Capítulo 70

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Una semana después.

El gran día había llegado y, aunque los novios habían hecho todo lo posible por convencerlo, Yoongi se había negado en rotundo a que la boda se cancelase.

Decía, y razón no le faltaba, que después de tanto dolor, tanto trauma y tanta tristeza, todos necesitaban un motivo de celebración, un día para pasarlo bien, disfrutar y olvidarse un poco de todo.

- ¿Te vas a vestir ya? - le preguntó Jin, asomándose a su habitación al verla abierta.

- Aún es pronto, ¿no? - el castaño sonrió y se encogió de hombros.

- Estoy de los nervios. - Yoongi soltó una carcajada y se sentó en la cama.

- No quiero ni pensar como estarás el día que te cases tú. - Jin caminó hacia él, y se dejó caer a su lado.

- Si es que Taehyung me lo pide algún día. - el rubio sonrió y observó a su amigo. - Y si es que algún día nos permiten casarnos.

- Seguro que sí, hyung. Ambas cosas. - el mayor sonrió y giró la cabeza, haciendo contacto visual con él.

- ¿Te respondieron de la inmobiliaria? - Yoongi apretó los labios y asintió con la cabeza. - ¿Y qué te han dicho?

- Que la casa es mía si la quiero. - Jin hizo un puchero y desvió la mirada de nuevo.

- Voy a seguir diciéndote que no tienes que irte.

- Lo sé, pero lo necesito. - el mayor asintió, comprensivo. Lo entendía, aunque no estuviera de acuerdo.

- ¿Vas a buscar un compañero de piso para la segunda habitación? - Yoongi sonrió ladino y llevó la vista al techo, tratando de ocultar su cara lo máximo posible.

- Quizás.

...

La calma parecía haber llegado tras la tormenta. En esa semana, se había puesto en contacto con el médico que le habían recomendado, y este lo había ayudado, acompañándolo a una terapia especializada en alcohólicos.

Al principio había sido vergonzoso, pero tras el nerviosismo inicial, todo había fluido y se había sentido mucho mejor.

Tenía claro que, sí no hacía algo cuanto antes, terminaría buscándose problemas serios.

'Por suerte solo es esteatosis hepática, es reversible y fácil de tratar' le había dicho su médico, una semana antes. Pero solo el nombre ya le había puesto los pelos de punta y algo en él había cambiado.

No sería fácil, lo sabía de sobra, pero no podía tirar su vida por la borda, especialmente después de todo lo que había sucedido con Hoseok.

El pelinegro estaba bien, dentro de lo posible. Había buscado ayuda profesional, se estaba tomando un descanso de su trabajo y se había refugiado en sus padres y en sus amigos para superar el trauma del secuestro.

Como era de esperar, Ethan no pisaría la cárcel, pero lo habían mandado de vuelta a Estados Unidos tras pagar una multa y con una orden de alejamiento.
Aunque, por suerte, parecía haber aprendido la lección y había dejado de molestar.

Se acercó al espejo y se miró, con su traje ya puesto. Se veía increíblemente guapo, especialmente después de que Hyejin le tiñera el pelo de color gris. Al principio, se mostró reticente, pero la chica logró convencerlo y él terminó agradecieéndoselo.

Poco a poco comenzaba a recuperar su autoestima, sus ganas de vivir y su entusiasmo por las cosas.

- Vaya... - susurró el pelinegro, que en silencio, lo había estado observando desde la puerta.

Vaivén [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora