CAPÍTULO 14

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Me desperté porque los primeros rayos de luz entraban por la ventana, y joder, me acorde de que tenía que ir a trabajar en un par de horas.

Ethan dormía plácidamente acurrucado en mi pecho, así que con dificultad, me moví para poder ir a desayunar algo.

El pasillo estaba helado, y mis pies lo verificaban. Eso me pasaba por no haberme puesto ni que sea unos calcetines al salir de la habitación.

Cuando llegue a la cocina, mire mi móvil. Tenía  miles de mensajes de Coral disculpándose. Me sabía realmente mal que me hubiese ocultado aquello durante días. Me dolía.

Decidí ignorarlos, y prepárame un zumo, o cualquier cosa que tuviese Ethan en aquella gran cocina.

Rebusque en aquella nevera, y me tope con un zumo de naranja, y un perfecto pan para hacerme unas tostadas con mermelada, así que me puse manos a la obra.

Estaba concentrada escuchando música en mi móvil, aunque fuese en volumen bajo, cuando sentí que alguien se reía detrás mío.

— Parece ser que me la has devuelto, tú también te has apropiado de mi cocina.

Reí ante eso. Me alegraba saber que se acordaba de que él también hizo eso en mi casa.

Le ofrecí un poco de mi comida, y el acepto. Prácticamente nos comimos el que iba a ser mi desayuno entre los dos.

...

Durante toda la mañana, estuvimos en el sofá estirados, besándonos a más no poder. Creo que necesitábamos este momento a solas.

Cuando llegó la hora de irme a trabajar, cogí mi mochila y puse mis cosas adentro. No sabía si lo que dije de que iba a quedarme unos días, se iba a cumplir de verdad. No podía ignorar el tema siempre.

Él estaba concentrado en la mesa haciendo a saber que. Lo que más me sorprendió era que él ya estaba vestido también.

¿Donde iba?

— ¿Donde vas ahora? — Pregunté extrañada.

El me miró sonriente.

— A ensayar con la banda, la discográfica nos quiere exprimir a más no poder esta semana para ver que surge. — Suspiró. — Algún día pienso obligarte a venir a vernos, si me lo permiten.

Sonreí ante eso. Nunca los había visto tocar, y que me hubiese prácticamente obligado a verlo, hacia que mi corazón se encogiese de amor.

Le hice señas para irnos. Bajamos, y dude en sí iba a llevarme al trabajo, pero finalmente me obligó a subirme al coche.

Su mano estuvo en mi muslo todo el trayecto, haciéndome sentir segura.

...

Narra Ethan:

Después de dejar a Elina en el trabajo me fui directo a la discográfica. Esta semana teníamos que grabar el disco, y me parecía muy poco tiempo.

Abrí la puerta del estudio, y me encontré con Thomas y Victoria. Él afinando su guitarra y ella su bajo.

Me senté delante de mi batería, bajo la mirada de Victoria, la cual me miraba con pena.

Elina y yo nos sentíamos igual. Nos habían ocultado una cosa muy importante, y más cuando confié plenamente en Coral aquella noche.

Retire mi mirada de la suya, y Damiano sonriente llegó. Tenía una cara de habérselo pasado bien la noche anterior, que hasta nos miró extrañados al vernos tan serios.

— ¿Pero que os pasa? ¿Quien se ha muerto?

Yo negué. Él era siempre así,

Ninguno le contestamos, preferimos empezar a tocar, bajo la supervisión de nuestra manager, Marta, la cual nos miraba orgullosa. Como siempre desde que la conocimos.

Se me fue la mano un par de veces, pero logré recuperarme. Al cabo de las dos horas sin parar casi, Marta nos dio un descanso, y decidir salir a la terraza a fumar.

— Victoria me ha contado lo que pasó, y créeme que se siente mal. — Añadió Damiano a mi lado.

— Me da igual que se sienta mal, Damià. A ella no le gustaría que le ocultásemos una cosa así.

Él suspiró y apoyó la mano en mi hombro.

— Claro que no, a mi tampoco. Pero en este caso les importaba más él como estabais vosotros, agradece al menos eso.

Lo miré incrédulo.

— No tengo que agradecerle nada, nadie le dijo o sugirió que se preocupara por esto. Elina y yo somos adultos, tarde o temprano íbamos a solucionarlo. — Me quejé.

El levantó las manos en símbolo de que no iba a añadir nada más.

— Mejor dejémoslo, Ethan. Ya se te pasará y volveremos a estar como antes. — Damiano dio una calada a su cigarrillo. — ¿Como estas con Elina?

— Mejor, lo hemos solucionado.

Internamente las imágenes de lo que pasó la noche anterior me inundaban la cabeza. No podía parar de pensar en Elina tremendamente sexy, rodando los ojos y mordiéndose el labio.

Salí de mi trance cuando escuché a Damiano reírse.

— Ya claro, normal, si te la has tirado. — Se le escapó una carcajada. — Es que cuando te relames los labios, es porque algo has echo, Torchio.

Odiaba que a veces fuese tan vulgar, pero razón no le faltaba.

Me uní a su risa. Este hombre era de lo que no era.

...

Cuando acabamos de grabar por hoy, salimos todos juntos. Revise mi móvil, y me encontré con un mensaje de Elina.

>> No hace falta que vengas a buscarme. Iré a casa, tengo que hablar con Coral. Yo también te quiero muchísimo, Ethan.❤️"

Bufé, porque pensaba que iba a quedarse más días, pero le entendí mejor que nadie. Tal vez yo también debería hablar con Victoria.

Aquel "te quiero", me hizo sonreír después de bufar. Eso quería decir que anoche sí que me escuchó.

Cuando estuvimos fuera, y vi que cada uno se iba hacia casa, le agarre el brazo a Victoria. Iba a tener yo también el mismo valor que Elina.

— Tenemos que hablar. — Musité.

Ella me miró con pena. Se sentía fatal, y yo también me sentí mal por verla así.

— Lo siento, se que debería si habéroslo contado, pero no queríamos haceros daño. — Susurró.

— No os preocupéis por cosas de las que no estáis seguras y que no podéis controlar, Victoria. — Suspiré. — Sabes que odio que los hagas.

Ella asintió.

— Perdóname, de verdad.

Asentí, y la abracé. Estaba enfadado, pero muchas veces mi enfado no superaba al cariño que le tenía a esta pequeña rubia. La perdone más que nada, por ser ella, y porque me era muy difícil estar enfadado con ella.

— Pero sabes que aún tienes que disculparte con Elina.

— ¿Podemos ir a verla? No aguanto más, Ethan. — Suplicó prácticamente.

Al parecer Elina, nos importaba a todos más de lo que me pensaba.

L'amore sei tu // Ethan Torchio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora