Capítulo 52

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Lo que había empezado siendo un horror, se terminó convirtiendo en una noche para el recuerdo, gracias a Jin. Habían estado en Apsan hasta más de las dos de la madrugada, charlando, cantando y viendo las estrellas.

Y, luego de una gran noche con su hyung, su cama, donde durmió durante toda su infancia y adolescencia, lo recibió con los brazos abiertos.

Esa noche durmió tranquilo, a pesar de todas las cosas que lo atormentaban, oler el suavizante de mamá en las sábanas le calmó la ansiedad. Se sentía en casa, seguro y protegido, como siempre se había sentido con ella.

Se despertó temprano, teniendo en cuenta que había ido a dormir muy tarde, y lo primero que recordó era que al día siguiente tenía que volver al trabajo.

Sus vacaciones habían acabado y ni siquiera se había dado cuenta, entre una cosa y otra.

Cogió el teléfono para mensajear a Namjoon. Quería avisarle de que volverían a Seúl después de comer y preguntarle cómo le iban las cosas a Hyejin. Pero, tras hacerlo, se quedó mirando la lista de sus contactos.

- ¿Y si la llamo? - se preguntó a sí mismo, observando el nombre de Byul. La conversación que tuvo con Jin lo había hecho darse cuenta de lo despegado que estaba de ella.

Pulsó el botón de llamada y esperó unos cuantos segundos, oyendo los tonos, pero la chica no respondió. Así que supuso que estaba ocupada o aún dormida.

Miró en su reloj la hora de Los Ángeles, Jin le había enseñado a buscar otro uso horario y así ya no tendría que estar calculando todo el tiempo la hora que era para Hoseok.

- Casi las ocho de la noche. - susurró para sí mismo. Probablemente el chico estaría cenando o a punto de hacerlo.

No le había escrito desde el día anterior, no tenía nada nuevo que decirle y prefería dejar que todo se calmase un poco. Aunque las ganas de hacerlo no le faltaban.

Se desperezó unos segundos y salió de la cama, a duras penas, no le apetecía en absoluto tener que vestirse y volver a casa, pero no le quedaba más remedio que hacerlo.

Fue cuando terminó de ponerse la camiseta, cuando el teléfono sonó y se acercó a él para ver quién era.

- ¡Noona! - dijo, entusiasmado, tras descolgar la llamada. - Pensé que estarías ocupada o algo. - la risa de Byul al otro lado de la línea lo hizo sonreír a él, con cierta confusión.

- Lo estaba, pero ya no. ¿Qué te cuentas? - le preguntó ella, con una notable felicidad en su voz.

- Estoy en Daegu pasando el fin de semana en casa de mi madre, Jin también ha venido. Ah, y ya mañana vuelvo al trabajo. - le explicó,cómo si nada. - Y tú, ¿qué tal? ¿cómo te va?

- Bien... Bastante bien. - una risa se escuchó de fondo, y Yoongi pudo jurar que no era la de su amiga.

- ¿Seguro que no te pillo en mal momento? - le repitió el rubio, preocupado por estar molestándola.

- No, no. Estoy con una amiga que se quedó a dormir anoche, pero no pasa nada. - Yoongi asintió con la cabeza y se quedó en silencio. No le dolía que estuviera con alguien más, pero no podía evitar sentir un mínimo de celos. Al fin y al cabo, ellos habían compartido muchos momentos de intimidad en los últimos meses.

- Ah, genial, noona. ¿Te veré pronto? - le preguntó, sobreponiéndose con rapidez a los sentimientos negativos.

- ¡Claro! Esta semana estoy en turno de mañana, tú solo escríbeme y paso a buscarte. - le respondió ella, con una felicidad genuina. - Oye, ¿va todo bien? - ni siquiera le había mencionado la palabra, pero Yoongi sabía, exactamente, a qué se refería.

Vaivén [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora