Capítulo 17

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En cuanto puso un pie dentro del departamento, Hyunjin pudo sentirlo particularmente más frio y solitario de lo normal. Fue sencillo descubrir que las cosas de Taehyun ya no estaban.

Se dejó caer en el sofá de la habitación, con pesar. Las ideas iban de aquí para allá mientras miraba el techo, analizando lo muy lejos que habían llegado solo por ocultar información. De haberle explicado a Taehyun desde un comienzo sobre como era Sunghae realmente muchas cosas se hubieran evitado. Pero no lo hizo, y lo que más le molestaba era reconocer que en parte había sido por causa de sus sentimientos. Sunghae había sido su mejor amiga durante un tiempo, tenía a su hijo y encima una parte de él, una muy estupida, había creído que ella era inofensiva.

Cerró los ojos a fin de calmar las ideas saltarinas en su mente. Quiso llorar, porque aún le costaba entender que Taehyun no estaba y, encima, no podía inmiscuir a sus hijos y a Seungmin en su pena.

Lo había dejado y tal vez en serio. Eso significaba, definitivamente, que Sunghae estaba consiguiendo lo que quería. ¿Era eso? ¿Se trataba de ella?

A la mañana siguiente abrió la puerta luego que tocaran en reiteradas ocasiones. Hyunjin atendió, con la esperanza de que fuera Taehyun, pero en su lugar, se encontró con Félix y Christopher. El rubio fue el primero en ingresar al lugar, recorriendo con la mirada cada rincón.

— ¿Como está Tae? —Preguntó Hyunjin cuando Christopher se detuvo frente a él. Su amigo inspiró hondo, dejando caer sus hombros.

— Enojado —resolvió Félix deteniéndose con ellos, cruzando los brazos con seriedad.

— Hyun, amor, yo te quiero —le dijo Hyunjin—, pero Tae también es mi amigo, le tengo aprecio y te prometo que si le hiciste daño te voy a golpear.

— Te juro que nunca he sido infiel a Taehyun. Sé que Sunghae estuvo llenandole la mente de ideas y...

— ¿Sunghae? —Inquirieron al unísono, relajando sus facciones, Hyunjin asintió, apenado.

— No había podido contarles todo, pero ella... regresó al hospital y, bueno, fue todo un problema.

— Taehyjn nunca mencionó nada sobre ella —comentó Christopher—, pero puedo especular lo que sucedió.

— Igual, debes contarnos todo —afirmó Félix, golpeando su hombro. Hyunjin asintió, invitándolos hasta la sala.

Se había olvidado, quizá por tanto alboroto, de lo mucho que confiaba en sus amigos, de cuánto bien le hacía contarles lo que le aquejaba. Particularmente en esos momentos con todo el tema de Seungmin, Taehyun y Sunghae, haberlo soltado todo ante quienes conocían el asunto pasado tan bien como él, resultó una verdadera ayuda. Incluso, después de eso, se sintió listo para enfrentarlo.








Taehyun detuvo sus pasos en la acera, observó a Hyunjin esperando por él, apoyado en el auto. Negó suavemente, pero el pelinegro se adelantó a su encuentro.

— Estoy trabajando, Hyunjin, no puedo hablar —intento decirle, pero el aludido hizo caso omiso, tomando su muñeca para llevarlo consigo.

— Ya ibas saliendo —dijo, abriendo la puerta del copiloto, Taehyun rodó los ojos, decidiendo ingresar al vehículo. Observó la calle hasta que Hyunjin subió y emprendió la marcha.

En ese momento decidió ser él quien tomara el control de la situación.

— Esto es injusto, Hyun. No volveré a vivir contigo —aseguró con enfado—. Yo no puedo ser tu juguete. Te he amado como no tienes idea y creo que esto me duele mas a mí que a ti, pero es necesario. No pienso permitir que me engañes. Lo he pensado, y decidí dejarte ir —dijo, mirándolo conducir, el pelinegro mantenía el ceño fruncido—. Hyunjin, está bien si tú lo amas, yo podía entenderlo, pero debiste decirlo.

— Sunghae está obsesionada conmigo, lo ha estado mucho tiempo, pero no soy el único, ella se obsesiona con todas las personas que conoce —soltó sin más, obteniendo una mirada incrédula—. Debí decirtelo. Ella te ha enviado esas fotos, esos mensajes y me ha estado siguiendo. En el trabajo se la pasa acosandome y todo el tiempo tengo que soportar sus insinuaciones. Pero la he rechazado siempre. Odia a Seungmin porque cree que aleja a las personas que ella, supuestamente, ama. Pero eso es mentira. A lo que voy es... Taehyun yo nunca te fui infiel. Ni con Sunghae ni con Seungmin ni con nadie.

— Pero no es Sunghae el problema...

— ¿Es por Seungmin? —Frunció el ceño— Seungmin es el padre de mis hijos, me preocupo por él y le tengo mucho cariño.

— Pero debes admitir que a pesar de cuanto lo niegues, aún cuando creas que entre ustedes no hay nada, tú te preocupaste más por su bienestar que por el mío. Tú... lo elegiste. Esas noches que yo lloré por ti. Esos días de angustia pensando si estabas con alguien más... Tú preferiste pasarlos con él. Y no te creo. No te creo que no sean algo más. Perdóname por ser tan desconfiado, pero no puedo creerte. No te creo ni siquiera lo de Sunghae.

— Déjame mostrarte los mensajes y sus amenazas.

— Lo nuestro está perdido —se lamentó, comenzando a juguetear con el cinturón de seguridad—. Se perdió desde que dejamos de tenernos confianza. Y no fue solo tu culpa, yo también me quedé callado cuando no debía, también te malinterprete e incluso me sentía muy celoso de YeEun y Sukyeol. Yo no... no estoy hecho para ser padrastro de nadie, ni para convivir sanamente con tu ex pareja. No estoy listo para aceptar que nunca podré darte hijos, y que los tuyos jamás me verán como su verdadero padre porque no lo soy. No es para mí esa vida. Lo siento, pero no podré jamás suplir a Seungmin. No podré nunca ocupar su lugar, por mucho que lo intente. Así que esto es lo mejor.

— Taehyun, no te pido que vuelvas, solo debes saber que yo nunca quise lastimarte...

— Pero ya lo hiciste. Esto es irremediable. Aún si decido perdonarte, aún si me engaño a mí misma y opto por creerte, esta situación es irremediable. Nada será igual después de esto, ¿lo comprendes?

— Tae...

— Tampoco estoy libre de culpa, además —confesó—, me he permitido hablar, creo que de más, con otras personas y justo ahora estoy intentando olvidarte. Sé que es incorrecto, pero sinceramente, ¿no has sido tú el primero en elegir a alguien más? —Hyunjin detuvo el auto, asintiendo con vergüenza. Taehyun esbozó una cálida y triste sonrisa— Lo sé, sé que lo has preferido siempre. Yo... te gusto mucho, ¿no es así?

— Sí.

— Pero, siempre amarás a Seungmin.

— Sí —murmuró con seguridad, consiguiendo que los ojos de Taehyun se inundaran de lágrimas, aunque él las contenía muy bien.

Esa misma cuestión, realizada primero por Seungmin y luego por Taehyun le hizo entender lo que tanto negaba y si en ese momento tenía que tomar una decisión, ya lo había hecho. Y estaba en lo correcto.

— Es mejor ahora que lo aceptas, Hyunjin. Tú fuiste algo muy lejano a mí siempre, ni siquiera debí tomarme el atrevimiento de haberte hablado cuando yo sabía muy bien que Seungmin había dejado una huella imborrable en tu vida, pero lo hice así que estas son también mis consecuencias.

— Perdón.

— No tienes que pedir perdón, hay cosas en las que uno no manda —afirmó con seguridad—, tal vez después volvamos a hablar, quizá para despedirme de ti de la manera correcta, pero ahora... en verdad quiero ir con ese chico a tomar un café, ¿puedo bajar aquí?

Hyunjin asintió, observando cuando el azabache le dedicó una sonrisa antes de bajar del auto.

《 La estupidez no se basa en decisiones, sino en sentimientos. Un excelente soldado, cegado por sus sentimientos, será el más incompetente en la batalla. Para guerrear, necesitas tener los ojos bien abiertos y ver lo que todo el tiempo ha sucedido a tu alrededor》

Como Yo Te Quiero (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora