Un joven universitario con un pasado doloroso y gustos peculiares, encontrará en su nuevo maestro un deseo incontrolable, y aunque dicho maestro tenga la sonrisa más dulce que haya conocido, la realidad es que esa sonrisa esconde mucho dolor y un pa...
Este capítulo contiene temas sensibles que no son para todos los lectores: violencia, abuso, etc.
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Xiao Zhan movía su cabeza de un lado a otro tratando de liberar, aunque fuera en una cantidad mínima todo el estrés acumulado.
Los jóvenes de aquella universidad en verdad estaban empeorando su estado de ánimo que de por sí ya era una mierda.
Todos parecían ir a hacer cualquier cosa menos a estudiar. Algunas mujeres solo se dedicaban a maquillarse en la clase, tomarse fotos para estar posteando y coqueteando con cualquier cosa. Los hombres no eran diferentes y Xiao Zhan estaba harto del olor a marihuana que siempre había en la pequeña aula de clase que le habían facilitado para dictar su clase de interpretación.
Llegó tan agotado de aquella universidad que prácticamente preparaba la cena con los ojos cerrados, parpadeando repetidas veces para evitar quedarse dormido antes de terminar.
No había mucho en la cocina para utilizar, así que decidió preparar algo sencillo, pero delicioso.
Un arroz frito con verduras.
Xiao Zhan tomo algunas zanahorias, cebolla, unos pimientos rojos, champiñones y jengibre. Ya tenía un arroz previamente cocido, facilitándole las cosas. Las verduras las pico en cuadros pequeños y todo aquello lo coció en un wok, agrego el arroz, las especias y mezclo constantemente. Definitivamente quedaría con un sabor muy bueno.
Cuando el arroz estuvo listo y vio la variedad de colores y sintió el olor agradable que desprendía el aceite de sésamo y el cilantro fresco, sonrió para sí mismo. Un plato sencillo, pero delicioso.
Con una sonrisa en todo sentido fingida, lo llevo hasta el comedor.
"¿A esto llamas comida?" El hombre arrojo su plato nuevamente sobre el comedor de aquel pequeño apartamento. Aun sentado, miro hacia arriba y las comisuras de su boca se elevaron en una sonrisa aterradora.
"Hoy tu-tuve que dictar clase hasta tarde. No tuve ti-tiempo de preparar algo mejor." Trato de excusarse y que así no se molestara, sin embargo, aquella sonrisa lo inundaban de absoluto terror, y ese terror recorriendo todo su cuerpo solo producía algo en él.
"¡Deja de tartamudear, Xiao Zhan!" Advirtió dando una palmada sobre la mesa causando que el moreno se tensara. Se puso de pie segundos después, caminando hasta ubicarse frente al otro.
"Lo-lo..." El moreno bajo la mirada con ojos cristalizados, intentando lo más posible no tartamudear. "Lo siento."
"Dame esos lentes." Extendió la mano para recibirlos. Entonces Xiao Zhan sintió que las lágrimas empezarían a desbordarse, sus manos temblaron y se negaron a responder a las órdenes que enviaba su cerebro, simplemente quedo paralizado. El hombre frente a él resoplo, sus ojos oscuros se abrieron de más al ver que el otro se negaba a obedecerlo. "¡Que me des los malditos lentes!" Pese al grito que había recibido, Xiao Zhan no se movió, así que el hombre los quito por sí mismo.
