Capítulo 11.

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Lee se encogió de hombros como si nó hubiera dicho nada y caminó hacia la cocina, todos miraron a Gaara y este le contestó la mirada igual de confundida que la de ellos, así que se levantó y fue a la cocina también.

Lee sacó unos jugos y unos vasos y fue poniendo todo en bandejas para darle a todos.

-¿Que es eso de adoptar una bebé?

-No lo decía en serio, tranquilo.

Lee salió de la cocina dejando a Gaara igual de confundido que antes, y cuando regresaron a la sala nadie quiso preguntar al respecto, sabían que era algo que ellos debían hablar a solas primero.

Pero en la mente de Gaara... No era una mala idea.


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Estaba anocheciendo cuando Shinki recibió a él señor feudal del país del viento y a su hija en su oficina.

-Es un placer que haya aceptado nuestra propuesta Lord Kasekage.

-¿Porque no lo haría? Es un verdadero placer unir nuestras familias y en lo personal formar la mía propia.

-Que felicidad me da saber eso, esta es mi hija menor, su nombre es Tina, espero que se lleven bien.

Shinki tomó su mano y la besó, ella le sonrió en respuesta.

A pesar de que la mirada estaba en el señor feudal Shinki no pudo evitar mirar a la chica, era sumamente hermosa.

-¿Cuando quiere que sea la boda señor feudal?

-Por mi seria mañana mismo, pero que tal la semana que viene.

-Me parece bien, dejaré que su familia y mi asistente organicen todo y la hermosa Tina y yo podemos pasar mas tiempo juntos y conocernos un poco.

-Explendido, incluso si usted lo desea ella puede mudarse con usted desde esta misma noche, son tiempos modernos.

-Claro, bueno solo si ella lo desea.

Tina miró a su padre y este le asintió, ella aceptó y Shinki llamó a Yodo para que ayudara a la chica a mudarse.

Oh, que no daría Shinki por un chocolate caliente y un abrazo de sus padres en ese momento.


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Al final del día Metal y Inojin habían terminado su misión y acabado con algunos enemigos, ambos se dirigieron a un pequeño hotel en donde pasarían la noche, el hotel se encontraba en las afueras del país del viento por lo que Metal pensó que tal vez mañana le haga una visita a su hermano en Suna.

Ambos rentaron una habitación con dos camas y servicio al cuarto.

Después de cenar, el primero en ir a la cama fue Inojin, quién estaba cansado por su batalla en la misión.

Metal se acostó unos minutos después y ambos apagaron sus luces para descansar.

A pesar de que estaban cansados y que la cama era particularmente cómoda ninguno de los dos podía quedarse dormido.

Inojin se sentó en la cama y encendió su pequeña lámpara.

-¿No puedes dormir?

Inojin oyó su voz y vió que este se había girado hacía el y lo miraba.

-Pues no, tengo el sueño ligero, suelo durar mucho para dormirme si no estoy lo suficientemente cómodo.

-¿Ah si? Eso no fue lo que pasó en nuestra cita, recuerdo que te dormiste muy rápido entre mis brazos.

Inojin se sonrojó y miró hacia otro lado.

-Pues estaba muy cómodo, podría pasar el resto de mi vida entre tus brazos sin ningún problema.

Metal lo miró sorprendido, aún no estaba acostumbrado a hablar con alguien tan directo como él.

Pero por alguna extraña razón eso le gustaba, le gustaba que el rubio fuese sincero todo el tiempo.

-¿Quieres volver a hacerlo?

La pregunta salió antes de que Metal pueda pensarlo, por lo que no tuvo tiempo de arrepentirse cuando Inojin caminó hacia el y se detuvo frente a su cama.

Inojin no era de los que mal entendían, o de los que preguntaban dos veces para asegurarse de haber escuchado correctamente, sabía lo que Metal había preguntado por lo que su respuesta fue más que directa, fue una respuesta perfecta.

Inojin se acostó en la cama de Metal, se acomodó entre sus brazos y se recostó en su pecho, ese era definitivamente su lugar favorito en el mundo.

Metal dejó caer sus manos lentamente en su cuerpo y lo acarició con suavidad.

No pasó mucho tiempo cuando ambos estaban dormidos.



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Kankuro, Kiba y sus cuatro hijos se fueron de la casa de Gaara y Lee casi al mismo tiempo que Temari y Shikadai, ya era muy tarde por lo que ya era hora de descansar.

Lee salió de la ducha y fue a vestirse con su pijama, Gaara ya se encontraba en la cama cuando decidió reemplazar el silencio con una pregunta importante.

-¿Amor?

-¿Si?

-¿De verdad quieres adoptar una niña?

Lee caminó hacia el y se sentó en la cama mientras secaba su cabello.

-Pues, no lo sé, ya estamos viejos como para volver a cambiar pañales, preferiría hacer eso con mis nietos. ¿Y tu? ¿Que opinas sobre eso?

-Pues...

Gaara se quedó en silencio unos segundos antes de acercarse a Lee y tomar su mano.

-¿Gaara?

-Si, Lee, yo sí quiero tener una hija, no tiene que ser una bebé que use pañales, puede ser una niña más grande, pero si me gustaría tener una hij...

Lee no lo dejó terminar del todo cuando se lanzó hacia él y lo abrazó y besó.

-Hagamoslo Gaara, tengamos una hija, podemos darle el cuarto de Shinki y comprar cosas de niñas que nunca hemos ni siquiera visto, hazme papá otra vez Gaara.

Gaara rió por eso último y asintió con una sonrisa.

Después de ese preciso instante, sus vidas fueron completamente diferentes.

Solo tú  ~GaaLee~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora