Xiao Zhan no dejaba de hacer presión en su vientre bajo debido al dolor agudo que sentía, pese a que sus manos aún seguían atadas y sus ojos vendados.
El rubio se acercó rápidamente hacia su espalda y quito tan rápido como pudo su corbata de los ojos del moreno. Luego se movió hacia el frente para desatar sus manos.
—Ven, voy a soltar tus manos —el rubio miro en su rostro la expresión de dolor y sus ojos llenos de lágrimas— ¿Qué te pasa? —pregunto nuevamente con preocupación.
—Ya... pasará —respondió apenas.
—Te llevare a un hospital —se levantó de la cama con la intención de buscar su ropa, siendo detenido por el otro.
—No, solo necesito un momento —el rubio se acercó poniéndose de rodillas junto a él.
—Dime, ¿Qué hago? ¿Necesitas algo?
—Solo abrázame —pidió entre sollozos, y sus manos volvieron a su vientre.
El menor se acostó frente a él, acomodo sus brazos para que el moreno apoyará la cabeza sobre él y así estar más cerca. Envió sus manos a la espalda del otro dando pequeñas caricias en ella, luego las movió a su cabeza acariciando su cabello que estaba por completo empapado en sudor.
Xiao Zhan suspiro dejando ir de a poco el dolor, cada vez era menor y pudo dejar de curvar su espalda. Un momento después puso su rostro entre el cuello y hombro del menor, cerrando sus ojos y respirando más tranquilo al estar entre sus brazos. Por algún motivo el olor del rubio era bastante agradable y eso llegó a tranquilizarlo. Era una mezcla extraña entre la loción que usa y el olor natural de su cuerpo.
Nada que antes hubiera conocido, y ciertamente su olor masculino era diferente al de cualquier hombre.
—¿Estas mejor? —pregunto, mirándolo con ojos llenos de preocupación y al mismo tiempo tan gentiles. Pasando delicadamente sus dedos sobre la frente de Xiao Zhan para mover solo un poco su cabello.
—Mm —asintió haciendo sus ojos pequeños, de una manera muy tierna.
—Cuando puedas caminar, te llevare a un médico —insistió, continuando con sus caricias en la espalda del moreno. No le había gustado para nada verlo de aquella manera.
—Tengo medicina en mi apartamento —respondió perezosamente con sus ojos cerrados.
—¿Te ha pasado antes?
—Mm, en el apartamento y en la facultad.
—¿Algo como esto fue lo que te impidió dar clase? —el moreno asintió curvando sus labios en un puchero—. Ya está amaneciendo, ¿Qué dices si te llevo a tu apartamento para que tomes la medicina, y puedas descansar? No quiero que Fei, ni mi padre te vean así.
—Tampoco yo.
El rubio saco la mano de debajo de la cabeza del mayor y se levantó de nuevo a buscar la ropa. Primero; se vistió con el traje que tenía el día anterior, luego busco el pijama del moreno y se acercó para ayudarlo a vestir.
Xiao Zhan con algo de esfuerzo se sentó en la orilla de la cama con la intención de recibir la ropa, pero el rubio se apartó.
—Yo puedo —replico sintiéndose avergonzado, pero luego volvió a arrugar su nariz con dolor.
—Yo lo hare —se acercó para ayudar a poner la camisa que abotono poniéndose de cuclillas frente a él, puso el pantalón y cuando Xiao Zhan se puso de pie para subirlo correctamente, el dolor en su pelvis y vientre bajo se hizo intenso, haciéndolo tambalear. Wang Yibo lo sostuvo ágilmente para que no cayera.
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Calling your name. |YiZhan/ZhanYi.
أدب الهواةUn joven universitario con un pasado doloroso y gustos peculiares, encontrará en su nuevo maestro un deseo incontrolable, y aunque dicho maestro tenga la sonrisa más dulce que haya conocido, la realidad es que esa sonrisa esconde mucho dolor y un pa...