Camas de hospital ꒰Sᴏᴏɢʏᴜ꒱

4| Rayo de luz

—No, eso es imposible.— mi voz quebró la quietud de la madrugada.

—Soobin, por favor no te pongas...

—¿Trastornado? ¿Enfadado? ¡¿Furioso?!— Seguí gritando —Usted me está diciendo que voy a estar atrapado aquí durante al menos tres meses, incapaz de moverme, ¿y quiere que me lo tome con calma?— con mi brazo bueno quite las lágrimas de mis ojos.

—Joven Choi— la señora junto a doctor me dijo, —Sabemos que esto no es fácil de manejar, pero dese tiempo para aceptarlo.

—Por supuesto, lo haré. No puedo ir a ninguna parteo hacer algo más,— le dije casi ladrando.

—Soobin, trata de ser agradable. Jen está tratando de ayudarte al igual que yo—, me dijo el médico comprobando mi brazo por última vez.

Me di cuenta de que había sido muy grosero. Pero no fue completamente mi culpa, me decían que estaría en este horrible edificio durante tres meses... eso no era algo agradable de escuchar para nadie.

—Lo siento Jen— dije buscándola, pero ella ya no estaba a mi lado. Estaba al lado del otro paciente controlando sus signos vitales y yo no podía dejar de mirar.

—¿Está claro, Soobin?— Me pregunto el Dr. Frederickson.

—Lo siento, ¿Qué?— Claramente no sabia ni media palabra de lo que había dicho. Levanto la mirada y observo al chico que la enfermera examinaba.

—Hmm, supongo que has encontrado una distracción,— una sonrisa creció en su rostro, yo no sonreí. No estaba de humor para bromas.

El médico y la enfermera salieron de la habitación y me dejaron a solas con el muchacho aún dormido. No se había despertado durante la noche, así que él era todo un enigma para mí. Lo único que sabía era que no era la primera vez que estaba en el hospital. Jen y las otras enfermeras ya lo conocían y, al parecer, estaban realmente preocupadas de verlo ahí nuevamente. no podía dejar de pensar en que sería tan malo para traerlo aquí varias veces.

A las 9:00 am mis padres llegaron a verme. Se veían mucho mejor que días anteriores, pero estaban tan preocupados como antes.

La noticia de mi larga estancia en el hospital no los afectó tanto como a mí, incluso estaban aliviados de saber que permanecería ahí bajo control de los expertos. Yo solo lo considere una manera de agrandar el sufrimiento, al igual que una muy larga agonía.

Para el mediodía, me quedé solo con la promesa de mis padres de volver más tarde con una sorpresa para mí. Nada podía hacerme sentir bien.

Después del almuerzo estaba viendo televisión, pero la apagué cuando inicio la revisión del último partido de fútbol. Ya no era mi programa favorito. Ahora más bien parecía una película de terror.

Mi mente repasaba mi último entrenamiento con mi equipo. Recuerdos increíbles que me hicieron sentir muy triste. Mi mirada estaba fija en el techo blanco hasta que una lágrima cayó por mi mejilla. Decidí que era demasiado sufrimiento, demasiado drama. Lentamente, volví la cabeza hacia un lado. Las cortinas estaban cerradas, por lo que un pequeño rayo de luz entraba en la habitación.

Lo seguí con mis ojos y para mi sorpresa, terminaba en la cabecera de la otra cama. Más específicamente iluminaba el cabello oscuro del chico.

Pero él ya no estaba dormido. Si no que me miraba sin expresión en su rostro.

Sin vacilar lo miré a los ojos y sonreí.

—Hola— dije con la voz baja, para no perturbarlo.

Él simplemente miro hacia otro lado y el rayo de luz se apagó.