6| Fantasmas

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Me desperté con el sonido de la puerta cerrándose. Abrí los ojos lo más rápido que pude, tratando de ver quién había entrado en mi habitación. No había nadie ahí, ni siquiera Beomgyu, al parecer los médicos se lo habían llevado, pero ¿Por qué? Desde la noche anterior, cuando ambos aceptamos que éramos monstruos sin decirlo en voz alta, no habíamos hablado de nuevo. Para ser honesto, yo no tenía ganas de hablar con él nunca más, aunque me estaba preocupando por él. Beomguy podía ser muy atrevido, pero seguía viéndose tan frágil que me hacía sentir ansioso, como si tuviera que mantenerme al tanto de él. Tal vez estar atrapado en una cama me estaba volviendo loco, o tal vez era un sentimiento real. Traté de dormir un poco más, pero no pude. Cuando me di por vencido, Jen entró.

—Buenos días, joven Choi— me saludó con un plato grande en sus manos, —Es la hora del desayuno.— Me ayudó a sentarme derecho y acomodó la bandeja por encima de mi cama. Odio decir esto, pero me estaba acostumbrando a comer en la cama.

—¿Cómo has dormido?

—Bien, supongo. Después de lo que pasó anoche solo podría relajarme, ¿verdad?— Todavía me sentía culpable por mi comportamiento de la noche anterior.

—Es normal Soobin, te llevará un tiempo...— me dio una mirada adorable y se dirigió a la puerta.

—¡Jen!—, la detuve.

—¿Si?

—¿Sabes...?—Dudé. —¿Sabes lo que pasó con Beomgyu?

—Bueno, no es un día fácil para él. Su tratamiento inicia hoy y... Es un momento difícil que tiene que atravesar de nuevo.

—¿De nuevo?— Estaba tratando de obtener información de aquel chico sin hablar con él. La peor manera jamás vista.

—SI. Esta no es su primera vez aquí—, Miró a su cama vacía e hizo un gesto doloroso con su cara. Me di cuenta de que había movido el brazo roto un poco, me dolía.

—Entonces, ¿Él ha estado aquí antes?

—Lamentablemente sí. Así que, Por favor, sé amable con él.

¿Cómo podía ser bueno si él parecía odiarme? Lo único que podía hacer era no hablar con él... o mirarlo... o incluso respirar cerca de él, tenía que ser una sombre. Y eso es exactamente lo que iba a ser; una sombra, un fantasma. Yo iba a mantener un ojo en él simplemente ignorándolo, sin molestarlo. Mi presencia parecía alterarlo de una manera que no era capaz de explicar, así que decidí seguir con mi nuevo plan, pretender que ni siquiera existía. iba a darle espacio para que no pudiera sentirse "atacado" bajo ninguna circunstancia. Al final, todavía teníamos que compartir la habitación por un tiempo.

Más tarde, estaba perdido en el camión de mis pensamientos cuando la puerta se abrió. un médico entró y asintió con la cabeza mirándome como un saludo. Asentí de igual forma.

Y allí estaba él, Entró caminando lo más lentamente posible agarrándose del brazo del médico. Su mano se apretaban con fuerza al doctor, pude ver sus venas a través de su piel. Me estremecí.

—Bueno, ahora, déjame ayudarte—, le dijo el médico levantándolo en el aire y colocándolo sobre la cama. Yo sabía que tenía que no mirar y hacer caso omiso de él, pero cuando lo vi de pie junto a mí, me recordó la imagen de un fantasma. Beomgyu recibió algunas instrucciones que yo no entendía, y entonces el médico salió. Estábamos solos, me sentía realmente incómodo ahí por que podía oír sus sollozos. Él lloraba mientras miraba el techo, sus muñecas fueron una vez más conectadas a esas máquinas, dándole un aspecto aun más decaído.

Por primera vez entendí lo afortunado que yo era, estaba en un hospital por no sentir mis piernas, por no sentir ningún dolor en absoluto. Y él estaba ahí conmigo lidiando con todo el dolor que un chico tan joven podría manejar, tal vez más.

Éramos fantasmas en una habitación, pero yo no nací para ser un fantasma, así que hable.

—Perdóname...— No tenía ni idea de como hablarle. —Sé que me vas a maldecir o más probablemente a ignorarme pero— La boca se me secó —¿Puedo hacer algo por ti?

Me miró moviendo la cabeza muy despacio, me di cuenta de que cualquier movimiento le costaba esfuerzo. Sus ojos brillaban a causa de las lágrimas, su pelo caía con gracia a los lados de su cara y su cuerpo estaba tan rígido como el mío. Abrió la boca para contestarme y yo sabía que nada bueno podría suceder a continuación.

—Puedes decirme Beomgyu o Gyu.— Su voz sonaba como un susurro, sin vida. Como un fantasma.

Camas de hospital ꒰Sᴏᴏɢʏᴜ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora