7| Tortura

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Como no podía ser de otra manera, mi suerte no cambió mucho. Tan pronto como Beomgyu me dijo su nombre, me presenté, pero dos segundos mas tarde, se quedó dormido. Así que básicamente, todo lo que intercambiamos fue nuestros nombres.

Al principio pensé que se había desmayado, pero afortunadamente la enfermera entró en la habitación y me explicó que tenía que estar agotado a causa de su tratamiento. Supongo que noto el nerviosismo en mi cara.

—Entonces, ¿Se despertará pronto?

—Por supuesto, ¿Por qué lo preguntas?— me dijo con una mirada curiosa.

—No es nada—, mentí. No era capaz de explicar que estaba muy preocupado por aquel chico.

Jen limpió algunas cosas al azar de la habitación, comprobó el estado de Beomgyu y se fue, Solo recuerdo que quería levantarme y comprobar cómo estaba más de cerca; lo que me hizo recordar mi propia condición. Yo estaba en esa maldita cama incapaz de moverme.

—oh, Soobin,— La cabeza de Jen me llamó desde la puerta semiabierta, —Tu madre está fuera, pensé que deberías saberlo.

Y entonces me di cuenta de que la última ves que la vi había hecho una escena terrible. Obviamente se mantenía lejos de mí; tal vez tenía incluso miedo de mí.

Considere llamarla o no, ya sea para disculparme o permanecer como el hijo ridículo en el que me había convertido.

—¡Mamá!— Grité, con miedo de despertar a Beomgyu. Oí pasos que se acercaban a la puerta y vi la sombra de mi madre vacilar fuera de la habitación. Por fin entró.

—Soobin, hola. ¿Cómo est..?— dejó de hablar tan pronto como me vio de cerca.

—¿Qué?— Pregunté impaciente.

—Nada cariño— se sentó en una silla incómoda al lado de mí cama —¿Cómo te sientes?

—bueno, igual que ayer, y el dia anterior— señale mis piernas haciendo un gesto con la cara.

—Ya veo. Siento que no vinimos ayer, No sabíamos si tú-

—No mamá, yo lo siento. Fui un completo idiota, no sé qu me pasó.

Hablamos durante un tiempo hasta que se fue a tomar una taza de café. Nunca supe cuánto tiempo llevaba cuidando de mí en una silla en el pasillo.

—Tu madre es algo... chillona,— una voz débil habló desde la otra cama.

—Oh, lo siento— miré a Gyu tratar de sentarse recto, lo que hizo que se agitara. Su pecho se levantaba con cada respiración.

—Está bien, no debería dormir mucho de todos modos.

En un segundo, se abrió la puerta y mi madre corrió hacia el final de mi cama seguida por dos médicos. Era evidente que estaban ahí para llevarme a otro lugar. Me tensé.

—Soobin, Beomgyu ¿cómo están?

—Estoy bien,— respondí mirándolo

—Hola— dijo él, evitando la pregunta.

Por primera vez, mi madre vio a Beomgyu. Tal vez ni siquiera se había fijado en él con toda su atención en mí. Y ya que mi madre no podía evitarlo, inhaló y puso sus manos sobre su boca cuando vio todas las máquinas alrededor de Gyu. Los médicos se miraron mientras que yo buscaba los ojos de Beomgyu, pero él estaba mirando hacia abajo, tal vez tratando de ocultar su dolor o su vergüenza. 

—Señora— El Dr. tomó del brazo a mi madre y la llevó más cerca de mí. —¿Por qué no le dice la noticia a Soobin?

—¡Oh si! Soobin, ¡adivina qué!

Me tensé un poco. Mi madre era una mujer muy buena, pero su personalidad o la forma en la que dice las cosas no es la mejor.

—¿Qué pasa?— pregunte asustado de saber la respuesta.

—¡Tu tratamiento comienza el día de hoy!

Los médicos y mi madre me miraron con sonrisas en sus caras; Miré a Gyu y las máquinas que parecían ser extensiones de su cuerpo.

—Soo, ¿no te pone feliz saberlo, hijo?— Debido a mi falta de respuesta, mi madre siguió hablando —Oh, ¡Vamos! ¿Qué tan malo puede ser un tratamiento?

Y vi el momento exacto en el que una lágrima se deslizó por la cara de Beomgyu. Ahora, algo que debería sanarme era solo un recordatorio de su dolor. Era una tortura para los dos.


Camas de hospital ꒰Sᴏᴏɢʏᴜ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora