XXIX

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Esa noche había sido todo para ambos, eran tan conscientes del otro que ahora el dolor de separarse era real.

Mingyu se sentía enfermo cada vez que tenía que dejar a Wonwoo en su habitación, y por su parte, Wonwoo comenzaba a sentirse ansioso de manera sobre humana. Querían estar juntos, aunque fuera más de una hora al día.

Estaban en silencio tomados de la mano, sentados bajo el tronco de un árbol que poco a poco perdía sus hojas a causa del otoño. Todo el jardín del hospital era de un lago rojo y de oro vibrante por la temporada del año. Wonwoo recargo la cabeza en el hombro de su esposo y cerró los ojos disfrutando de las caricias que Mingyu le proporcionaba, este pasaba con suavidad sus dedos en el cabello azabache, las respiraciones de Wonwoo eran lentas y leves. Se había quedado dormido.

Mingyu se quedo en aquella posición incomoda para que Wonwoo pudiera seguir durmiendo, los hombros y el cuello lo estaban matando de la rigidez, sin embargo, olvidaba aquello cada que observaba el rostro durmiente del pelinegro, como sus pestañas negras resaltaban contra la piel suave y blanca, y los labios rosáceos. Suspiro y con su mano libre acuno el rostro de Jeon, deposito un beso en su coronilla y cerro los ojos, saboreando el momento de tranquilidad que la vida les estaba ofreciendo.

Cada día, Wonwoo mostraba un gran progreso y adquiría más fuerza, estaba completamente estable y varias veces había llorado de la felicidad y de alivio de ver su desarrollo a través del ensayo clínico. Solo faltaba ver los resultados de laboratorio de esa semana para comenzar con la fase B lo que significaba que el viernes tendría que ir por su girasol para que se acostumbrara al clima del vivero y después de ello, le daría una semana antes de implantar la orquídea en su tallo.

A su vez, la orquídea, aunque aún era muy pequeña, estaba mostrando un buen crecimiento, el tallo ya llegaba a 15cm de altura y 5cm de ancho por lo que estaban considerando de nuevo la alimentación foliar si este seguía fortaleciéndose.

Abrió los ojos, Jeonghan se acercaba junto a Jun lo que significaba que era momento de terminar su hora feliz con Wonwoo. Lo movió ligeramente y al instante los ojos del pelinegro se abrieron cómo si nunca se hubieran cerrado.

-Ya viene por ti amor -susurró Mingyu dándole un pico en los labios al pelinegro que únicamente hizo un sonido de desagrado y se acurruco aún más contra su pecho logrando que el moreno sonriera de oreja a oreja-. Ya, vamos amor, tienes que levantarte o Jeonghan me va a vetar de nuevo cómo la semana pasada por no devolverte a tiempo.

Una risita se elevo entre los dos y Wonwoo levanto el rostro dándole un beso a Mingyu -Admito que fue muy divertido ver eso, aunque no soportaría no verte por tanto tiempo.

-Solo fue un día Jeon, no seas tan exagerado -bromeo Kim recibiendo un codazo juguetón en su costado-. Sabes, estaba pensando en algo, creo que, tal vez podrías regresar a casa.

-¿Así? Bueno, cuéntame Dr. Kim cuál es tu gran plan -sonrió ampliamente abrazándolo por el cuello y metiendo los dedos en el cabello castaño dándole pequeños jalones-. Me muero por saber la brillante idea que a tenido el cerebro de mi esposo.

Mingyu le apretó las mejillas y le beso una vez más antes de levantarse y extenderle la mano para ayudarlo a levantarse. Jeonghan estaba a un par de pasos con las manos en las caderas moviendo el pie a forma de exasperación por su tardanza.

-Te cuento después, ahora ve con tu niñera dragón antes que me saque los ojos con sus rayos láser.

Wonwoo se despidió con un apretón de manos y saludo a Jun con un abrazo, este solo lo apretó más fuerte a lo cual Jeonghan alego que lo estaba lastimando y que si le encontraba moretones después a Wonwoo, lo iría a buscar y a picotear con una aguja. Acto seguido, Jun lo soltó levantando las manos en alto riendo sonoramente.


The Flower on my Garden •Meanie•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora