Un joven universitario con un pasado doloroso y gustos peculiares, encontrará en su nuevo maestro un deseo incontrolable, y aunque dicho maestro tenga la sonrisa más dulce que haya conocido, la realidad es que esa sonrisa esconde mucho dolor y un pa...
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¿Por qué la justicia es una mierda? Cuando eres la víctima no hacen absolutamente nada, pero cuando el victimario resulta ser la víctima, todo el peso de la ley cae sobre ti.
El maldito abogado tenía una orden de alejamiento. Xiao Zhan lo había denunciado por abuso, acoso y muchas cosas más, pero nunca se había hecho nada al respecto. El distinguido abogado penal Luo Huang, el psicópata con un claro desorden mental se había salido con la suya, y ahora era Wang Yibo quien afrontaba un arresto domiciliario como medida cautelar en el proceso de investigación criminal, además de muchas audiencias acompañadas de cámaras y periodistas que querían saber y llenarse con él hecho.
La muerte de un distinguido abogado en manos de un estudiante universitario. Sin duda era algo con los que los noticieros vivían todos los días, pero al hecho nunca le agregan que dicho abogado intento violar y asesinar a otro hombre. No, las noticias no podían agregar algo tan descabellado y homosexual al ojo del público que solo juzgaba según sus criterios.
Habían pasado tres meses, pero el escándalo estaba tan vivo como en los primeros días. Wang Yibo solo trataba de llevarlo de la mejor manera posible.
El menor bajo por las escaleras desde su habitación hasta el recibidor dónde estaba su padre.
—¿Qué tal me veo? —inquirió.
Este lo observó de pies a cabeza y sonrió ampliamente.
—Te pareces tanto a tu madre, aunque ella siempre haya dicho que te parecías a tu padre, la verdad es que ante mis ojos siempre te has parecido a ella.
—Papá —Wang Yibo se acercó y lo abrazo con fuerza—. Te amo, papá. Aunque a veces me pongas de los nervios insistiendo con lo mismo.
—Y yo a ti —se separó del abrazo y lo miro hacia arriba—. Bien, no lo haré más. Ya sé que lo tuyo es la actuación. Si en dado caso te vas por el lado ejecutivo será por tu cuenta.
—¿Crees que le guste a Xiao Zhan? —pregunto con sumo interés.
—Debiste empezar por ahí —avanzo hacia la sala siendo seguido por el otro—. Ahora todo es acerca de Xiao Zhan.
—¿Estás celoso, padre? —inquirió riendo.
—Por supuesto que no.
—Parece que sí.
—¿A qué horas viene a visitarte?
Wang Yibo miro su reloj rápidamente y se sentó a su lado.
—Está por llegar.
—¿Quieres que deje la casa sola? —pregunto seriamente.
Wang Yibo sonrió con malicia y golpeó el hombro de su padre con el propio.
—¿Piensas que vamos a coger por toda la casa?
—¡Jovencito! —exclamo avergonzado, ruborizándose—. Yo... No era lo que pensaba.
