Capítulo 37

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Se despertó al medio día, cuando la luz entraba con tanta fuerza por las ventanas, que ni las cortinas cerradas eran capaces de atenuarla. 

Se frotó los ojos repetidamente y miró a su alrededor, Byulyi no estaba e intuyó, al ver la hora, que llevaría un rato despierta.

Miró su teléfono y para sorpresa de él, solo tenía un mensaje de Jin, diciéndole que no estaría para el almuerzo.

Ni rastro de Hoseok.

- ¿Se sentirá mal? - se preguntó a sí mismo, recordando todo lo que había sucedido la noche anterior.

Se levantó de la cama, se puso su ropa, se peinó un poco frente al espejo, que su amiga tenia sobre la cómoda, y salió de la habitación.

- Buenos días, bello durmiente. - lo saludo Byul, con una sonrisa, mientras masticaba un pedazo de pan frente al televisor.

- Buenos días. - le respondió él, aún con la voz grave por el sueño, sentándose a su lado.

- ¿Tienes hambre? Sabes que cocinar no es mi fuerte, pero podemos pedir algo. - Yoongi negó con la cabeza y se quedó callado unos segundos.

- Ni siquiera le respondí a Hoseok cuando me propuso ir a comer hoy. - la pelimorada suspiró, soltó su trozo de pan con mermelada en el pato y lo miró.

- ¿Por qué no lo llamas, entonces?

- Sí, quizás debería... - Byul le sonrió levemente y volvió la vista al televisor. Gesto que le resultó extraño. - Oye, tú... ¿estás bien?

- Sí, ¿por? - el rubio se encogió de hombros, desde la noche anterior sentía que algo ocurría, pero no sabía cómo abordarlo.

- No sé, me da la impresión de que no me crees cuando te digo que seguiremos siendo amigos. - la pelimorada lo miró de nuevo a los ojos y negó con la cabeza.

- Todo está bien, en serio. Escríbele a Hoseok y pregúntale si quiere almorzar contigo, sé que tienes ganas. - Yoongi asintió y se sacó el teléfono del bolsillo, mientras su amiga, una vez más, desviaba la mirada hacia la tele.

Tras unos minutos de silencio, con solo el sonido de la película que Byul estaba viendo de fondo, el teléfono del rubio vibró, recibiendo respuesta a su pregunta.

- Dice que no puede, que sale ya para Daegu. - le contó a su amiga, con una inevitable decepción. La pelimorada hizo una mueca de tristeza y apretó su brazo.

- Lo siento. - Yoongi negó con la cabeza, encogiéndose de hombros, y se levantó del sofá. - ¿Te vas ya?

- Sí, noona, creo que hoy necesito estar solo y procesar un poco todo lo que está pasando. - Byulyi asintió levemente y se levantó también, para darle un abrazo.

- Cuenta conmigo para lo que necesites. - le dijo, mientras acariciaba su espalda con cariño.

- Lo haré, te lo prometo. - la pelimorada asintió y se separó de él.

- ¿Quieres que te acerque a casa? - le preguntó, recordando que, la noche anterior, él había llegado en transporte público.

- No, iré en tren otra vez, ya sabes que me gusta. - Byul le sonrió y camino con él hacia la puerta de salida.

- Avísame cuando llegues, entonces, para quedarme tranquila.

...

Llegó a casa sintiendo mareo, no sabía si por el vaivén del tren, por no haber comido nada desde la tarde anterior o por la tensión acumulada.

Se sentía mal por Hoseok, porque ni siquiera le dio una respuesta a una propuesta tan simple e inocente, y era más que normal que el pelinegro hubiera decidido irse.

Vaivén [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora