Un joven universitario con un pasado doloroso y gustos peculiares, encontrará en su nuevo maestro un deseo incontrolable, y aunque dicho maestro tenga la sonrisa más dulce que haya conocido, la realidad es que esa sonrisa esconde mucho dolor y un pa...
Este capítulo contiene lenguaje vulgar y acciones de BDSM. Si no es de tu gusto, por favor no continuar.
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El rubio llegó estacionando donde lo ha hecho el último mes junto a Xiao Zhan.
Quito su casco poniéndolo sobre el tanque de su moto, y sin bajarse, saco su celular para llamarlo.
—Hola, xiǎo de. Estoy en el estacionamiento.
[Okey, ya bajo.]
Termino la llamada guardando el móvil en su bolsillo de nuevo, y simplemente espero.
Solo un par de minutos después el elevador se abrió y Xiao Zhan salió de este enseñando su sonrisa, aquella que le mostraba alegría, pero también un poco de timidez. Haciéndolo sonreír en automático.
El moreno camino hasta el rubio a un paso tranquilo, sin mostrarse tan entusiasmado y emocionado como en verdad estaba, al final, había logrado que Wang Yibo pasará con él su cumpleaños. Si no debiera aparentar en público, sencillamente hubiera corrido hasta sus brazos arrojándose en ellos.
Se detuvo a su costado, observando lo bien que se veía sobre aquel vehículo de dos ruedas, sentado en él, manteniendo el equilibrio con uno de sus pies sobre el asfalto, mientras el otro seguía sobre el apoyo.
—Bésame, ¿Qué esperas? —dijo el rubio, haciendo que el moreno mirará en todas direcciones.
—¿Estás loco? Alguien podría vernos.
Wang Yibo empezó a golpear su pie sobre el asfalto con insistencia, había apretado sus labios, y mientras observaba hacia el frente parecía hacer un puchero. Xiao Zhan no pudo evitar sonreír, últimamente grababa en su corazón todas aquellas nuevas expresiones que Wang Yibo le enseñaba.
Ciertamente las personas que se refieren a él como un hombre "frio" no tienen la fortuna que posee en ese momento.
—Bien, bien —se acercó dando un casto beso en sus labios, uno que se sintió demasiado rápido para el menor. Xiao Zhan se separó y lo vio con una sonrisa.
—¿Eso es todo? —reclamo mirándolo con seriedad.
—Oh, mi bebé está muy sensible hoy, ¿Qué tal si me llevas primero? Veamos que puedes hacerme.
—Xiao Zhan, ¿Acaso me estás retando? —inquirió con cierta picardía. Lo tomo de una mano haciéndolo acercarse para susurrarle: —¿Recuerdas las palabras?
—Verde —respondió dando nuevamente un rápido beso en sus labios—. Estoy mejor ahora.
Wang Yibo mordió su labio inferior sugestivamente, observando al contrario de pies a cabeza, sintiendo la adrenalina recorrerlo.
Había tenido sexo increíble con Xiao Zhan, pero la sensación que le genera ser sádico en cierta manera, es demasiado placentera, y saber que el otro disfruta al igual que él de esos juegos, que disfruta del masoquismo, es demasiado para resistir.
