11| Ya estoy

134 26 10
                                    

Lo hice. Tomé el siguiente paso en mi recuperación y finalmente me senté en mi silla de ruedas. En otro tiempo lo habría odiado tanto. Pero ahora, todo lo que podía pensar era Beomgyu caminando en ese jardín, solo. Tal vez incluso muriendo.

—Bueno, este es un gran paso Soobin— dijo Jen, abriendo la puerta del dormitorio.

—¿Podemos irnos en silencio?

—Por supuesto.

Tan pronto como crucé la puerta, con Jen empujando la silla y entonces, me arrepentí. Creí que todos los ojos estaban sobre mí, todos los ojos alrededor de mí, mirándome con ojos lamentables... Pero la realidad era diferente.

Nadie me prestó atención. Nadie notó mi silla de ruedas. Así que todo lo que hice fue relajarme, porque finalmente pude hacerlo.

Cuando llegamos al jardín algunos pacientes se encontraban ahí también, no era un jardín exactamente, sino más bien un parque. Sin pensarlo dos veces, busqué a Beomgyu y mi intento de encontrarlo debió haber sido bastante obvio, porque Jen me llevó directamente a donde estaba él.

Gyu estaba sentado en un banco bajo un árbol gigante mirando sus pies. Jen se detuvo en un banco cercano a él.

—¿Quieres que me vaya? ¿Te gustaría estar solo por un momento?

—Sí, por favor, gracias.

Lentamente, se alejó y ahora estaba solo. Sentí pánico por un segundo porque no podía moverme. Yo no estaba mentalmente listo para manejar la silla de ruedas todavía. Estaba en la negación de incluso tocarla, así que era dependiente como un cachorro.

Beomgyu nunca me notó ahí, lo cual fue un poco decepcionante, pero había llegado hasta allí, así que no iba a renunciar.

—¡Gyu!— grité y medio jardín se volvió para verme. Me sonrojé de inmediato. Beomgyu volteo hacia mí y sus ojos se abrieron en cuanto me vio. Bueno, la silla en realidad.

—¿Qué estás... quiero decir...?— él no podía creer que yo estaba ahí, y para ser honesto, yo tampoco.

—¿Puedes acercarte?

—Ven aquí Soobin, no te morderé.

—No sé como — Y sentí que mi vergüenza crecía. Estaba tan desesperado por hablar con él y no podía alcanzarlo. Supongo que noto lo avergonzado que estaba, así que se levantó y camino hacia donde yo estaba.

—Hola —Dijo sentándose a mi lado

—¿Cómo estás?

—Bien, puedo decir que tú también lo estás— dijo mirando la silla. —En hora buena, por cierto.

—¿Para qué?

—Estás aquí, afuera. Finalmente, saliste de aquella horrible habitación.

Mi primer pensamiento fue que iba a mencionar la silla, pero no lo hizo. Se refería a mí, a mi situación.

—Bueno, gracias.

Se sentó en el banco y me ayudo a mover la silla para poder enfrentarme a él. No podía creer como nuestros estados de ánimo llegaban a cambiar tanto en unos segundos.

—Escucha, Gyu. Quiero disculparme por mi comportamiento de antes. Sé que estás pasando por un momento difícil y no quería empeorar las cosas para ti.

—No tienes que preocuparte por mí, Soobin. No somos nada.

—¿Nada?— sus palabras me golpearon como una bofetada en la cara— Pensé que estábamos...

Pero entonces me di cuenta de que tenía razón, no éramos nada. Estaba loco si pensaba que tenía una oportunidad con él. ¿Quién querría una persona quebrantada como yo?

—No me malentiendas, no quiero que te acerques a mí porque... Porque puedes despertar una de estas mañanas y no estaré más ahí. Estoy acostumbrado a estar solo, ¿sabes?

—Tenemos que sanar, Beomgyu

—Lo sé.

—La curación puede ser un largo camino. ¿Quieres caminar lo conmigo? ¿O tal vez... Empujar me mientras caminas?

Y luego nos echamos a reír. Por primera vez, estábamos realmente sonriendo.

—Si crees que puedo ayudarte a sanar, estaré a tu lado Soo.

—Estupendo. Yo ya estoy para ti, Gyu.

Camas de hospital ꒰Sᴏᴏɢʏᴜ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora