Capítulo 23

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Hyunjin sonrió divertido cuando observó a Félix ingresar a su consultorio, su amigo bajito le regaló una gran sonrisa.

— ¿Como te trata la vida en familia, Doc? —Saludó. Hyunjin dejó escapar una suave risa, mientras él se dejaba caer en el sofá individual.

— Todo bien, hoy fue el primer día de Iseul y al parecer se lo tomó tranquilo —le dijo, buscando en su archivero el documento que buscaba—. Aquí está, expediente médico.

— Gracias, voy a deberte una enorme. Acabas de salvar mi trabajo —dramatizó, guardando la carpeta como si fuera lo más valioso del mundo— .Algún día pongámonos de acuerdo para algo, lo que sea que hagamos está bien —comentó, poniéndose de pie. Hyunjin hizo lo mismo.

— Tú siempre tan de prisa, Félix —le burló, comenzado a caminar con él para salir del lugar. Ya no era novedad que no tardase ni cinco minutos con una persona—. Más vale que lo digas en serio, porque te extrañamos.

— Prometo ir a visitarlos pronto.

— Claro, cuando tengas tiempo para eso —le recriminó, ganándose un empujón— ¿Como volveras al trabajo? ¿Quieres un aventón?

— No. Un amigo pasará por mí.

Hyunjin se detuvo un momento, vislumbrando el ascensor. Félix continuó su camino con tranquilidad.

— ¿Tú tienes otros amigos? —Preguntó, incrédulo, al caminar rápidamente para alcanzarlo— Quiero decir, ¿hay tiempo para eso en tu vida?

— No seas idiota, claro que tengo —le hizo saber, presionando el número de piso indicado. Hyunjin sonrió divertido.

— ¿Y como se llama? —Quiso averiguar, cruzando los brazos. Félix rodó los ojos, consciente de que era el ser más quejoso en cuanto sus relaciones interpersonales— ¿En qué trabaja? ¿Que edad tiene?

— No eres mi padre.

— Oh, vamos. Soy casi tu hermano yo también, no puedes no decirme.

— Ni siquiera Chris lo sabe —confesó avergonzado cuándo el ascensor se detuvo. Las puertas se abrieron y ellos salieron a paso tranquilo— ¿Recuerdas que nos reencontramos con Jisung? —Hyunjin asintió comenzando a especular. Félix suspiró— Bueno, hemos charlado algunas veces.

— ¿Me tratas de decir que el tonto del que estuviste enamorado durante todo el bachillerato y que nunca te hizo caso, ahora es tu amigo del alma?

— Supongo —resolvió con ceño fruncido. Por el modo en que Hyunjin lo decía, se escuchaba como algo terrible. Frunció el ceño al escuchar al alto suspirar— ¿Qué?

— Le dije a Seungmin en la fiesta de bienvenida de Iseul, que te vi charlando con Jisung. Terminarán enamorados —le sonrió de repente, pasando el brazo por los hombros de Félix mientras llegaban a la puerta principal—. Es evidente.

— Superé a Jisung antes de la graduación, por si lo olvidabas.

— Volverá a surgir. Y él se enamorara de ti y tú le darás bebés.

— Cállate, no seas tonto —le retó, golpeando su costilla un momento. Hyunjin dejó escapar una fuerte carcajada—. Cielo, detente.

— No.

La risa de Hyunjin se volvió más pronunciada cuando visualizó a Jisung esperando por Félix. El pelinegro se encontraba apoyado en su motocicleta, tenía un casco puesto y uno extra. Hyunjin decidió acercarse con más rapidez, obligando a Félix a avanzar rápido.

— ¡Hey, Jisung! —Le saludó Hyunjin, el aludido devolvió el saludo con una gran sonrisa.

— Hola, Hyunjin —respondió antes de mirar a Félix , ofreciéndole el casco extra— ¿Como están los niños?

— Ellos están bien.

Mientras se ponían al día brevemente, Félix aprovechó a ponerse el casco con rapidez, subiendo al asiento del acompañante. Sabía que, definitivamente, Hyunjin no iba a dejar pasar eso.

— Bueno, un gusto verte. Espero volvamos a saludarnos —se despidió el doctor—. Cuidado en la carretera.

— Igualmente, envía mis saludos a Seungmin.

Hyunjin asintió, dando una palmadita en el hombro de Félix, quien se despidió con un movimiento de manos.










Seungmin primero se detuvo en el jardín de infantes, dónde sus hijos le esperaban, acompañados de una de las profesoras. YeEun estaba muy tranquilo, pero Iseulyun tenía el uniforme y los cabellos llenos de tierra.

— ¿Que le pasó? —Preguntó a la cuidadora, ella suspiró entre preocupada y divertida.

— Un niño le tiró su caramelo por accidente mientras jugaban, antes de que pudieramos acercarnos para buscar una solución, IseulYun ya estaba sobre el chiquillo. Su pequeña pelea se prolongó un poco.

— Dios mío, IseulYun, ¿dónde aprendiste eso?

— Lo hice porque sí —le respondió el pequeño, desinteresado.

— En casa hablaremos seriamente, jovencito.

IseulYun asintió, comprendiendo que muy probablemente estaba en un problema. Así que se mantuvo callado el resto del camino, incluso cuando pasaron buscando a Sukyeol.







— ¿Como estuvo tu día? —Preguntó Hyunjin ingresando a la habitación, luego de sobrevivir a la cena y hora de dormir. Ahora cada niño poseía una habitación propia y era un poco mas tardado ir durmiendo uno a uno.

— Emocionante —le sonrió Seungmin con cariño, recibiendolo cuando ingresó a la cama—. IseulYun nos va a dar mas dolor de cabeza que nadie.

— Y que lo digas —río ligeramente—. No puedo creer que en serio se peleó, en su primer día, del prescolar.

— Iseul es un caso —murmuró mirando nada en la oscuridad, Hyunjin entrelazó sus manos debajo de las colchas—, pero al menos parece haber tomado bien su castigo

— Sabe que hizo mal, en el futuro se lo pensará mejor dos veces. ¿Te imaginas como será cuando vaya en primaria? ¿Peor aún en secundaria?

— Nos sacará canas. Hyunjin, soy muy joven como para tener canas.

El aludido dejó escapar una dulce carcajada, inclinándose un poco sobre el cuerpo de Seungmin para besar sus labios.

— Aún con canas yo seguiré pensando que eres perfecto.

— ¿Es broma? Me veré como un viejo.

— Un viejo precioso.

— Dios mío, Jin. Esto es serio.

— Sé que es serio —volvió a reír en son de burla—, pero jamás dejarás de encantarme. Aún cuando tengas canas, arrugas, o necesites usar un bastón. No dejaré de amarte ni siquiera cuando nuestros hijos crezcan, vayan a la Universidad, o formen sus propias familias, ¿sabes por qué? Porque sin importar qué, tú siempre has sido mi familia y contigo tengo mas que suficiente.

— ¿Por que eres tan lindo?

— Por qué te amo —le sonrió en penumbras, dejando un beso en sus labios una vez más—. Gracias, Seung.

— ¿Por qué?

— Por la forma en que me quieres —murmuró apenado, sin saber por qué.

— Gracias a ti por quererme de esa manera en que solo tú sabes hacerlo.

Como Yo Te Quiero (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora