Epílogo

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Los chapoteos en el agua retumbaban una y otra vez a medida que las piedras golpeaban contra el lago, para sumergirse lentamente en él. YeEun suponía, tal como su padre le había dicho alguna vez, que al final de su recorrido se asentaban en la tierra húmeda y formaban parte del ecosistema. Un buen proceso, a su parecer.

Suspiró cansado cuando lanzó una última piedra ya casi al atardecer, su reloj de pulso le anunciaba con pequeños pitidos que la oscuridad llegaría pronto y que debería volver a casa. Cerró los ojos un instante sintiendo las brisas tardías tocar su rostro, el verano acabaría pronto y con él otro ciclo escolar comenzaría.

Estaba a punto de comenzar el bachillerato. Eso le llenaba de nostalgia. Pronto cumpliría quince años y además de ser, según él, una edad ya mayor se preguntaba si algo nuevo iba a ocurrir en esa nueva etapa. Era una interrogante constante cada vez que comenzaba un nuevo ciclo. Para sus hermanos era un tanto más sencillo, pero para él significaba todo un escándalo.

Avanzó por las calles llenas de gente, la mochila al hombro le recordaba la cantidad de deberes escolares que se le iban a sobrevenir en su nueva etapa. Ingresó al subterráneo, buscando con la mirada a su mejor amigo. Lo encontró cerca de la taquilla. Lachlan movía las manos en el aire para llamar su atención. Él se acercó, sonriente.

— ¿Lo obtuviste todo o te falta algo? —Preguntó su amigo, pasando el brazo por sus hombros. YeEun asintió.

— Ya tengo todo listo, vamos a casa.

Abordaron el metro con tranquilidad, eligiendo lugares al fondo. Lachlan era una buena compañía durante las cinco estaciones hasta su parada final. Descendieron junto a un tumulto de personas, cada una de ellas metidas en sus propios asuntos.

Al llegar a su casa los recibió la algarabía de IseulYun, BooGi y ese otro niño que se había vuelto mejor amigo de los dos más pequeños, Ukseung.

— Hola, Iseul y compañía —saludaron con amabilidad, pasando de largo hasta la cocina, donde se encontraban sus padres.

— Comenzaban a preocuparme —dijo Hyunjin, observándolos—. Vayan a lavarse las manos, la cena estará lista pronto.

Ambos chicos casi de bachillerato obedecieron, yendo directamente a prepararse para la cena. Su familia seguía siendo de cinco personas, pero casi siempre su hogar el anfitrión de sus encuentros con amigos, por lo que una cena podía llegar a ser motivo de hasta diez personas.

— Mamá, terminamos de acomodar la mesa —informó SukYeol, apareciendo a la cocina.

YeEun y Lachlan se volvieron para saludar al mayor, sin embargo, ambos se quedaron sorprendidos al ver a un joven desconocido junto a él. Sus ojos viajaron desde el cabello del chico a su rostro bonito y fino, poseía unos ojos castaños, nariz delgada, unas bonitas pecas y labios carnosos. Llevaba una polera de un tono gris que resaltaba su piel blanca, jeans ajustados y los zapatos perfectamente lustrados. YeEun no tardó en saludarlo con una gran sonrisa, mientras Lachlan lo miraba con ojos bien abiertos.

— Hola, yo soy Lachlan —se presentó el jovencito. Sukyeol observó a su nuevo amigo y luego a los dos recién llegados.

— Ah, si, niños, él es Dae —presentó al pelirrojo—. Dae, este es mi hermano YeEun, y nuestro primo Lachlan.

— Un gusto —saludó YeEun, empujando suavemente a Lachaln.





















YeEun observaba la llovizna a través de la ventana de su salón de clase, intentando atender la materia, pero también aprovechar a mirar la lluvia.

Por ahí del medio día había un par de horas libres en las que se encontraba con Lachlan para charlar sobre sus grupos, debido a que se encontraban en salones distintos. También, a veces tomaban el almuerzo con Sukyeol y algunos de sus amigos, sobre todo Dae.

YeEun comía su sándwich con tranquilidad, notando que Lachlan se encontraba demasiado ansioso, estirando el cuello reiteradas veces en busca de Dae y Sukyeol.

— Vendran pronto —le animó con diversión—. Pero esta vez, intenta hablarle sin trabarte.

— Ahhh YeEun, eso es un golpe bajo —masculló Lachlan, mirándole con recelo—. Ya te veré cuando te guste alguien, estarás nervioso todo el tiempo.

— Eso no va a suceder —acotó, viendo al par de chicos acercarse a la distancia. Sonrió—.Enamorarse es para tontos.

— Eso dices ahora —masculló Lachlan, acomodando sus cabellos. YeEun volvió a reír antes de negar para sí mismo.

Siempre recuerda... amar sin pensartelo demasiado 》




Iseul Yun observó la institución enorme a través de la ventana del auto de su padre. Suspiró, afligido, escondido en la música de sus audífonos. Mordió su pulgar, mirando de soslayo a su hermano castaño, él parecía relajado, leyendo un libro de comedia romántica, lo notó ajustar sus gafas mientras pasaba de página. A continuación echó un vistazo en los asientos de enfrente, dónde Sukyeol viajaba, hablando con Seungmin, quién conducía tranquilamente.

— Aquí te quedas, mi amor —le informó su padre al aparcar frente a la secundaria. IseulYun sintió temor al darse cuenta que, a pesar de ser el primer día de la secundaria, papá no iría con él— ¿Quieres que vaya contigo? —Se ofreció con sinceridad, sin embargo, el pronto adolescente negó.

— Gracias, pa. Me encontraré con BooGi y Ukseung.

— Va. Portate bien, pasaré por ti. Suerte en tu primer dia.

— Sí, y ustedes también suerte —dijo a sus hermanos, antes de abrir la puerta. YeEun alcanzó a despeinarle los cabellos mientras Sukyeol se despidió con movimientos de manos.

Sin embargo, a medida que avanzaba hasta la entrada principal, en serio deseaba volver el tiempo atrás y decirle a su padre que le acompañara, quizás YeEun también hubiera accedido a llevarle al portón. Si tan solo no se hubiera dejado llevar por su orgullo de creer qué, al tener trece años e ir ya a secundaria, tenía que ser independiente. Por lo tanto ahora se arrepentía.

— ¡IseulYun!

Una sonrisa emocionada apreció en su rostro al escuchar a su mejor amigo. Eso lo tranquilizaba de muchas maneras. Volteó, viendolo correr en su dirección, de la mano con Ukseung.

BooGi y Ukseung, el niño con el que había peleado el primer día del jardín de niños, se habían convertido en sus dos inseparables mejores amigos. IseulYun enganchó sus brazos a los de sus amigos, comenzando a caminar con ellos. Juntos la presión era menos.

— Este ciclo, mi aula está solo a cinco salones de la tuya, IseulYun —le informó Boogi con la melosidad que lo distinguía.

— Iseul, está confirmado, iremos al mismo curso —le dijo esta vez Ukseung.

El susodicho sonrió, porque ellos eran la voz de su vida. BooGi era un chico mimado, Ukseung postulaba a ser un genio, pero tenía una voz muy graciosa que podía hacerle reír en cualquier momento. Los dos eran lo mejor de su vida y, según su padre Hyunjin, eso era más que suficiente por el momento.





Algunas personas impactan en tu vida, Hwang Hyunjin. Usualmente llegan en un día no común. Cuándo van a ser especiales, el día será especial por siempre

— Hyun...

— ¿Sí?

— Gracias por elegirnos.












Como Yo Te Quiero (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora