Capítulo 10

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El repiqueteo de las teclas en el ordenador, aunado al bolígrafo escribiendo y firmando hojas tras hojas, hacían a Seungmin mantener la concentración. Todo en su trabajo estaba yendo de maravilla. Jeongin ya no tenía que pasar el día entero guiandolo y eso le hacía tener confianza en sí mismo.

— Seungmin, buenos días —le saludó una carismática voz a sus espaldas. Al girar, con todo y silla, se encontró con quien solía ser el asistente de uno de sus jefes. El joven hombre le dedicó una sonrisa.

— Buenos días, Mark.

— Hay unos informes que me pidieron entregarte. Hay que revisarlos y aprobarlos —le explicaba, ingresando a su oficina para dárselos. Él los tomó con tranquilidad.

— Gracias, te avisaré cuando lo haya hecho.

Mark asintió, mirando sigilosamente las fotografías que Seungmin tenía en su área. Sonrió al ver una en la que se encontraba él con un niño.

— ¿Es tu hermano? —Preguntó con carisma, señalando de manera leve el retrato. Seungmin observó lo dicho, negando.

— Es mi hijo —afirmó, mirando a Mark por dos segundos antes de volver la atención a su trabajo.

— Es muy bonito, por cierto, yo quería decirte... la invitación que te hice la otra vez para ir por un café, sigue en pie. Aún espero a que me avises qué día tienes libre. Te he dado mi número, pero... tal vez lo perdiste o algo.

— Oh, sí, aún no he tenido espacio en la semana, pero sigo checando eso —comentó esto con el tono más serio de lo habitual, regresando la vista al asistente—, ¿te ayudo con algo más?

— Eh, no. Ya me iba y... llámame en cuanto estés listo, por favor.

— Lo haré.

Seungmin observó al joven salir de su oficina y se permitió suspirar. Mark le coqueteaba siempre, Félix y Jeongin se lo recordaban todo el tiempo, pero él no estaba interesada en esos asuntos.

Para la hora del almuerzo, acompañó a Jeongin al restaurante de siempre. Charlaban sobre los niños, respecto a Sukyeol y YeEun, de lo mucho que se querían y cuán contento estaba su hijo con la presencia de Hyunjin.

— Pero Suk no es el único contento, ¿a que sí? —Sonrió Jeongin, moviendo su jugo de naranja con delicadeza— Hyunjin sigue haciéndote muy feliz por el simple hecho de existir.

— Sinceramente, sí —decirlo a alguien más era definitivamente peor que admitirlo consigo mismo. Pero le funcionaba, aunque doliera, a enfrentarlo—. Pero él ahora solo puede ser en mi vida el padre de mi hijo, nada más que eso. No porque yo no quiera... sino porque él está con Tae. Ahora lo he aceptado.

Hasta poco tiempo atrás tenía mucho miedo de enfrentarse a la realidad, de que Sukyeol tenía un padre y que ese mismo estaba ya con otra persona.
Creía que si se enfrentaba a ello iba a olvidarlo y, en realidad no quería olvidar nada.

Jeongin lo observó por un momento, decidiendo estirarse levemente para tomar su mano.

— Algún día, cuando Sukyeol sepa quién es Hyunjin realmente, será más sencillo de sobrellevar.

— ¿Debería decirle todo? — Preguntó angustiado.

— ¿Sukyeol quiere saberlo?

— Bueno han pasado solamente unas semanas, pero parece muy cómodo con él. De todas formas, lo tendrá que saber en algún momento y empiezo a preferir que sea pronto.

— Si decides decírselo, creo que es bueno para su desarrollo. Al final de cuentas... un hijo siempre encuentra al que causó su nacimiento. Mírate a ti.

Como Yo Te Quiero (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora