Me quedaré

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Jiang Cheng evadió a cuanta persona se le cruzaba, así que tomo la salida trasera del teatro, donde su desgracia se interpuso en forma de Wen Chao.

-Muévete – Rugió sin mucho ánimo.

-Ja, de repente tengo curiosidad – Dio una sonrisa ladina.

- No me importa – Jiang Cheng puso los ojos en blanco.

- ¿Es muy bueno haciendo Photoshop? o ¿ese eres realmente tu? – Preguntó, Jiang Cheng apretó sus puños con ira.

- ¡Eres un imbécil! – Escupió - Por tu bien quema esas malditas imágenes – Lo señalo de forma amenazante.

-No – Sonrió - Solo quiero saber cómo luces – Wen Chao sostuvo la mano del joven y cuando Jiang Cheng se disponía a darle un derechazo, fue detenido por uno de los acompañantes del otro.

- ¿Qué estás haciendo? – Preguntó.

-A Cheng te lo dije, tengo mucha curiosidad, y ya que la primera vez interrumpiste, tú tomaras su puesto – Anunció mientras su mirada parecía oscurecerse.

- ¿De qué... de que hablas? – Formulo sintiendo el pánico en cada silaba.

-Del día tras la librería, sabía que eras tú, esa alarma es la que usa A Qing ¿Qué hacías ahí? No, mejor no respondas, es obvio, porque también te gusta eso, ¿no? No te preocupes, yo puedo darte lo que necesitas.

La cabeza y piel de Jiang Cheng inicio a temblar, nuevamente trato de zafar su cuerpo, pero la fuerza que lo sometía era demasiada.

-Wen Chao, esta broma es demasiado – advirtió, aunque su voz iniciaba a ser inestable.

- ¿Lo crees? Si mi prima viera esto – Jugo con una de las fotografías y un dibujo en posiciones comprometedoras.

- ¿Me amenazas?, no me importa, muéstraselas – Retó.

-Lo mejor será que tenga algo más contundente – Dio otra sonrisa.

Jiang Cheng fue sometido, en cuanto llego el otro que acompañante fue obligado a arrodillarse, su camisa fue rasgada y dejada a un lado, para luego sentir un rodillazo en su columna que lo hizo caer de cara contra el piso, sintió como sus pantalones también fueron arrojados, mientras sus gritos fueron acallados por una corbata, sus ojos fueron nublándose, las lágrimas iniciaban a caer a medida que su cuerpo se paralizaba, el flash lo enceguecía mientras podía sentir como todo era arrebatado y su piel expuesta.

-Suéltenlo – Una voz lejana, una que no supo de donde vino fue lo último que escuchó, su cuerpo fue libre y alguien lo cubrió, su mente dejo de colaborar y simplemente menguo.

- ¿Cómo te siente A Cheng? – La melodiosa voz de su hermana fue lo siguiente que escuchó, parpadeo aturdido, su hermana estaba ahí y reconoció con facilidad su habitación.

-Yo...

-Todo fue una pesadilla, ya acabo – Jiang YanLi acarició el rostro del menor mientras este se recargaba y lloraba, todo se reproducía lentamente en su cabeza.

Pesadilla o no, lo único que supo es que Wen Chao fue retirado del colegio y sus padres no le permitieron salir por cinco días, y pese a las innumerables veces que arrojo una piedra a la ventana de su vecino, esta nunca fue abierta, tampoco hubo una respuesta a lo mucho que chirrió el walkie talkie, un día solo dejo de sonar, estaba sin batería.

Quería hablar con Lan Huan, decirle que viera por sus perros, quería un consuelo, hablar con alguien, ya que en su familia nadie toco el tema sobre ese día, quería pensar que, si era Lan Huan, todo estaría bien, pensar en que todo era una pesadilla como dijo su hermana.

Una perfecta ilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora