Hechizo 7

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A verlo acercarse al auto, el corazón de Bright resonó en todo su cuerpo. Cuando Win llegó hasta donde Pete, que estaba delante del capó, Bright pudo observarlo desde más cerca e igual que en su sueño, pudo apreciar que su belleza era increíble. Traía una sencilla camiseta negra y unos jeans desgastados, sin embargo, se veía maravilloso, igual que en la madrugada. De pronto, un fugaz recuerdo de la noche anterior le tiñó las mejillas de un intenso rosa. Agitado, tomó su celular y empezó a maniobrarlo torpemente, con el tonto objetivo de no ser testigo de nada de lo que sucediera fuera del auto.

Porque sentía que iba a explotar, porque sabía que no iba a resistir mirarlo a los ojos sin recordarlo como en su sueño, sin que su cuerpo recordara todo lo que sintió al estar entre sus brazos.

— El auto no enciende y tenemos una boda — oyó decir, de pronto, a su amigo.

— ¿Una boda? Uno de ustedes se va a...

Su voz —cerró los ojos y lo oyó como anoche— «Eres delicioso.» ¡Diablos! ¿Cómo carajos pensaba conquistarlo si no podía ni mirarlo ni escucharlo sin recordar el maldito sueño?

— Como te decía, somos amigos de los novios y no podemos llegar tarde —escuchó mentir a Pete.

— Oh, entiendo.

— No somos de la ciudad y no podemos llamar un taxi desde aquí porque tendríamos que caminar hasta la...

— Pero, ¿él no vive aquí desde hace más de 7 meses?

Estúpido Pete.

— ¿Te refieres a Bright? Ah, sí, sí, pero... él es muy distraído, no conoce nada, apenas si sabe dónde vive. La vez pasada estuvo dando vueltas por toda la cuadra porque no encontraba su propia casa.

¿Se puede ahorcar a los amigos?

El impulso repentino por salir del auto y aclarar que él no era así, que no era ningún distraído, lo hizo removerse inquieto en su asiento. Por todos los cielos, Pete lo estaba dejando como un tonto. pero escuchar la voz de Win lo detuvo. Ya mataría a Pete cuando estuviera en casa.

— Ah...es distraído... entiendo...Entonces, ¿qué necesitan?

— ¿Puedes llevarnos?

Bright se quedó estupefacto en ese momento, ¿cómo podía ser su amigo tan directo? Cerró los ojos sabiendo que su vecino no iba a aceptar, ¿Quién llevaría a dos extraños a una boda cuando podían simplemente tomar un maldito taxi?

— Claro, un momento, voy a sacar mi auto.

Increíble.

Segundos después su vecino salió caminando apresurado hacia su casa. Cuando Bright supo que se había ido, salió del auto dispuesto a huir. Dispuesto a no seguir con el plan, sea lo que fuere que Pete haya planeado.

— Pete, lo siento, pero yo no...

— Está interesado.

— ¿Qué?

— Me hablaba a mí, pero sólo te miraba a ti, y tú, ¿qué cosa mirabas en tu celular? No levantaste la mirada ni una sola vez.

— Pero... ¿qué?... ¿Él...?

— Él no te despegó la mirada de encima ni un solo segundo y yo creo que... —de pronto se interrumpió mirando hacia la casa de enfrente —. Ahí viene. Tu adelante y yo atrás, ¿entendido?

— No, yo...

— Vamos.

Sin embargo, tan pronto Metawin se estacionó y ambos fueron invitados a ingresar al auto, Bright corrió al asiento de atrás y Pete mirándolo ceñudo tomo asiento en el lugar del copiloto.

El camino se hizo sumamente largo, no solo por el parloteo de Pete y sus muy poco disimuladas insinuaciones para que Bright se uniera a la conversación, sino porque éste seguía hundido en el tormento del recuerdo del sueño de la noche anterior.

Sentía que, si el otro lo miraba, entonces descubriría todo sobre lo ocurrido en la madrugada; su perversidad, su deseo oscuro de tenerlo a su merced. ¿Qué tal si lo sabía? Es más, ¿Qué tal si sabía que él lo había estado espiando todo este tiempo tras su ventana? ¿Acaso era por eso que —según Pete— no le había despegado la mirada de encima? ¿Acaso sospechaba?

— Bright, ¿sí o no que es verdad? —oyó decir a alguien, ¿desde qué momento le estaban hablando? La voz, la voz era de Pete y le estaba preguntando algo.

— ¿Q...qué?

— Que ganaste un premio de fotografía en un importante diario el año pasado.

— [...]

— Él siempre es así, Win, nunca alardea, pero es un gran fotógrafo, el mejor de la compañía. Por eso a pesar de todo el jefe no lo ha despedido, porque si te contara, no lo creerías...

Iba a matarlo.

— ¿Te imaginas que rechazó a la sobrina del jefe? La pobre chica venía cada viernes sólo a mirarlo trabajar. Todos en la oficina lo sabíamos, moría por Bright, pero ¿sabes que le dijo éste? Que no estaba interesando en...

— Pete...

— ¿Bright? Por fin dices algo.

— Yo creo que a... Metawin...no le interesa esto que le estás dicien...

— No, pero si está muy entretenido, ¿verdad Win?

Bright levantó la vista para negar lo dicho cuando se vio reflejado en unos ojos oscuros que lo miraban profundos desde el espejo retrovisor, no pudo resistir ni un solo segundo. Se quedó en silencio y quitó la mirada, dirigiéndola a la ventana, tratando de controlar su corazón, que parecía querer salir de su pecho.

Treinta y cinco minutos después la camioneta había arribado al lugar que Pete había indicado.

— Muchas gracias Win —agradeció su amigo, quitándose el cinturón de seguridad.

— De nada.

— Y gracias por tu número, no olvides que tenemos una deuda contigo.

— Claro que no.

Pete quiso seguir la conversación, pero Bright bajó del auto tan pronto éste se hubo estacionado.

— Gracias otra vez y quizás uno de estos días podamos volvernos a ver—soltó Pete apresurado y sonriente. Tan pronto dijo eso, bajó del auto rápidamente.

Una vez fuera, en tres pasos alcanzó a Bright y posando su mano en su espalda, le susurró que estuviera tranquilo, que todo había salido bien. El guapo fotógrafo le iba a contestar cuando una bocina de auto resonó. Ambos giraron la cabeza al instante.

— Pete —le oyeron decir a Win, quien tenía la ventana baja y la cabeza fuera de ésta.

— ¿Sí?

— ¿Puedo preguntarte algo? —soltó sonriente.

— Claro, dime.

— ¿Te gustaría salir conmigo?




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Holaa~~

¡Actualicé rápido! Yeeee~ Bueno, ya les había dicho que tenía este capítulo escrito hehehe

Ya le falta menos de la mitad a la historia. Gracias por leerla.

Sortilegio #Brightwin #SarawatTineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora