Incluir a Iseul Yun en la familia resultó un tema, no tan difícil como hubieran pensado.
Los niños habían sido previamente mentalizados para la llegada de su nuevo hermano. Sukyeol y YeEun se habían encargado de organizar, con ayuda de sus muchos tíos, una fiesta para su llegada. Tenían de todo, galletas recién horneadas, regalos para el nuevo bebé, juegos pensados y también habían logrado que sus padres tuvieran lista una pijama de dinosaurio para él. Llegaron al hogar de Seungmin, en el que Jeongin, Félix, Changbin, Christopher, Minho, Krystal e incluso Jisung habían preparado todo para su bienvenida.
Los tres niños mayores que había en su círculo social, corrieron al encuentro de ellos, felices por conocer al niño. Hyunjin es miró emocionado, IseulYun caminaba tomado de la mano de ambos adultos. Al ingresar al jardín los niños se detuvieron abruptamente.
— Es que es tan pequeño —exclamó YeEun, dejándose caer de rodillas frente al chico. Sukyeol y Lachlan hicieron lo mismo.
— Hola, IseulYun —saludó—. Yo soy tu hermano mayor, me llamo Sukyeol.
Seungmin observó divertido la escena. Sus hijos y Lachlan no tardaron en tomar a Iseul por las manos, intentando incluirlo en sus juegos, por suerte el más pequeño parecía interesado en incluirse.
El resto de los presentes también se acercó para conocerlo, incluso Changbin con su hijo en brazos. Resultaba que Boogi e Iseulyun tenían la misma edad, por lo que el más pequeño del grupo estaba cómodo jugando con ellos.
El tiempo siguiente fue suficiente para adaptarse a su nueva vida como padres de tres. Se turnaban a los niños por semanas enteras, aunque en realidad lo único que cambiaban era el lugar donde dormían, porque durante el día estaban los cinco juntos todo el tiempo que les era posible e incluso compartieron varias noches en la misma casa. Poco a poco, iban acostumbrándose a la forma de ser de Iseul Yun. La personalidad de YeEun era demasiado similar a la de Sunghae a medida que crecía, tan indiferente y tranquilo, pero al mismo tiempo era tierno. IseulYun, sin embargo, era un niño con un carácter muy fuerte, sabía lo que quería y cuando lo quería, también poseía una mirada lo suficientemente intimidante. Pero tenía una dualidad increíble; podía llegar pasar de ser el niño más serio del mundo a ser el más travieso, risueño y gracioso. Su mirada seria, su humor oscuro y su risa tan peculiar eran su más grande atractivo. Pero a diferencia de sus hermanos, IseulYun sí tenía dificultades para dormir.
Hyunjin lo arrullo entre sus brazos, sin éxito, mientras succionaba su dedo pulgar, sollozando sin darles algún motivo para su llanto y mientras Sukyeol y YeEun se quejaban porque el bebé no los dejaba dormir, Seungmin se había bajado a la cocina para ir por una leche tibia y tratar de apaciguar su tensión con ello.
— Papá cantale una canción —le sugirió Sukyeol sentado en el buró de la habitación de IseulYun—. Yo a veces le canto.
A Hyunjin le pareció una buena idea, así que trató de obtener la atención de Iseul secando las lagrimas de sus ojos. El pequeño le miró aun con los sollozos escapando de sus labios.
— Si piensas que todo es muy raro, en este mundo de mayores, nunca olvides que para cambiarlo tienes que dejar volar tus ilusiones —comenzó su melodía, el pequeño le prestó atención aun con las lágrimas bajando de sus ojos, por tanto Hyunjin decidió mecerlo para animarle a recostarse en su pecho—, y si al levantarte cada día ves cosas que tú sientes que no son así, recuerda que la melodía que baila tu vida depende de ti —Seungmin apareció en ese momento, con el vasito entrenador en manos. Se miró con sus hijos mayores los tres sorprendidos, pero encantados por la escena; Hyunjin frente a la ventana cantando y meciendo al más pequeño de la casa, quién para ese momento ya se había acurrucado apoyando su cabecita en el hombro de quién creía que era su padre—. Y aunque pienses que está llenos de nubes te prometo que no están ahí cuando subes. Solo tienes que volar sin miedo a como aterrizar...
— Waoh —sonrió Sukyeol al observar a su hermanito ceder ante el sueño, Hyunjin se giró con victoria, encontrando a sus hijos y a Seungmin mirandole con ilusión. Los tres poseían esa mirada tan fascinada que no existía en nadie más—. Papá tienes que cantarnos así mas seguido —le pidió.
— Trataré de hacerlo más a menudo, nene.
Seungmin le observó con cariño, vio el momento en que acostó al niño en su cuna y posteriormente acurrucó a Sukyeol y YeEun dándoles su beso de las buenas noches. Salió con él de la habitación, nervioso y sin saber que decirle exactamente. Cuando los niños no dormían con ellos tocaba dormir por separado.
— ¿Ya tienes sueño? —Le preguntó Hyunjin con normalidad, como si no fuese un maldito hombre perfecto.
— Podría mirar una película —le propuso, comenzando a bajar las escaleras junto a él.
— Yo también podría —asintió. Seungmin sonrió, dirigiendo sus pasos a la sala, abandonando en la mesilla la leche que ya no tuvo necesidad de cumplir ninguna función.
— ¿Donde aprendiste esa canción?
— Mi papá me la cantaba para animarme. Y hace unos meses comenzaron a pasar un remake de esa canción en la radio.
— Es muy bonita.
— Sí —sonrió encantado—, dice cosas muy ciertas. Tan ciertas como lo mucho que me gustas.
— No digas cosas que pueden ilusionarme —le suplicó sin dejar de mirar sus ojos—. Dilas cuando de verdad las sientas
— ¿Y como vas a saber que en verdad estaré sintiendolo?
— Porque me lo vas a demostrar
— ¿Como?
— No lo sé. Ingeniatelas tú.
Hyunjin le observó con una media sonrisa asomandose a sus labios, Seungmin frunció el ceño. Más aún cuando sus respiraciones comenzaron a danzar en una misma sincronía. Presionó sus manos en forma de puño, e inevitablemente pudo sentir sobre sus labios, los calidos labios que Hyunjin poseía, mismos que pocas veces había conocido, pero jamás pudo olvidar. Era como un primer beso que jamás había sucedido. Y le encantaba, muy a su pesar.
— Eso salió de los mas profundo de mi corazón —murmuró al apartarse solo unos cuantos centímetros. Seungmin abrió los ojos, mirándolo con atención.
— Esto me encanta, pero tengo mucho miedo, Hyun.
— ¿Por qué?
— Porque ahora tienes veinticuatro años y yo los cumpliré pronto. Ya no somos adolescentes que crean que pueden estar equivocados. Estamos en el mundo de los mayores, en ese mundo en el que haces las cosas por voluntad, no por impulso.
— Esto fue por verdadera voluntad, quería poder sentirte mas cerca mío y te quiero sentir así siempre.
-—Yo también te quiero —confesó avergonzado, sintiendo su pecho doler por saber que otra vez estaba enganchandose al mismo hombre—. Te quiero tanto.
— Te juro que yo a ti.
Se observaron fijamente a los ojos, contandose más cosas no dichas. Esta vez fue Seungmin quién le besó y Hyunjin quién optó por hacer realidad mil deseos. Era algo de ambos, una sencilla manera de volver a unir sus latidos después de mucho tiempo.
— No duermas en el sofá hoy —le suplicó Seungmin separándose solo un poco de él para tomar aire y posteriormente volver a besarle.
Seungmin suspiró encantado cuando Hyunjin se recostó a su lado. Ambos miraron el techo en penumbras, sonriendo como tontos. Hyunjin fue el primero en voltear y verle, Seungmin se giró en su dirección, sonriendo como por milésima vez. Mordió sus labios obsevando los ojos ajenos.
— Esto fue sincero —le aseguró Hyunjin acariciando su rostro, Seungmin asintió complacido—. No quiero que se quede solo en esta noche y ya.
— Entonces que sea todo. Tú eres todo lo que necesito y deseo, pero esta vez no puede ser un juego, hay tres niños involucrados, no podemos permitir que esto se salga de control.
— Yo voy a protegerlos. Lo prometo.
— Te creo, confío en ti. Porque también eres tú una de las cosas que me mantienen con vida.
Hyunjin expandió su sonrisa antes de besarlo con suavidad, atrayendolo hasta acurrucarlo en su pecho. Podría dormir abrazado a él esa noche y las siguientes, todas las noches del resto de su vida si así se lo permitía.
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Como Yo Te Quiero (HyunMin)
FanfictionMás de cinco años han separado los caminos de Seungmin y Hyunjin. Sin embargo, lo que Seungmin no esperaba era que regresar a Seúl iba a envolverlo en una serie de sucesos que cambiarían por completo la estabilidad en la que ya se encontraba siendo...