CAPÍTULO 2

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Amanecí mejor de lo que me esperaba. Parecía que esta noche Coral se había controlado con su compañía, y por primera vez en semanas me había dejado descansar bien. A veces demasiado ruidosa.

Me levanté a prepararme un café. Aún era pronto así que podía aprovechar la mañana un poco, y quizás limpiar un poco el desastre de piso en el que vivíamos.

Cuando acabe de prepárame mi café, escuche como la puerta de la habitación de Coral se abría. Era imposible que fuese ella, nunca se despertaba tan pronto y menos después d haber salido de fiesta.
Lo que menos esperaba ver, era a Victoria, la chica de la cafetería, la amiga del chico de pelo largo.

Ella se quedó con la misma cara de asombro que yo.

— ¿Victoria? — Pregunté.

— ¿Elina?

Asentí, y luego parece que nos pusimos de acuerdo para reírnos. Me esperaba cualquier persona, menos a ella.

— No me esperaba que esta noche fueses tú su compañía.

Victoria me sonrió y se sentó en la silla que había a mi lado.

— Yo tampoco esperaba que fueses tú la compañera de piso y mejor amiga de Coral. — Añadió.

Me picaba la curiosidad de que se conocía, así que lo mejor que pude hacer fue preguntarle.

— ¿Como has acabado enredada en los encantos de Coral?

Ella suspiró.

— Digamos que nos conocimos hace unas semanas en el pub que hay al final de la calle. Yo estaba con mi grupo de amigos y ella estaba con un chico. Fue pasando la noche y vi como el tío la dejaba tirada, me supo mal que estuviera sola así que me acerqué a hablar con ella. Una cosa lleva a la otra y pues acabamos enrollándonos en el baño del aquel pub. Desde ese entonces hemos ido viéndonos algunas veces.

— Que historia más interesante. — Comenté riendo.

— La verdad es que si. — Añadió.

Hubieron unos segundos de silencio hasta que ella decidió volver a hablar.

— Algún día tendrías que salir con nosotras. Puedo traer a mis amigos. De hecho ya los conoces de vista de haber estado en la cafetería.

No me gustaba salir de fiesta, prefería quedarme en casa leyendo, viendo una película, escribiendo, escuchando música, etc. Cualquier cosa.

— No me gusta salir de fiesta, Victoria.

Victoria me miró con pena.

— Podemos ir al pub que hay en la esquina de la calle. Siempre que quieras irte, estarás cerca de casa.

Estar cerca de casa me parecía bien. Aunque, si aquel chico tan guapo, el del pelo largo asistía, sí que tendría una razón más para ir. Sinceramente, una vez al año, no hacía daño, así que decidí aceptar. Siempre podía volver a casa cuando quisiera.

— Aceptó, pero tiene que ser en mis días de fiesta, porque si no lo veo algo difícil. — Afirmé.

— Me parece bien, envíame un mensaje cuando estés libre. — Concluyó Victoria.

....

Aquella tarde como siempre tuve que ir a trabajar. Bianca no estaba y Oliver acababa a la misma hora que yo, así que tenía buena compañía hasta que se acabará mi jornada.

Aquella tarde la cafetería se llenó muchísimo. Mucha gente se había puesto de acuerdo para agotarnos. Que si cafés, que si pastas, que si té, absolutamente de todo.

Oliver me llevó en coche hasta casa porque me veía cansada, así que llegue más rápido de lo previsto y pude relajarme.

Abrí la puerta y me encontré a Coral estirada en el sofá, viendo Outer Banks, esa serie de surferos que la tenía como loca. Mientras deje mis cosas encima de la mesa del salón, cogí sobras del mediodía de la nevera y después me lance al sofá con ella mientras comía.

Ella me sonrió y empezó a acariciarme la cabeza. Sabía que eso me encantaba, y me relajaba después de un día tan cargado como hoy.

Coral era muy fría pero a la vez muy cariñosa dependiendo del día. Eso hacía que pareciera un mix de emociones totalmente indescriptibles pero a la vez emocionantes. A fin de cuentas, era la única, y era mi mayor apoyo, ya que la comunicación con mis padres era nula desde que me fui de casa junto a ella hace un año y medio.

— Victoria me ha dicho que el próximo fin de semana que tengas fiesta saldrás con nosotras.

— Si, Cori, saldré con vosotras. No puedo negarme. — Contesté.

Ella rió ligeramente y me pasó un cigarrillo. Solíamos fumar las dos juntas, porque a fin de cuentas, este vicio lo empezamos las dos.

— Desde que empezaste a trabajar en la cafetería no hemos vuelto a salir, así que creo que el hecho de que Victoria te haya propuesto salir, será positivo. Además, adoro que aunque no te guste salir hayas tenido ese detalle con ella y conmigo, Lina.— Añadió.

Sonreí ante esas palabras. Me apetecía tener un detalle con mi mejor amiga y con mi nueva amiga. Salir estaría bien, y mejoraríamos nuestra amistad, tanto con ella como con Victoria.

Siguió acariciando mi cabeza. En círculos, de arriba hace abajo, en todos los sentidos y finalmente me relaje tanto que me quede dormida hasta que ella se hartó de ver su serie cuando se hizo más tarde. Ella apagó la televisión, y a duras penas me despertó y me levantó de aquel sofá.

Me acompañó hacia la habitación y dejó un beso en mi frente. Después se fue a la suya, dejándome totalmente sola.

Abrí la ventana ya que hacía calor. Se notaba que el verano estaba cerca ya. Se acercaba la época en que todo el mundo se iba de vacaciones, en la que todo el mundo se enamoraba, en la que todo el mundo salía de fiesta. Básicamente, la época en la que todo el mundo hacía lo que le daba la gana, pero sobretodo disfrutaba.

Por una vez en la vida deseaba un verano así, después de trabajar tan duramente estos años.

No quise hacer mucha cosa más, si no podía desvelarme y no dormir en toda la noche, y no me apetecía parecerá mañana un zombie o algo parecido.

L'amore sei tu // Ethan Torchio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora