Todo había pasado tan rápido que el moreno aun no lograba procesarlo, giro en su cama intento encontrar confort en el acto pero no había nada que pudiera reconfortarlo, aun podía escuchar los gritos, si cerraba los ojos, de nuevo se encontraba en la habitación del pelinegro, sosteniéndolo por la cintura mientras este vomitaba sin parar, recordaba como los ojos llenos de terror y angustia de Wonwoo le observaron por última vez antes de ser separados.
Rasco por un segundo su barbilla realizando una mueca ante la barba que se le había formado en los últimos días, estaba tan apagado que ni siquiera le había importado en cuidar su físico, Dios, ni siquiera tenía hambre y si probaba bocado no pasaba de una simple tostada con mantequilla o mermelada. Tenía el estómago hecho un nudo ante la espera. Restregó sus ojos para espantar el cansancio, le ardían a morir, necesitaba descansar más.
Observo sus manos callosas y maltratadas, ya no temblaban, tampoco estaban cubiertas de vomito pero aquella sensación no se marchaba de su piel. Las había lavado tantas veces y con tanta fuerzas que se había ocasionado algunas laceraciones que ahora cubría lastimeramente con tiritas, simplemente ese momento no salía de su cabeza al punto de no dejarle dormir más de un par de horas al día y eso le causaba una angustia horrible al considerar que Wonwoo vivía con aquello día a día.
Cuando Wonwoo le había contado todo meses atrás, Mingyu comprendió muchas de las cosas y conductas del pelinegro, él porque era tan reservado sobre sí mismo, la precaución que tenía para hablar, la sobreprotección que Choi mostraba hacía él, las varias ocasiones que paro en el hospital, el cómo se ocultaba de las personas o como trataba desesperadamente pasar desapercibido ante los demás bueno, aquel rompecabezas comenzaba a encajar a la perfección. Ahora podía entender mucho mejor porque al principio lo evitaba tal plaga porque eso era al final del día, el moreno reconocía que era una persona llamativa por naturaleza y su sola presencia podía atraer miradas y susurros, nunca le había importado nada de ello y por ello, no había considerado como toda esa atención extra afectaba a Wonwoo, se sentía mal por haberle ocasionado tan mal rato al pelinegro.
Cuando hacía memoria desde el momento que había conocido al pelinegro, podía identificar cada momento en el que Wonwoo trato de huir del foco de la atención, su incomodidad disfrazada, el miedo en sus ojos cuando le jugo alguna mala broma como cuando le había robado la mochila, en fin, Mingyu notaba que probablemente había actuado como uno de los bullys que le atormentaron mientras crecía... y aun así, teniendo todos los motivos del mundo para ignorarle y sacarlos de sus círculo social, Wonwoo le había dado un lugar se había abierto, le dejo acercarse, se abrió mostrándole todos su temores y sus debilidades, Wonwoo se había entregado a él sin pensarlo y él, Dios, él solo había sido un idiota que lo presionaba a diario para corresponder aquellos alocados sentimientos ¿por qué no pudo notar el esfuerzo que hacía Wonwoo por él? Solo quería abrazarle y pedirle perdón por los malos momentos sin embargo, eso no era posible, no con el pelinegro en cuidados intensivos sin permiso a visitas hasta que despertará pero de aquello ya iba una semana.
El moreno estaba seguro que estando a su lado, dándole su amor, su apoyo, recordándole que era alguien totalmente normal y mostrándole que los demás estaban equivocados sobre él, lograría ayudar al Jeon a salir adelante, a curar parte de esas heridas de infancia pero, ahora que lo había experimentado a su lado se daba cuenta que en verdad no había comprendido nada en absoluta, no podía entender el miedo y el rechazo con el creció el pelinegro y era realmente estúpida la idea de "poder sanarlo". Pensó que con ver mal al pelinegro había entendido lo que vivía pero se había equivocado nuevamente, puesto que los siguientes días en la universidad, se vio rodeado de cuchicheos desagradables sobre su pareja que le daban ganas de pelear con cada individuo para hacerles entender que estaban equivocados, que Wonwoo sufría ya lo suficiente para que ellos estuvieran usando palabras tan crueles contra él, contra una persona que solo trataba vivir en paz sin hacerle daño a nadie pero a nadie le importaba aquello, solo a Jun, Minghao, Seungcheol y él ¿en verdad el mundo le daba la espalda a alguien tan hermoso como Wonwoo por ser diferente?
Los sonidos, las imágenes y las sensaciones que había experimentado esa tarde lo acompañarían por un largo tiempo, tal vez para siempre pero eso no importaba si al final del día podría ver al pelinegro sonriendo y a su lado.
Sacudió la cabeza espantando cualquier recuerdo, necesitaba prepararse para el día que le esperaba, no lo había comentado con nadie pero gracias a su reciente insomnio había encontrado varias investigaciones sobre flores enfermas que afectaban directamente a su persona, si, lo sabía, no era la misma situación puesto que Wonwoo ni siquiera tenía una flor pero iba llegar hasta el final, era un estudiante de botánica que se especializaría en el área médica, algún día, como profesional se tendría que enfrentar algún caso parecido y, quería que para ese día, tener una respuesta, una cura para que nadie tuviera que sufrir como el asustadizo gatito que tenía como pareja. No, en definitiva no quería ver a nadie tan roto y solitario.
Tomo las hojas esparcidas sobre la mesa concentrándose en un dibujo rápido de una orquídea de boca de dragón, paso sus manos por el trazo pensando en cómo sería verla en persona, debería ser tan impresionante como el pelinegro, de una belleza y elegancia sin igual. Guardó todos los documentos y apuntes en una bolsa de viaje, tendría que salir en busca de las respuestas que necesitaba para llegar a una solución aunque fuera pasajera, pero a una solución que ayudara a Wonwoo.
Se dirigió a su patio para regar y abonar a cada una de las flores hasta llegar a su inmenso y muy brillante girasol, acaricio los suaves pétalos, arrancando uno desde la raíz para llevarlo consigo, realizar aquello le había provocado nausea ¿qué otra sensación podía causarte arrancarte una parte de ti indirectamente? Y de nuevo recordaba como Wonwoo había crecido sin esa conexión, Debió sentirse muy solo ¿no?, Limpio las pequeñas lágrimas de las esquinas de sus ojos, respiró hondo para deshacerse de aquella sensación de abandono que lo invadía cada vez más, por última vez, regreso su mirada a su inmensa flor, Si tan solo podría compartirte con Wonwoo, todo sería más fácil.
Estando en el marco de la puerta saco el celular del pantalón para enviar un pequeño mensaje antes de emprender aquel viaje que esperará terminara en éxito.
Mesaje para: Mi amor.
"Hola bebé ¿cómo te encuentras? De seguro tu celular ya está saturado con todos los mensajes que te he enviado durante todos estos días solo... te extraño, espero que cuando este de regreso ya estés despierto, espero tener más respuestas. Encontré a un increíble doctor a unas horas de aquí que ha trabajado con una gran variedad de flores ¡Espero poder encontrar algo que te ayude! Si no, renunció a mi girasol y haré que los firmes y listo ¡Serás un Kim! ¿Quién dijo que necesitabas una boda para tenerme a tu lado hasta que la muerte nos separe? Oh Dios, eso último se leyó terrible pero bueno, sabes a lo que me refiero ¿no? Por favor, espero que digas que sí o será un mensaje incómodo.
Sé que ninguno ha dicho esto pero te amo, te veo pronto mi amor".
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The Flower on my Garden •Meanie•
Ficción históricaAmor destinado. Una mala broma para la vida de Jeon Wonwoo y bueno, para cualquier persona cómo él. Su vida amorosa fue dictada desde que nació bajo aquella condenada orquídea limitandolo a un futuro solitario sin la posibilidad de amar o ser amado...