CAPÍTULO 16

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Aquella noche se hizo demasiado larga. Estuvimos hasta las seis de la mañana despiertos, Ethan y yo. Hicimos algunas cosas que son mejores no mencionar. Los otros seguían en el salón bebiendo.

Me desperté porque mi móvil no paraba de vibrar a mi lado. Estaba harta, así que lo cogí.

— ¿No piensas venir a trabajar, Elina? — Se quejó Bianca cabreada.

¿Qué hora era?
Lo mire, eran las tres de la tarde. Llegaba una hora y media tarde a trabajar ñ.

— Lo siento, Bianca. No tardó nada, te lo juro.

— No, Elina, no hace falta que vengas. Estas despedida. Hace días que queríamos decírtelo. Vamos a cerrar la cafetería en uno días.

¿Iban a cerrar y no se me había informado de nada?

Tampoco quería quejarme, porque a Bianca hablarle en ese tono era sentenciarte a muerte.

Hable con ella un poco más. Me dijo que me quedara el uniforme, que no hacía falta que devolviese nada.

Cuando colgué, caí de verdad en lo que acababa de pasar. Me acababa de quedar sin trabajo. No sabía cómo iba a pagar ahora el piso. No sabía cómo iba a pagar nada.

Antes de que la ansiedad se apoderara de mi, salí corriendo al baño, y me encerré en el. Me senté en la tapa del vater, y me puse las manos en la cabeza.

¿Que iba a hacer ahora?

Escuche como alguien tocaba a la puerta.

— ¿Elina?

Era Thomas. No sabía que excusa ponerle.

— Si, soy yo. — Respondí.

— Te he visto venir al baño corriendo. ¿Está todo bien?

Mierda. Me había visto.

— Todo genial, Thomas. — Musité.

Me levante y abrí la puerta. Me lo encontré de cara, y me analizó completamente.

— No creo que estes bien. Se te nota en la cara. — Añadió.

Suspiré. Tenía que contárselo a alguien.

— Me han echado del trabajo.

Él abrió los ojos de par en par. Creo que era lo que menos se esperaba.

— Lo siento, Elina. — Casi susurró. — Si necesitas algo, no dudes en decírmelo, ¿vale?

Se me escapó una ligera sonrisa. Adoraba a este chico. Era una dulzura de persona.

— ¿Porque lo sientes por ella, Thomas? — Preguntó Ethan a lo lejos.

Joder. Cabe decir que me asuste. Casi se me salió el corazón del sitio ante tremendo susto.

Thomas se empezó a rascar la nuca dudoso. Yo le agarre la mano para que parara. No me gustaba que la gente hiciese eso.

— Me han echado del trabajo.

Ethan también me miró sorprendido. Thomas mientras se fue dejándonos solos.

Ethan vino a abrazarme, y cabe decir que lo necesitaba. Todo estaba yendo fatal estos días.

...

Se habían ido a la discográfica. Coral estaba trabajando, y yo estaba sola en casa sin saber que hacer.

Además, todos habían estado demasiado extraños este mediodía. Como si estuvieran ocultando algo.

Narra Ethan:

— ¿Estas segura que después de que la hayan echado del trabajo querrá venir a cenar conmigo? — Le pregunté a Victoria.

— No lo se, pero creo que pedirle ya que estéis juntos la va a alegrar.

Hoy había preparado una cena para los dos. No aguantaba más el echo de que Elina y yo no estuviésemos juntos. Necesitaba escuchar ese "si quiero" de su boca. Necesitaba saber que estábamos comprometidos el uno con el otro.

— Es que no quiero cagarla, Vic.

Ella suspiró.

— Déjate de tonterías. Invítala a cenar, y pídeselo. No aguanto que sigáis aún con este tira y afloja que tenéis.

Reí ante eso. Pensaba que era el único que lo deseaba.

Volvimos al estudio a seguir grabando. Deje a Coral casi a cargo de todo. Se iba a encargar de que en aquella casa de campo que teníamos, tuviéramos la cena más romántica que cualquiera hubiese imaginado.
Damiano iba a ser el encargado de traerla hacia allí, como siempre. Prácticamente era su chofer.

...

Narra Elina:

Picaron al telefonillo. Me asomé a ver quien era. No me esperaba que fuese Damiano y mucho menos a estas horas. Obviamente no dude en abrirle.

Lo espere en la puerta, porque no tenía ni idea de a qué venía.

Cuando llegó, me lanzo la mochila que llevaba colgada en la espalda. Casi volví a tirársela.

— Arréglate, en una hora tenemos que salir de aquí porque tienes una sorpresa. — Señaló la mochila. — En esa mochila tienes varios vestidos que Victoria a querido prestarte, y un bikini por si a caso.

No estaba entendiendo nada, pero él empezó a meterme prisa. Me arregle sin saber a dónde iba y para que iba a necesitar un bikini.

Opte por un vestido negro. Aquel vestido me llegaba un poco por encima de las rodillas. Solo tenía una manga, y se ceñía completamente a mi cuerpo. Aunque mis voluptuosos pechos hacían que me quedase mejor. Me puse solo un poco de rímel, y un ligero pinta labios de color rosa.

Cogí mi bolso, era pequeño pero cabía el bikini negro que había en aquella mochila. Aún tenía la etiqueta. No estaba ni utilizado.

Salí de mi habitación buscando a Damiano. Lo encontré tirado en el sofá ojeando el móvil.

— Damiano, ¿no tenemos que irnos?

El levantó la cabeza y abrió los ojos.

— Dios, estas preciosa. — Bajó un poco más la voz, — Como Ethan escuché esto, me mata.

Me puse colorada, pero luego me reí por lo último que había dicho.

Bajamos y me subí al coche, porque si, por fin este hombre se dignaba a venir en coche y no en moto.
Sabia perfectamente hacia donde estábamos yendo. La casa de campo que tenían a las afueras de Roma.

No hablamos gran cosa durante el trayecto. Solo se que me deseo toda la suerte del mundo cuando salí de aquel coche, después de agradecerle que me hubiese traído aún sin saber que estaba pasando.

Me apresuré a ir hacia la entrada. Un ligero olor a pasta me inundo las fosas nasales.

Abrí la puerta, y me encontré con Ethan. Estaba precioso. Su camisa de color rosa, sus pantalones de color negro y sus botas, eran preciosos.

— No se que hago aquí, pero estás precioso.

El me miró tiernamente. Me acerqué a él, y deje un ligero beso en sus labios.

— Tu sí que estas preciosa, dolcezza.

Me hizo dar una vuelta para enseñarle mejor cómo iba. Vi una mirada de orgulloso de reojo, y estuve a poco de volver a besarle.

Seguidamente, agarró mi mano, y sin decirme nada, nos adentramos en aquella casa.

L'amore sei tu // Ethan Torchio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora