2 de Octubre del 2004
—Pues... ¿Hace eso con frecuencia?—
—Si, doctor. Se queda mirando un punto fijo y se tambalea con sus pies de un lado a otro.—
El doctor Smith anotó en su libreta los relatos de la señora Maldonado, quien llevaba varias consultas hasta la fecha.
—Estoy algo desesperada... Alexis no ha hablado nunca hasta ahora, su padre al ver que nuestro niño no es muy normal, se marchó con otra mujer.— La señora miró cabizbaja sus manos, las cuales estaban aferradas entre ellas.
—Cuando mi marido se fue, a mi hijo pareció no importarle ni un poco. Tampoco me quiere mirar a los ojos, su mirada siempre está perdida o mirando algo fijo. ¿Qué puedo hacer, doctor?—El señor de edad mediana miró al niño, quien aún seguía tambaleándose, y mirando fijamente el atrapasueños que estaba colgado frente a la ventana.
—Recolectando todos los relatos que usted me ha contado en las ultimas seis consultas...—Empezó a hablar el psicólogo dándole unas pequeñas hojeadas a su libreta —Alexis forma parte del espectro autista.—
Los ojos de la señora Maldonado se abrieron como pelotas de ping pong, extremadamente confundida.
—¿Mi pequeño es a-autista?—
—En efecto.— Respondió con total calma —Alexis podrá presentar en el futuro dificultades sociales y del habla. Por lo tanto, hay que acompañarlo en todo momento.—
La madre miró a su hijo, con una expresión de decepción, y dio un suspiro.
—No se preocupe, su hijo podrá llevar una vida de lo más normal, solo que con ciertas dificultades. Podrá contar conmigo, tú y él cuando me necesiten. Y, además, de los niños con espectro autista que he diagnosticado, algunos de ellos resultan ser unos genios en sus intereses. Tengo fe en que Alexis podrá llegar lejos en su vida.—
—...¿Lo asegura, doctor?—
—Bueno, no es así en todos los casos. El autismo es un espectro, es decir, no todos los casos son iguales. Cada niño es un mundo completamente distinto, y las personas autistas en general, tienen un mundo muy complicado de entender, y solo ellos pueden hacerlo.—
La chica se quedó en silencio. Se levantó de su asiento y fue a tomar a su hijo de la mano, quien volvió a la realidad y miró cabizbajo sus propios tenis blancos.
—Venga la semana que viene, y le ofreceré distintos tratamientos para el pequeño. Gracias por su visita, y suerte.—
Alexis seguía a su madre, tomados de la mano, sin pronunciar ni una sola palabra. Salir a la calle le aterraba al pequeño, los ruidos, la multitud de gente que pasaba, los olores. Era muy sensible a los estímulos externos.
Ya llegando a la casa, estando a media cuadra, su madre paró a charlar con una vecina. Como siempre, él no estaba interesado en lo más mínimo de lo que estaban hablando. Su madre intentaba que su hijo saludara a su vecina, pero como siempre, no había caso, siempre miraba al suelo sin pronunciar ni medio sonido.
De repente, luego de quedarse obsoleto en sus pensamientos, levantó un poco la mirada y vio cerca de él una tienda de videojuegos. Absolutamente encantado, soltó la mano de su madre y corrió hasta la vidriera, donde allí se mostraban los videojuegos del momento, y la famosa PlayStation 2.
—¡ALEXIS!— Gritó su madre, asustada ya que se había alejado unos metros de ella.
Agarró fuerte su mano y se agachó a la altura de su hijo.
—¡¡No puedes soltarte así de mi mano, es peligroso que hagas eso, por favor!!—
—¡Es la PlayStation 2!—
Fueron casi que las primeras palabras de Alexis. Su madre quedó callada, sorprendida por escuchar a su hijo hablar, cosa que nunca pasaba.
—¿Q-Que...?—
—¡Es una consola de Sony lanzada por primera vez en Japón el 4 de Marzo de 2000. Su formato de videojuegos es de DVD y CD, tiene una memoria RAM de 32 Megabytes, con un procesador de EE RISC MIPSIV de 64 bits, y una resolución desde 256x224 hasta 1280x1024!—
Las lágrimas de la madre joven no tardaron en salir, quedó encantada y anonadada por la voz de su pequeño, y por sus extraños conocimientos tecnológicos.
—Tú... ¿La quieres?—
Alex miró a su mamá, y una pequeña sonrisa se dibujó en su cara.
—¡Si, mami!—
Con los ojos abiertos y rojos por las lágrimas, con muchas emociones acumuladas, tomó otra vez la mano de su hijo y entraron a la tienda de videojuegos. Alexis pasaba por cada rincón de la tienda, y le hablaba a su mamá sobre la historia de cada videojuego que estaba a la venta.
El vendedor que estaba atendiendo, se quedó sorprendido. Un niño de 4 años tenía más conocimientos que él a sus 19 años.
La madre dejó unos tres juegos para comprar, y la PlayStation 2. Alexis estaba emocionado, era la primera vez que mostraba emociones y no estaba callado mirando al suelo.
—¿Eso sería todo?—
—Si...—
Luego de pagar, el vendedor estaba poniendo todo en una bolsa. En eso, miró al niño y luego a la joven señora.
—Su hijo es un experto, señorita. ¿No vio la manera en la que habla? Bastante formal para un niño de 3 o 4 años. Lo ha educado bastante bien, parece ser.—
Las palabras del joven vendedor con camiseta de Metallica conmovieron más a la chica. Miró a su hijo y luego agarró la bolsa.
—Gracias, señor. Volveremos otro día.—
La joven vio por fin un pequeño rayito de esperanza. Tal vez el psicólogo Smith estaba en lo cierto. Alexis podría ser un genio.
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Nota de la autora:
(9/8/22) que ondaa! bueno, quiero acá ofrecer unas disculpas por el apellido de quackity, ya que algunos dicen que alex no ha confirmado su apellido.
aun así, hasta que no se confirme cual es realmente su apellido, seguiré usando el "Maldonado" pq,,, perdón necesito un apellido para el pobre chico.
perdón a todos y gracias. ;))
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Más allá del síndrome ➵ Rubckity.
FanfictionAlex es un chico de preparatoria que forma parte del espectro autista. Su sueño más grande no era entrar a la mejor universidad, algo que muchos creían debido a su increíble inteligencia, si no que quería ser un exitoso streamer. Por otro lado, Rubé...