Capítulo 55

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Llegó tarde esa noche, pues aprovechó para pasar el rato con los chicos, tras la visita a la otra empresa, y cenaron juntos. 

La relación con Hoseok se hacía más y más estrecha y le resultaba cada vez más complicado controlar sus impulsos y sus sentimientos.

Sabía que, si todo continuaba así, sería cuestión de que el momento adecuado se diera, para sucumbir.

- ¡Yoon! - lo llamó el castaño, tocando su puerta. - ¿No vas a comer?

Yoongi abrió los ojos, a duras penas, y buscó a tientas su teléfono con una mano, mientras que, con la otra, se frotaba los ojos. Eran las dos de la tarde y, si no fuera por Jin, habría seguido durmiendo.

- Ya voy. - le respondió, con la voz ronca por el sueño, soltando de nuevo el móvil en la mesita de noche.

Oyó los pasos de su hyung alejarse e intuyó que se había ido a la cocina. Se desperezó un poco y una estúpida sonrisa apareció involuntariamente en su cara al recordar lo sucedido el día anterior.

Se puso la camiseta del pijama y salió de la habitación, en busca de Jin, quién probablemente estaría ya comiendo con su chico.

- ¡Buenos días! - lo saludó el mayor al verlo entrar en la cocina. Taehyung levantó la vista del bol de arroz y movió la mano, levemente, en señal de saludo.

- Que aproveche. - le dijo Yoongi sentándose frente a él, en su sitio de siempre.

- Grafiaf, fyun. - le respondió el pelinegro, con toda la boca llena de comida, haciéndolo reír.

- ¿Llegaste muy tarde anoche? - le preguntó Jin, con las cejas tan levantadas que era obvio por donde trataba de llevar la conversación.

- Como a la una de la mañana. - el castaño asintió con la cabeza, puso su plato y el de Yoongi en la mesa y se sentó en su sitio.

- ¿Y qué tal? - Taehyung observaba la escena, callado, sin dejar de comer.

- No pasó nada, si es lo que quieres saber. - le dijo Yoongi, separando sus palillos para comenzar a comer.

- ¿Nada? - el rubio se quedó en silencio unos segundos, tiempo suficiente para que Jin lo mirase con desconfianza.

- Bueno... Casi pasa algo. - los ojos del pelinegro, que seguía comiendo, se abrieron ampliamente al escucharlo.

- ¿Nos lo vas a contar o te vas a seguir haciendo el interesante? - le preguntó Jin, desesperado. Sin duda, la paciencia no era su mejor virtud.

- Fui a llevar a Jimin y Jungkook a las empresas de las que te hablé, y en un momento que nos quedamos solos en el coche... - veía a sus dos amigos completamente atentos a él y hacía todo lo posible para no esconderse debajo de la mesa por la vergüenza que sentia. - Casi nos besamos.

- ¿¡Casi!? - gritó Taehyung, soltando los palillos de golpe contra el plato.

- Los chicos volvieron justo en el momento y bueno... Ya luego no surgió. - Jin resopló y empezó a comer, decepcionado.

- Bueno, si tiene que ser, será.

- Pero... ¿tú estás bien? - le preguntó Taehyung, que había dejado de comer tras oir el relato.

- Sí, la verdad es que sí. Parece que las cosas están calmadas, voy manejando mis mierdas y bueno... Creo que sí. - el pelinegro asintió con una sonrisa, conforme, y continuó comiendo.

- Ya sabes lo que siempre te digo, déjate llevar, siempre y cuando no sea a un precipicio. - le aconsejó Jin una vez más.

- Sí, hyung, a estas alturas ya no tengo prisa por nada. - el castaño sonrió, satisfecho, y continuó comiendo. Pero Taehyung, que se había animado demasiado con la historia, se quedó mirándolo con picardía. 

Vaivén [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora