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Rubén:

—¿Como les fue en el examen?— Preguntó Mangel mientras caminábamos por los pasillos —Yo me he sacado un 6,50, creo que está bastante bien.—

—Ole, felicidades.— Sonreí mientras le daba palmadas en la espalda —Yo un 8.—

—10.— Respondió Alex.

—Ala, equipo de aprobados.— Rió suavemente —Bueno, de ti era de esperarse Alex, pero tú Rubius, que no se como te estás sacando esas notas.—

—Estudiando hasta la ostia. Pero ya esto es lo último, dentro de muy poco nos graduaremos.—

—¡Ay, que emoción!— Chilló Ari con su tierna sonrisa —No puedo esperar para por fin verlos en la fiesta de graduación, ya tendría que conseguir mi vestido...—

Estuvimos hablando de temas triviales hasta que cada uno tuvo que irse por su lado, excepto Alex y yo. Durante todo el día no dijo muchas palabras, solo las justas y necesarias. En el almuerzo estuvo tan metido en su mundo que supimos inmediatamente que no debíamos hablarle, aunque si le hubiésemos hablado no hubiese contestado o reaccionado.

—¿Quieres que te acompañe a tu casa?—

—No, gracias.— Respondió con firmeza —Mi madre desde ese día no ha vuelto a pisar la casa, es muy difícil para mí.—

—Lo sé, cariño.— Suspiré de tristeza y acaricié sus hombros —Pero eres un chico super fuerte y capaz de todo, se que saldrás adelante y yo estaré al costado de tu camino para apoyarte, ¿Sabes?—

Una pequeña sonrisita sin mostrar sus dientes se formó en su bello rostro al escuchar mis palabras.

—Se que serás alguien en la vida, Alex, con o sin tu familia. Acuérdate de esto antes de prender tus futuros streams.—

Le iba a dar un beso en la frente, pero recordé que quería una relación a escondidas, y aún la gente del insti no se terminaba de ir del todo. Aún había mucha gente, no quería que Alex sufra acoso social, ya no más.

—Te amo, cariño.— He dicho y acomodé los mechones que le salían de su gorro de lana —Está tarde me conectaré al servidor para hacer el portal al neather.—

—¿De veras?— Hablar de Minecraft era su felicidad, y mía igual, y haría todo por ver esa sonrisa que se le dibujó en segundos —Va, te espero. Yo también te... Amo.—

—Cada día cuesta menos. Estoy orgulloso de ti.— Nos sonreímos.

Lo despedí con un cálido abrazo y se fue sin decir nada. Todavía le costaba eso de decir cosas en plan "Te amo" "Cuídate", aún así desde el día uno le prometí esperarlo hasta que ya no le cuesten las muestras de afecto.

Me dí la vuelta para irme por la otra calle, pero vi algo que sinceramente me preocupó. Vi a una chica llorando sentada en una banca de la entrada del insti. No la conocia a simple vista, pero aún así me acerqué a ver que estaba pasando.

—Oiga, ¿Se encuentra bien?—

La chica levantó la mirada, y para mí puta sorpresa la chica era Danae. Vamos, que de todas las chicas del insti tenía que ser ella, hasta me habría dado más alivio si se tratase de Irina.

—N-No...— Dijo entre sollozos —Mis padres se están d-divorciando...—

Al escuchar eso no pude evitar sentirlo yo también. Si bien de pequeño no lo he sufrido tanto, pero al crecer me percaté vacío que dejó la separación de mis padres.

—¿De verdad?—

—Si...— Le limpió cuidadosamente las lágrimas para no arruinar su maquillaje ya arruinado por el rimel corrido.

Más allá del síndrome ➵ Rubckity.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora