Capítulo 4

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Krystal suspiró angustiada, las manos le temblaban mientras intentaba abrir la puerta. Cada vez que había visto a Sunghyo el sentimiento de angustia conseguía dominar sus acciones.

No lo odiaba, pero tampoco era el santo de su devoción. Y aunado a ello tenían dos niños que ignoraban por completo el embrollo. Tanto Sukyeol como YeEun estaban muy ocupados jugando, el chico castaña invitó al pelinegro a su habitación de juegos.

— Esta casa es linda, ¿desde cuándo vives aquí? —Preguntó Sunghyo, tomando asiento en el sofá individual. Krystal se dirigió a otro de los sofás, no tan lejos, pero tampoco tan cerca.

— Hace un año. Hyunjin ya tiene su propio departamento así que decidí mudarme a un hogar más pequeño. Cuido a YeEun mientras su padre trabaja o está en la escuela, así que esto es suficiente para mí y para él, en todo caso.

— Comprendo —asintió, dedicándole una suave sonrisa—. Es un bonito lugar, de tu estilo.

— Sí, algo así  —murmuró con incomodidad—. En fin, Seungmin... ¿tuvo un hijo? ¿Con quién?

El señor Kim le sostuvo la mirada por un momento. Si Seungmin se enteraba de que estaba ahí, a punto de desvelar su más grande secreto, iba a odiarlo. Pero era eso o arriesgarse a seguir mintiendo.

Los niños ya se conocían, lo que antes era una posibilidad, ahora era inevitable.

— Sukyeol...

— Es hijo de Hyunjin —reparó Krystal, sin necesitar que él se lo dijera—. Se parece mucho a él —murmuró antes de suspirar.

— Lo es.

— ¿Por eso es que Seungmin decidió irse contigo? —Él asintió en respuesta— ¿Por qué lo hiciste? Hyunjin tenía derecho a conocer a su hijo o al menos a saber que había uno.

— Seungmin no quería que Hyunjin se enterara. Jessica me pidió que lo llevase conmigo. Escucha, Krystal —le suplicó al verla negar con decepción—, yo ya les había fallado a todos. Te hice mucho daño por mis malas decisiones, también lastimé a Jessica e incluso a nuestros hijos. Por mi culpa muchas cosas pasaron y cuando ella me pidió eso... solo intentaba redimirme. Además, Seungmin también es mi hijo, lo amo y lo apoyo en todo lo que decida.

— ¿Obligaron a Seungmin a irse y dejar a Hyunjin? Necesito que me digas la verdad justo ahora.

— Nada de eso —afirmó—. Yo siempre le dije a Seungmin que sí él quería buscar al padre de su hijo podíamos hacerlo, pero no quiso. Ahora que hemos vuelto, lo he notado muy angustiado con respecto a ese tema. Pero no sé si decida que Hyunjin y se conozcan. Sobre todo cuando sepa que Hyunjin ya tiene una familia.

Krystal cerró los ojos un momento. El tema era en verdad fastidioso y complicado, pero esta vez no podía culpar a Sunghyo.

— YeEun es hijo de Sunghae —sonaba a locura, era fácil malinterpretarlo y Krystal lo sabía. No le sorprendió que Sunghyo se pusiera de mil colores, quedándose mudo—. Jessica y Sunghae desaparecieron al mismo tiempo que Seungmin y tú. Pero hace cuatro años, Sunghae apareció en nuestra casa. Ella no dijo nada, solo entregó al bebé a Hyunjin y se marchó. La buscamos, intentamos dar con ella, pero solo encontramos a Jessica. Dijo que no quería saber nada del bebé y que Sunghae, de hecho, se había ido de casa.

— Jessica dejó de responder mis llamadas desde que Seungmin dio a luz. Viajé algunas veces intentando buscarla, pero ni siquiera sus padres pudieron decirme algo. Con Sunghae la historia es la misma.

— Nosotros encontramos a Jessica en casa de mis padres —le dijo Krystal—. Pero al parecer solo estaba de visita.

— Entonces... ¿YeEun es hijo de Sunghae y algún chico cuya identidad desconocemos?

— Efectivamente. Como ella lo abandonó, Hyunjin decidió adoptarlo. Él tenía tan solo diecinueve años en ese entonces, pero estaba decidido a no dejar a YeEun solo. Y yo, bueno, estaba encantada de poder tener a alguien que llevara mi sangre. Por eso lo apoyé y el doctor Hwang también nos apoyó.

— Es curioso —masculló el hombre—. Hyunjin al final de cuentas si tiene un hijo.

— Ahora tiene dos hijos —le hizo ver ella—. Hyunjin actualmente vive bien, es un buen hombre. Tiene novio, pero le da a YeEun un lugar primordial en su vida. Y sé que con Sukyeol haría lo mismo.

— Sí, pero no podemos hacer nada que ellos no quieran. Yo... hablaré con Seungmin, le voy a contar todo esto y él tendrá que tomar una decisión entonces. Solo te pido que no le digas a Hyunjin que Sukyeol es su hijo. Dejemos que sean ellos quienes arreglen ese asunto cuándo lo decidan.

— No le diré nada —aseguró—. De hecho, me voy a permitir fingir que no te he visto hoy. YeEun seguramente le contará que ha hecho un amigo, pero yo no diré ni una sola palabra. Lo que vaya a suceder, será cuestión de Seungmin.

— Gracias. Ahora... ¿puedo ver a YeEun? Quisiera conocerlo.

— Claro, yo también quiero conocer a Sukyeol.












Seungmin sentía que el día había sido demasiado agotador. Pero al ver a Sukyeol y escucharlo hablar, emocionado sobre su nuevo amigo sentía que las energías le regresaban.

— Y entonces fuimos a la casa de su abuela. ¿Sabías que YeEun tiene una enorme habitación llena de juguetes? Y no solo eso, tiene otra más en la casa de su papá. YeEun tiene mucho dinero, tiene más dinero que nosotros, papá —concluyó el chico, sin dejar de sonreír. Seungmin besó su frente, despejando sus cabellos.

— Me alegra que te diviertas en el nuevo colegio y que hayas podido hacer un nuevo amigo.

— Ya quiero que sea mañana para poder ver a YeEun otra vez. ¿Podemos volver a ir a su casa?

— Mañana veremos —le dijo, acomodando las cobijas—. Ahora duérmete, por favor.

Al salir de la habitación de SukYeol tenía demasiadas dudas. Pero no había sido necesario llamar a su padre, este ya la esperaba, apoyado en la pared. Seungmin le miró de manera inquisitiva, él le respondió con una honda inhalación.

— ¿Llevaste a Sukyeol a la casa de alguien?

— Respecto a eso, tenemos que hablar.






《 Por favor, siempre cuida de ti. Y si alguna vez decides volver, búscame y pongámonos al día, yo estaré esperando con paciencia a que eso suceda. Tienes un lugar seguro a mi lado, siempre lo tendrás. 》

Seungmin suspiró, dejando la carta sobre el buró. Una vez más la había leido. Esa vez había algo diferente. ¿Seguía en pie? Buscarlo para ponerse al día, ¿Hyunjin aún sostendría esa garantía?

Cuándo había escrito eso, obviamente no se imaginaba que Sukyeol existia ni mucho menos imaginaba que unos años después iba a convertirse en el padre adoptivo del hijo de Sunghae.

El hecho de que los niños se encontraran en el preescolar era una clara señal de que la vida no iba a dejarlos ir tan fácilmente. Eran parientes, eran primos... la sangre los había atraído uno al otro y nadie podía evitar eso. Iba a suceder tarde o temprano.

Sí YeEun no fuera hija de Sunghae, Seungmin no hubiera dudado ni un segundo para alejar a su hijo de ella y de Hyunjin... pero resultaba que si hacía eso él mismo se estaría privando de un niño que era parte de su familia. No podía seguir alejando a Sukyeol no a sí mismo, de algo tan bonito como el lazo familiar.

Nuevamente la cuestión de Hyunjin era un problema. Si lo contactaba para conocer a YeEun, inevitablemente tendría que presentarle a Sukyeol y no sabía si ya estaba preparado para eso. Según su padre, Krystal no le diría nada, eso mientras tanto aún lo ponía en ventaja. Llevó las manos a la cabeza. Necesitaba pensar y decidirlo pronto o de lo contrario Hyunjin iba a descubrirlo por si solo, quizá mediante YeEun, y él no podía permitir que el pelinegro tuviera esa ventaja.

Como Yo Te Quiero (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora