Camas de hospital ꒰Sᴏᴏɢʏᴜ꒱

8| Celebrar

No fue exactamente lo que había esperado a la mañana siguiente. Se suponía que debía comenzar con mi tratamiento y estar feliz por eso, pero una presencia a mi lado me recordaba que podría ir de otra manera.

Tomé el desayuno antes de lo habitual: Beomgyu aún estaba dormido, así que me dedique a observarlo mientras tomaba mi café, era una agradable vista a la que ya me había acostumbrado.

—¿Está listo joven Choi?— me preguntó el médico al entrar en la habitación.

—Debería ¿Verdad?

—Oh, vamos.— Dijo saliendo del lugar para traer una silla de ruedas, cuando la vi en el extremo de la cama me tensé. Me imaginaba el resto de mi vida en esa silla horrible. Traté de esconder mi temor, pero sabía que había fallado.

Con ayuda de una enfermera me levantaron para que me sentara en la silla. Se sentía horrible, como si hubiera sido puesto en un lugar equivocado. El médico tomó unos segundos para llenar unos papeles y luego empujó la silla fuera de la habitación. Di y una última mirada a Beomgyu y este ya se encontraba despierto, mirándome.

—Buena suerte—, susurró y movió un poco su mano para decir adiós. El segundo en el que cruce la puerta, comencé a extrañar su presencia.

Me llevaron a una habitación diferente, llena de camas y diferentes médicos que trabajaban con otros pacientes. Todos ellos tenían cosas en común... todos ellos estaban inmóviles de alguna manera. Algunos no podían caminar, algunos estaban en silla de ruedas como yo, y algunos de ellos estaban mejores y comenzando a caminar de nuevo. Pensé si yo sería capaz de llegar a esa etapa algún día...

—Soobin, ella es Lena, ella será tu doctora de ahora en adelante, — dijo mi antiguo doctor señalando a la mujer rubia que estaba de pie junto a él.

—Hola

—Hola hijo, ¿cómo te sientes hoy?— por su aspecto, podría decir que tenía la misma edad que mi mamá.

—Estoy bien.

—Está bien, entonces no hay tiempo que perder.

Fui empujado a una cama vacía entre una anciana y una niña, me explicaron que la primera etapa del tratamiento consistía en una serie de análisis, seguido de sesiones de masajes. No era mucho, o al menos eso es lo que me parecía.

—Por cierto, doctora...

—¿Si?— me preguntó ayudándome a volver a mi silla después de los masajes.

—Necesito saber algo. ¿Cuántas posibilidades hay de que pueda volver a caminar?

La doctora me miro y luego fijo la vista en el suelo. Yo sabía cuál sería su respuesta. —No voy a mentirte, Soobin. Sufriste un accidente terrible, no puedo darte ninguna garantía de que vuelvas a tu vida normal.

Y con eso me llevaron a mi habitación. Lloré todo el camino de vuelta, pero traté de recuperarme antes de entrar y enfrentarme a Beomgyu. Al menos uno de los dos tenía que ser fuerte.

Tan pronto como el doctor abrió la puerta y empujo mi silla de ruedas, él buscó mi cara y me preguntó:

—Entonces, ¿cómo te fue?

Mi falta de respuesta le hizo notar mi inquietud. Cuando nos quedamos a solas en la habitación, comencé a llorar de nuevo con la vista fija al techo para que Gyu no pudiera verme.

—Está bien si te sientes mal y tienes ganas de llorar; Después de todo no tenemos nada que celebrar.— me dijo, mirando el techo también.