31| Llamada

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-¿Soobin?- Beomgyu llamó con los ojos cerrados, así que supuse que estaba medio dormido, pero aún así me asusté y me volví hacia Jen en busca de ayuda.

Ella notó mi desesperación y me hizo un gesto para que me callara y una vez que asentí, se dirigió hacia la puerta en silencio, echándonos una última mirada a Gyu y a mí antes de salir de nuestra habitación con los ojos llorosos.

-Vuelve a dormir, cielo-, murmuré en el oído de mi novio mientras besaba la parte superior de su cabeza.

Unos segundos más tarde se volvió a dormir, roncando levemente contra mi pecho y sosteniendo mi mano. Se veía tan bonito y en paz que me ablandó el corazón, pero luego una sensación horrible recorrió mi cuerpo porque, al igual que cuando nos conocimos, no podía dejar de verlo tan frágil.

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Lo que fueron solo un par de horas me parecieron semanas esa noche. Sostuve a Beom en mis brazos lo más cerca posible de mí, apretando su mano tiernamente y tan fuerte como nunca antes. Había una creciente sensación de miedo invadiéndome a mí y a la habitación y todo lo que quería eran respuestas. ¿Qué más podría pasarnos a nosotros, a Beomgyu? ¿No ha sufrido bastante durante toda su vida y en ese maldito hospital?

No había sentido una necesidad tan grande de ponerme de pie antes.

Quería salir corriendo de la habitación y buscar un médico o una enfermera para saber qué había sucedido, pero obviamente esa no era una opción. Entonces, derrotado por mi condición, traté de dormir pero ni siquiera pude cerrar los ojos. Cada vez que comenzaba a pensar, los pensamientos más horribles pasaban por mi mente haciéndome temblar, así que me rendí y usé mi tiempo para hacer lo mejor que podía, abrazar a Beomgyu y murmurar que todo iba a estar bien.

Al menos en sus sueños él todavía estaba a salvo.

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-¡Soobin! ¡Mírate a los ojos!- Esas fueron las primeras palabras de Beomgyu tan pronto como se despertó a la mañana siguiente. Tiernamente me acarició el rostro, sobre todo los ojos con mucho cuidado y supuse que tenía ojeras debido a que había estado despierto toda la noche. -¿Pudiste dormir, bonito?

-Oh, sí.- Mentí. -Creo que solo necesito dormir un poco más-, sonreí tratando de engañarlo y no sé si lo hice, pero al menos me sonrió. -Voy a llamar a Jen, necesito ir al baño.

-Está bien-, me respondió besando mi mejilla y levantándose de la cama. -Yo también iré al baño y luego a traernos algo de desayuno. ¿Quieres lo de siempre?

-Seguro, gracias.

-Regresaré en un minuto-, me dijo adiós con la mano y desapareció dejando la puerta entreabierta.

No perdí el tiempo y presioné el botón para llamar a la enfermera como diez veces en un minuto porque era una emergencia real y necesitaba respuestas. Para mi alivio, Jen entró en la habitación y literalmente corrió a mi lado, mirando cada rincón para asegurarse de que Gyu no estaba allí.

-Él no está aquí-, le expliqué y suspiró, pero era evidente que no se había relajado en absoluto.

-Soobin, escucha-, se sentó en el borde de mi cama y su labio inferior comenzó a temblar, -Voy a ser rápida porque los médicos y yo todavía no sabemos cómo decírselo a Beomgyu.

Cómo decírselo a Beomgyu.

Sus palabras me impactaron y ahora era yo quien temblaba de la cabeza a los pies, incluidas mis piernas recién despertadas. Si algo le había pasado a Beomgyu, obviamente iba a afectarme a mí, a mi salud y a mis sentimientos. Y yo estaba en un limbo entre llorar y maldecir, sabiendo cualquier noticia que tuviera Jen, no eran buenas en absoluto.

Camas de hospital ꒰Sᴏᴏɢʏᴜ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora