— ¡Es domingo! —Exclamó YeEun, saltando en la cama, para despertar a su padre—. Significa que visitaremos al tío Chris y al tío Ho, ¿puedo llevar juguetes? Quiero contarle a Lachlan sobre mi nuevo amigo.
Hyunjin se sentó con pereza, sujetando a su hijo para evitar que cayera. Taehyun se puso de pie primero, tomando al niño para atender sus preguntas.
Domingo significaba visitar a la familia que Christopher que había formado. Esa era la parte favorita de la semana para YeEun. Él y el hijo de Christopher era apenas menor que YeEun por unos meses. Se trataba de un niño pequeño, aún no cumplía cuatro años, y todavía no lo habían pasado a preescolar. Se le parecía mucho a Christopher, pero poseía el carácter de Minho.
La relación entre amigos se había vuelto aun más unida desde que Minho se unió a su pequeño círculo social. Félix y los mejores amigos se habían vuelto inseparables y, aún cuando ambos estaban en pareja con sus dos mejores amigos, Félix seguía siendo importante para ellos. Sobre todo para Hyunjin. El rubio seguía soltero, estaba atrapado en su carrera estudiando más maestrías. También trabajaba, de hecho, para la empresa de Jeongin. Y aunque Félix casi nunca tenía tiempo para nada, de vez en cuando aún se le podía ver.
Hyunjin tomó de su lata de jugo, observando a Christopher y Félix ingerir de sus bebidas alcoholizadas. Estaban los tres en el jardín, tirados sobre las tumbonas mientras Taehyun, Minho y los niños jugaban en la piscina.
— Supe que Seungmin está en la ciudad —Félix comentó de repente, observando a la distancia a YeEun. Por sus gafas oscuras no podía ver su expresión, pero tanto Christopher como Hyunjin sabían que era un tema que al mayor, por alguna razón, lo perseguía.
— Me llamó —confesó Hyunjin, consiguiendo que sus dos amigos voltearan a verlo demasiado sorprendidos, Félix incluso se había quitado las gafas oscuras—. No supo que hacer, no dijo nada importante... incluso colgó cuándo reconocí su voz.
— Amor... ¿reconociste su voz a pesar de tanto tiempo? —Indagó Christopher con curiosidad, él asintió.
— ¿Y cuándo volverás a hablarle? —Quiso saber, esta vez Félix. Hyunjin contuvo un suspiro, mirando de soslayo a los demás a la distancia.
— No sé si debo hacerlo. Quiero decir, tengo a Taehyun. No puedo arriesgar algo tan valioso como él solo por ver a Seungmin de nuevo.
— Nadie dijo algo sobre dejar a Taehyun —comentó Christopher—. Pero tú eres quién dijo que solo deseaba hablar una vez más con Seungmin para intentar entender lo que ocurrió.
— Aunque... ¿debería? —Murmuró, renuente respecto al tema.
— Vamos, si te llamó fue por algo. Probablemente se debió haber enterado sobre YeEun. Es su sobrino y no podrías negarle la oportunidad de, al menos, conocerlo.
— No se lo negaría, pero ¿no crees que sería incomodo ver a mi ex, o lo que sea que haya sido, e involucrarlo en nuestras vidas mientras Taehyun está conmigo?
— Taehyun sabe de Seungmin, cariño —le recordó Félix—. También sabe que YeEun es su sobrino.
— Él lo entendería si le dices todo; que te llamó, que quizás quiera conocer al niño —fue la sugerencia de Christopher, su primo asintió, totalmente de acuerdo.
— Hablando se entiende la gente. Tendrás de ser honesto con los dos. Para eso debes saber lo que quieres.
— Solo quiero... saber que es lo que Seungmin necesita. Si desea ver a YeEun, no me opongo a eso.
— Entonces hazlo. Seungmin debió haber entrado en pánico, así que tal vez sea tu turno de buscarlo. Es lo correcto, y lo más saludable mientras YeEun aún es pequeño. Si esperas más tiempo puede que él descubra su origen en un momento inoportuno, es mejor que vaya adaptándose a Seungmin.
— Tienes razón —murmuró apesadumbrado.
Hyunjin se quedó pensando en ese tema durante el resto del día. La cuestión con YeEun había sido siempre algo que lo inquietaba. Temía que un día Sunghae apareciera para intentar quitárselo. Mordió su pulgar, observando a Taehyun durmiendo al niño. Tenían una buena relación.
Taehyun no podía concebir bebés, eso significaba que entre ellos dos jamás iba a haber hijos propios y aunque YeEun todavía lo llamaba el novio de su papá, el azabache no perdía la esperanza de alguna vez ser considerado parte de su familia.
Era algo con lo que Hyunjin no estaba en desacuerdo. Pero le preocupaba qué, de alguna forma, la llegada de Seungmin pudiera provocar alguna clase de problema. Ni siquiera sabía si debería decirle a YeEun quien era Seungmin, en primer lugar.
Suspiró, retirándose hasta su habitación para poder pensarlo con la cabeza fría. Era una simple llamada, algo que se solucionaba si accionaba en lugar indicado de la pantalla.
— ¿Estás bien? —Preguntó Taehyun, ingresando a la habitación. Hyunjin soltó el teléfono, observando a su novii. Asintió— ¿Seguro?
— La verdad no —confesó angustiado, tomando la mano que él le ofreció al sentarse a su lado—. Seungmin está de regreso en Seúl.
— ¿Kim Seungmin?
— Sí, él. El caso es... que tal vez quiera conocer a YeEun. Digo esto porque al final de cuentas es su familia. No puedo negarselo.
Taehyun se lo pensó un momento, inspirando suavemente antes de asentir. Era inevitable, en algún momento iba a suceder y estuvo consciente de eso desde el momento en que Hyunjin se convirtió en el padre de YeEun. Seungmin había sido importante y, de alguna manera, siempre iba a reaparecer en la vida de Hyunjin. Si no era ahora, iba a ser después.
— Es su familia —dijo con timidez—, tienen que conocerse.
Seungmin por poco había olvidado quien era Hwang Hyunjin. Tendía a ser obstinado cuando quería y debió haber supuesto que si lo buscaba, tal vez, él lo haría de vuelta. Aunque eso le hacía sentir bien, también lo ponía en una situación incómoda. ¿En serio Hyunjin sostenía su promesa?
Observó el nombre en la pantalla, suspirando antes de responder, sentándose al borde de la cama.
— Hey —murmuró al natural, intentando pasar por alto su propio nerviosismo, aunque su cuerpo tembló al escuchar la risa al otro lado.
— Entonces sí que eres tú.
— Sí —admitió—. Bueno ¿a que debo tu llamada?
— Fuiste tú quien llamó en primer lugar.
Seungmin quiso golpear su frente. Si Hyunjin le hubiera dicho eso años atrás ya estuvieran comenzando alguna discusión inmadura por ver quién era el que llevaba el mando de la situación, pero en ese momento admitió que Hyunjin estaba al frente y dominaba su vida entera. Suspiró.
— Dijiste que si alguna vez volvía a Seúl te buscara. ¿Sigue en pie eso de ponernos al día?
Podría jurar que Hyunjin había sonreído. Quería creer eso, pero así mismo intentaba no crearse alguna falsa ilusión.
— Sigue en pie —respondió, con un tono bastante risueño. Seungmin sonrió consigo mismo.
— Y... bueno, supe que Sunghae... quiero decir —se detuvo, tomando un poco de aire una vez más—, YeEun.
— Comprendo. Sí, está bien. Puedes conocerlo. Te enviaré la ubicación. ¿Podrías mañana por la tarde?
— Claro, puedo.
— Bien —respondió, contento. Seungmin se preguntaba si ese era el momento de colgar—. Ah, Seung...
— ¿Sí?
— Bienvenido de vuelta.
Se tiró de espaldas en la cama cuando Hyunjin colgó. Había cumplido, él escribió algo a los diecisiete años con toda la intención de sostenerlo.
Sonrió como enamorado. Desde que había conocido al pelinegro sus sentimientos lo dominaban constantemente. Pero se suponía que debía aprender a controlarlos, sobre todo porque ahora ambos eran adultos, padres, y peor aún, Hyunjin ya tenía a alguien más.
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Como Yo Te Quiero (HyunMin)
أدب الهواةMás de cinco años han separado los caminos de Seungmin y Hyunjin. Sin embargo, lo que Seungmin no esperaba era que regresar a Seúl iba a envolverlo en una serie de sucesos que cambiarían por completo la estabilidad en la que ya se encontraba siendo...