Su respiración estaba acelerada, tanto que sentía no poder respirar con normalidad, sentía todo su cuerpo estremecerse, ¿cómo no estarlo cuando se tiene esas sensaciones por primera vez? También estaba un poco asustado pues apenas conocía su nombre, si es que era su verdadero nombre, y aun así quería continuar.
"Esas cosas no solo se hacen por amor", quería saber que significaba eso más que nunca, más ahora cuando estaba completamente roto.
¿Amor? El amor no servía en lo absoluto, una palabra tan vacía y sin ningún sentido. El amor no había cambiado nada en su vida, no había salvado a su madre. Tanto dolor, ¿Para qué? Aferrarse a esa palabra solo para terminar hecha polvo.
"Solo dolerá un poco, pero aprenderás a disfrutar de él." Yibo miro aterrado como aquel cuarto ahora lucía más pequeño y oscuro que cuando entró en él. El hombre que en ese momento se encontraba sobre él, no se veía claramente, pero aun podía oír su seductora voz, sentir su respiración golpear su cuello y sentir su mano en su mejilla, mientras la otra se deslizaba hacia su centro. Podía sentir como su corazón se aceleraba con tal acto, nunca nadie aparte de él había tocado su masculinidad, más ahora cuando se sentía tan duro.
"Pero yo... yo quiero estar arriba. No... no de esta manera." Replicó titubeante desde lo profundo de su ser, no pasaba nada si solo lo intentaba, realmente quería hacerlo, quería ser él el que lo tomara, no importaba si era unos años mayor.
Su respiración se aceleró cuando el hombre presionó su longitud haciéndolo contener un gemido en su garganta. El cuarto siguió haciéndose pequeño a su alrededor, el hombre cada vez era más borroso no obstante su voz aun retumbaba en sus tímpanos.
"Eres muy joven. Después lo harás, ¿Si? Solo relájate." Todas aquellas sensaciones recorriendo su cuerpo, el tacto de aquel hombre en su piel, sus labios besando todo su cuerpo, y nuevamente abría sus ojos, y nuevamente ella estaba allí.
Los dos empezaron a reírse de él señalándolo con el dedo, haciéndolo sentir cada vez más pequeño. Literalmente se encogía ante ellos, sus risas hacían presión en sus tímpanos y a causa de ello se sintió en extremo mareado, todo se tornó borroso a su alrededor como una televisión antigua que está perdiendo su señal; todo se distorsiona y parpadea entre luces blancas, negras y rojas.
"¡¡¿Por qué me hiciste algo como esto?!!" Grito con todas sus fuerzas sintiendo las lágrimas recorrer su rostro, su voz se perdió entre el cuarto como un eco. Sin embargo, no había respuestas, lo único que siempre recibiría de esas personas seria risas ensordecedoras.
Las lágrimas se intensificaron y la cama se sintió viscosa de un momento a otro en sus pies. No quería saber la causa de esa sensación y, aun así, con terror miro hacia abajo respirando agitado, dándose cuenta que la cama estaba tragándolo como si fueran arenas movedizas en una especie de baba oscurecida.
"¡Ayúdame! ¡Ayúdame, por favor!" Grito con terror en medio del llanto, aferrándose a la tela como podía para evitar ser consumido, esta se pegaba a sus manos en una asquerosa sensación. "Aaaa, ¡Por favor! ¡Por favor, ayúdame! No, no me dejes hundir, ¡¡Ya lo perdí todo!! Aaaa, ¡Ayúdame, Fei!" Aquella viscosidad se sentía cada vez más pesada en sus manos, su cuerpo poco a poco iba desapareciendo, pero ningún grito suplicante lograba hacer que los dos dejaran de burlarse de él.
Por más que suplicaba que alguien lo sacara de allí, no había nadie, nadie le ofrecía una mano para salvarlo.
Wang Yibo había descubierto que el amor en realidad solo lograba lastimarte de una manera devastadora, entre más amas a esa persona, el daño es aún peor; descubrió que las personas que usan aquella palabra no siempre la sienten en realidad, solo lo hacen para obtener algún beneficio. Esas dos personas, supieron utilizar esa palabra de una forma maravillosa contra él, en algún punto de su adolescencia, realmente creyó en ella, pero ahora, cuando estaba siendo arrastrado hasta el más profundo dolor, solo podía seguir escuchando sus risas.
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Calling your name. |YiZhan/ZhanYi.
Fiksi PenggemarUn joven universitario con un pasado doloroso y gustos peculiares, encontrará en su nuevo maestro un deseo incontrolable, y aunque dicho maestro tenga la sonrisa más dulce que haya conocido, la realidad es que esa sonrisa esconde mucho dolor y un pa...