Alex es un chico de preparatoria que forma parte del espectro autista. Su sueño más grande no era entrar a la mejor universidad, algo que muchos creían debido a su increíble inteligencia, si no que quería ser un exitoso streamer.
Por otro lado, Rubé...
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Dudé de las recomendaciones de Iván. Hace más de un mes que no hablaba con Rubius, y a decir verdad, si lo extrañaba. Quería poder hablar de Minecraft con alguien sin que se quejara de mis gustos, como sucedía todo el tiempo con Danae.
Luego de avisarle a mi madre que saldría, me puse mi gorro de lana y salí de casa. Sentía demasiados nervios, nunca tomé la iniciativa de algo, pero Iván tenía razón, y presentía que ambos han estado hablando recientemente, pero no importaba. Estaba decidido a dejar de estudiar por unas horas con tal de ver otra vez a mi amigo.
Dudé específicamente 2 minutos y 31 segundos si tocar el timbre o no. Conté hasta 3 ayudándome con los dedos, cerré con fuerza mis ojos y toqué el timbre. Mi corazón latía más rápido que antes y mis manos empezaban a sudar, rogando por favor no entrar en estado de mutismo debido a mis nervios.
Apenas noté que la puerta se abría y notar una cabellera rubia, cerré mis ojos nuevamente, tomé aire y sin pensarlo, hablé.
—¡Salgamos a caminar, Rubius!—
Noté un silencio raro, así que me animé a abrir mis ojos e intentar mirarlo a la cara, fingiendo estar decidido ante mis acciones. Quedé como un tonto, lo sé, pero no es algo nuevo en mí.
—Primero saluda, ¿No?— Dijo junto a su risita burlona característica.
—Lo siento, si si...— Me puse más nervioso aún —Volveré a empezar. Hola Rubius, buenas tardes, ¿Como estás? ¡Lin-lindos pantalones grises!—
