Hechizo 13

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No supo por cuanto tiempo perdió la consciencia. Sólo supo que no se encontraba en el mismo lugar.

Con la mente confundida y el cuerpo supremamente pesado, comprendió, después de un momento, que su único sentido totalmente despierto era la audición. Es justo por eso que supo que no se encontraba en el mismo lugar, porque no se oía nada; ni las voces, ni la música electrónica, ni los meseros recogiendo pedidos, nada.

Intentó abrir los ojos, pero sus párpados pesaban demasiado, al igual que su cuerpo. Trató de hablar, gritar, pero no pudo, nada salía de su garganta. Era como si estuviera en un sueño, en esos donde el cuerpo se queda paralizado y la única solución es relajarse para poder moverse. Entonces intentó ello, tomó aire y lo dejó escapar lentamente un par de veces antes de intentar moverse otra vez. Sus dedos tamborilearon un poco. Fue ahí cuando descubrió que el sentido del tacto había vuelto, porque notó la suave tela bajo sus dígitos y el material blando bajo su cuerpo, ¿estaba en una cama o quizás un sofá? No acababa de interrogarse cuando sintió unos dedos fríos rozar su mejilla. Se desesperó tanto que, agitado de repente, trató de levantarse, logrando mover su cuerpo un poco.

— Bright —balbuceó una voz—. ¿Des...despertaste? — farfulló antes de pegar su cuerpo hacia él, abrazándole con todas sus fuerzas, como si fuera un muñeco de trapo. Olía a alcohol—. Mi Bright.

Esa voz. Imposible.

Abrió sus ojos con dificultad, y apenas si pudo distinguir una figura borrosa sobre él.

— Mi dulce Bright —habló la voz, escuchándose con dificultad por tener su cara contra sus ropas—. Quédate conmigo— rogó, quitando su peso sobre él, intentado acariciar su rostro—. No quieres, ¿verdad? —lamentó, pegando su mejilla a la suya —. Lo sé — dijo, antes de abrazarlo otra vez—. Lo sé. Soy el villano de la historia —balbuceó con la voz ahogada— He querido robar....

Estupefacto, y con él sentido de la vista ya casi completamente despierto, pudo comprobar al dueño de la melena castaña que balbuceaba en su pecho. Levantó sus manos para tocar su cabello cuando vio la puerta abrirse de sopetón.

La mujer que él ya bien conocía, pegó un grito y abrió los ojos con sorpresa cuando los vio. Bright intentó hablar, pero antes de que algo saliera de su garganta la mujer ya había levantado el brazo y pronunciado algo que no pudo escuchar.

Todo se puso negro de nuevo.

.

.

Su cuerpo se sobresaltó al escuchar la música electrónica. Abrió los ojos de par en par y supo que se encontraba en el bar, en su silla, en la misma posición que cuando cayó inconsciente.

Levantó la vista y al hacerlo lo vio. Metawin estaba delante de él, en el mismo lugar, casi podía asegurar que en la misma posición. ¿Qué había sucedido? ¿Había sido todo imaginación suya? ¿Un sueño? Sacudió su cabeza, aún confundido y buscó con la mirada a Pete y a Prem, pero no los encontró. Entonces sacó su celular del bolsillo y observó la hora, marcaba apenas unos minutos después de cuando revisó por última vez su celular. Imposible

Se pasó la mano por el rostro y observó otra vez a Metawin, este bebía lentamente de su copa. Le quitó la mirada y, enderezándose, se observó a sí mismo, constatando que todo seguía en su lugar.

Entonces, ¿había sido un sueño?

Estiró su mano y tomó la copa medio llena. La bebió de un tirón.

— No bebas más —le oyó decir a Metawin antes de verlo ponerse de pie y levantar su billetera para meterla en su bolsillo.

¿Se iba a ir?

Sortilegio #Brightwin #SarawatTineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora