludó burlón.

— ¿Por qué me dejaste dormir tanto?

— Créeme, traté de despertarte, pero duermes como una roca. Anda, siéntame a la mesa —ordenó, al mismo tiempo que señalaba con su cabeza la pequeña mesa, que lucía ya un delicioso desayuno —. Si no comemos ahora, no nos alcanzará el tiempo.

— ¿El tiempo? —preguntó Bright, rascándose la cabeza, al mismo tiempo que tomaba asiento— ¿Para qué?

— ¿Cómo que para qué? — soltó, apagando la estufa, y tomando dos platos— Hoy tu día cambiará para siempre Bright.

— ¿Qué?

— Qué bueno que has dormido mucho, tu piel se ve excelente —apreció, llevando los dos platos recién servidos a la mesa.

— ¿Mi piel? ¿de qué estás hablando Pete?

— Hoy invitarás a salir a Win, ¿no te acuerdas?

— ¡¿Qué?!

— ¿De qué te sorprendes? Te lo dije ayer.

— Pero...

— Nada de peros. No estarás pensando aparecerlo de nuevo, ¿no? —la sola sugerencia le puso las mejillas coloradas.

— Ya te dije que no sé qué pasó, además... ¿pasó? Es decir, ¿en verdad lo viste en...?

— Lo vi sobre ti, Bright.

La confirmación le hundió el corazón en el pecho y un temblor repentino envolvió su cuerpo.

— Es que...no entiendo, ¿Cómo? ¿Cómo puede pasar algo así?

— No le des tantas vueltas, seguro estabas teniendo un sueño caliente y ya sabes, lo apareciste para hacerle cositas —bromeó, moviendo sus cejas de manera sugerente y dándole un mordisco a un gran trozo de carne.

Sortilegio #Brightwin #SarawatTineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora