37|Primera vez

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La felicidad a veces puede ser un sentimiento muy extraño. Y ese día fue el ejemplo perfecto porque estaba muy feliz por mi novio pero devastado al mismo tiempo.

Beomgyu finalmente iba a ser dado de alta del hospital esa noche y eso significaba que me quedaría solo.
Habíamos pasado el día juntos, tomados de la mano y abrazándonos todo el tiempo como si estuviéramos por separarnos para siempre.

Él había empacado sus cosas temprano en la mañana para pasar el resto del día sentado conmigo en mi cama.

—¿Estás seguro de que no te olvidas nada?— Le pregunté acariciando su espalda mientras descansaba su costado en mi pecho, los dos acostados en mi cama.

—Estoy seguro. Ya me fijé dos veces—. Suspiró abrazando mi costado más fuerte. Su voz no sonaba tan feliz y yo sabía cuál era la razón.

—Beommie—, lo llamé, haciéndolo levantar la cabeza para mirarme, —Escucha, hoy es un gran día y no quiero que estés triste por mi culpa, cariño.

—Soobin, estoy emocionado por dejar este lugar, de verdad, pero no puedes esperar que esté feliz cuando te dejaré también a tí.

—Pero solo pasará una semana o dos hasta que yo también sea dado de alta.

—Incluso si fuese por una hora, Soo. Quiero decir, me quedaré con tu familia y tú seguirás aquí—. Su voz se convirtió en un susurro y supe que estaba tratando de no llorar.

—Beomgyu, me uniré a ti en unos días, cariño. Podemos hacer esto—. Le aseguré sonriéndole, pero me dolía exactamente como a él. —Solo prométeme que estarás sonriendo en el momento en que salgas del hospital.

—Pero-

—Por favor, cielo—. Lo interrumpí, sin darle la oportunidad de dudar.

Suspiró de nuevo y me mostró una sonrisa forzada. —Lo prometo.

—Perfecto—, le dije, inclinándome un poco para besarlo. —Te amo, Gyu.

—Yo también te amo—. Su sonrisa se agrandó y me sentí aliviado.

Mi novio no solo se iba de este lugar, sino que también se iba a vivir con mi familia. Su hermano no podía invitarlo a vivir con él porque vivía con su propia familia y Beomgyu consideraba que eso ya sería bastante extraño. Sin embargo, Jisung iba a recogerlo esa noche y se había ofrecido a ayudarlo a encontrar un lugar para él. Mientras tanto, Beomgyu se quedaría en la habitación de invitados de mi propia casa.

Obviamente, mi mamá y mi papá tenían todo listo para su llegada y mis hermanos estaban absolutamente emocionados de tenerlo con ellos por un tiempo.

—¡Oh, casi lo olvido!— me dijo de repente levantáandose de la cama. —Le dije a Jen que tomaría un café con ella en el jardín.

—Ella te echará mucho de menos.

—Yo también. De hecho, ya la extraño a ella y a todos los médicos—. Sus ojos se llenaban de lágrimas cada vez que hablaba de irse pero yo siempre trataba de animarlo.

—Sí claro—. Puse los ojos en blanco en broma. —Vete ahora, te llamaré si llega tu hermano.

—Está bien—, me besó en la mejilla y corrió hacia la puerta. —¡Volveré pronto!— gritó cerrando la puerta detrás de él.

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Ni siquiera media hora después, un golpe en mi puerta me hizo voltearme del televisor.

—Hola, Soobidobi—. Jisung me saludó y era obvio que estaba muy feliz.

—Jisung, ¿cómo estás?

Camas de hospital ꒰Sᴏᴏɢʏᴜ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora