II

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"¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo te sentias cuando paso eso?"

"No me gusta nada en particular y me disgustan muchas cosas... Demasiadas para ser honesto.

¿Cómo me siento? Como una porquería.

¿Cómo me sentí cuándo paso? Vacío. Cómo nada. No soy nada...

Soy un caso perdido, deje de hablar, no me ayuda".

Cinco años habían pasado desde que Wonwoo se sentaba en esa silla todos los lunes desde las 10:00 hasta las 10:30 para escuchar siempre las mismas preguntas y siempre responder lo mismo.

A veces consideraba que todo aquello era innecesario, nunca lo llevaba a nada nuevo solo lograba hacerlo más miserable pero, tal vez lo único bueno que salía de aquello era el medicamento que lograba hacerlo sentir ¿Normal? Si, probablemente esa era la palabra adecuada, el medicamento lo ayudaba a sentirse normal, no lo hacía sentir tan miserable, a veces lograba hacerlo feliz por pequeños fragmentos de tiempo donde olvidaba todo, otras veces lo ayudaban a dormir cuando sus pensamientos eran demasiado ruidosos o cuando sentía que todo él no podía continuar. Y bueno, también estaba la ventaja que recibía terapia en la institución que estudiaba, le daba la ventaja de ausentarse por un poco de tiempo y librarse de los comentarios por parte de sus compañeros de clase.

Aquellas píldoras eran lo único que lo mantenían estables y arraigado a la vida, aunque, no eliminaban del todo el cuestionamiento diario del pelinegro: ¿Cuál es el punto de seguir viviendo está vida triste y solitaria?

Nadie, ni siquiera él era capaz de responder aquello, quizá, estaba esperando una verdadera razón para vivir o un milagro. No le importaba lo que sucediera primero, solo quería sentirse... ¿Útil? ¿Valorado? ¿Amado?

A estas alturas desconocía hasta eso, simplemente no había un lugar donde encajara, dónde fuera amado y bien recibido, siempre sería una vergüenza y una desgracia para todos, un amuleto de mala suerte.

El tiempo termino y se despidió sin mucho ánimo. Era un día malo para él, el tipo de día donde prefería quedarse en casa y no salir, se sentía más desanimado de lo normal, comenzaba a sospechar que tendría que aumentar la dosis si no quería volverse loco.

Los pasillos de la institución eran amplios, le gustaba eso. Podía caminar por aquellos pasillos solitarios sin sentir la necesidad de pegarse a las paredes por miedo de ser empujado... Simplemente se sentía pleno ante esa soledad dónde solo estaba él sin nadie que pudiera herirlo, si bien, se mostraba indiferente ante los comentarios ajenos y las agresiones que recibía por ser... Por ser él, por ser un desafortunado él, todo lo lastimaba, todo lo golpeaba y hería como si fuera la primera vez que le sucedía aunque la realidad era diferente ¿Cuántos años llevaba viviendo esa vida? Desde los 12 años había comenzado ese trato, así que llevaba 12 años viviendo todo aquello.

Paro por un momento ¿Realmente ya tenía 24 años y seguía soportando todo aquello? Debía ser más fuerte o estúpidos de lo que esperaba para soportar todo aquello.

Después de aquello regreso a clases esperando que la cátedra matutina terminará para después empezar las clases vespertinas del día. Odiaba demasiado el horario que tenía ¿Por qué las universidades no podían hacer un horario decente donde no tuviera que batallar tanto?

Sin más, la tarde llegó, Wonwoo esperaba afuera de la clase con Seungcheol hasta que fuera la hora. Seungcheol tenía la mala costumbre de siempre acompañarlo y conversar con él cuando aquello lo hacía llegar tarde a sus propias clases, para el pelinegro aquello era tonto, prefería que su amigo se marchara y estudiará adecuadamente, Seungcheol tenía una vida que valía la pena y debía prepararse para ella pero no, estaba ahí al lado de su mejor amigo, el triste y solitario Wonwoo.

-¿Cómo te fue hoy? -Preguntó el peligris recibiendo un levantamiento de hombros por parte del de rizos. Notaba que Wonwoo no había descansado nada ante las bolsas negras debajo de sus ojos.

-Como siempre, nada nuevo, simplemente fue una ¿Charla? O como quieras llamarlo.

La mirada del pelinegro estaba fija en la puerta, no quería tener esa conversación, no en ese momento, no con Seungcheol.

Podía escuchar de lejos lo que decía su amigo pero ninguna palabra lo alcanzaba y de nuevo sintió sus ojos pesar, mejor dicho, sintió su cuerpo pesar, ya no quería estar allí y pensaba irse pero algo lo detuvo:

Sol. Olía de nuevo como el sol, no sabía explicar aquel aroma pero simplemente si el solo tuviera un aroma, sería ese el cual le hacía cosquilla en la nariz a Wonwoo, lo hacía sentir en calma.

Seungcheol dirigió la mirada al lado izquierdo de Wonwoo y este lo imitó al sentirse curioso de aquello que observaba su amigo. Un chico estaba a la altura de su rostro por lo cual casi lo golpea al girar.

El chico sonrió cuando Wonwoo retrocedió un par de centímetros al sentirlo tan cerca invadiendo su espacio personal mostrando unos colmillos largos que le daban un aire juguetón al sonreír.

-No quería asustarte gatito solo quería preguntar si esta es la clase de herbología -respondió el chico para mostrar una sonrisa suave.

-Lo es -se limitó a responder el pelinegro que observaba al contrario con atención. Nadie se acercaba así a él, bueno, nadie que lo conociera.

-Kim Mingyu -hablo nuevamente el extraño extendiendo su mano ante el contrario- creo que seré tu nuevo compañero de clase...

-Wonwoo -respondió Jeon sin aceptar la mano que le extendía. Le habían entrado unas ganas terribles de huir.

-Seré tu nuevo compañero de clase Wonwoo -concluyo Mingyu llevando su mano a la nuca para disimular un poco que lo habían ignorado.

Sin más, el moreno que se hacía llamar Mingyu paso por su lado alborotando los rizos del contrario e introducirse en la clase cortándole la respiración al pelinegro.

Wonwoo sentía que lo acababan de arrollar. El sol lo había arrollado ¿Qué se hace cuándo el sol te hace eso?

The Flower on my Garden •Meanie•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora