2#Color blanco

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Despertó temprano ya que tenía un examen de física a primera hora y realmente no quería desaprobar, además del entrenamiento de la mañana donde ahora su nuevo compañero de equipo le exigía bastante sin siquiera conocerle. 

Antes de salir se acordó de la pastilla, recordó todo lo que ya había pensado en hacer, pero no le entraba del todo la idea de tirarla al inodoro y no sabía por qué, igualmente no lo hizo sólo lo ocultó en su armario lo más adentrado posible, desayuno y se fue a la preparatoria como ya lo había hecho durante años contando la secundaria y los primeros grados. 

Apenas llegar fue saludado por Lev con mucho entusiasmo algo que hizo que Kenma se sintiera un poco abrumado, pero ya estaba acostumbrado así que le respondió como siempre. 

Luego vio a los otros, los que eran nuevos y eran de primero, por alguna razón le entró un miedo muy fuerte con sólo verle al de la otra vez; este no era muy alto... a comparación de Lev, obviamente eran más altos que él y Yaku. Su estatura no era o que le daba miedo, era otra cosa.

Terminando su entrenamiento por la mañana se fue a su clase de física; estaba nervioso por el examen, obvio no lo iba a demostrar, pero dentro de él la ansiedad lo carcomía.

No es su culpa el estar nervioso, él entendía la materia y lo más probable es que saque una calificación bastante alta, pero por culpa de que su madre, que de pequeño le exigía bastante las notas hasta ahora hizo que de poco a poco se vaya autocastigando con el sobre esfuerzo y la dependencia a las calificaciones. 

Dio el examen, insatisfecho por no haber respondido todas, eran 15 ejercicios que tenían que responder en una sola hora, de las cuales... respondió 12, desde el punto de vista de cualquier otro eso es lo mejor, pero no para Kenma él tendría que haber respondido todas las preguntas; estuvo casi todo lo que restaba de clases pensando en la última pregunta, porque él podría haberla respondido sólo que le falló el tiempo. 

Estando en el entrenamiento ya todos cambiados, empezaron los remates... casi todos salieron mal, incluso para Lev con el cual ya se había acostumbrado, sólo que este no estaba siendo su mejor día. 

Al finalizar el entrenamiento pésimo, el tipo acorraló a Kenma, quien estaba escapando exactamente de él. 

-De verdad que eres un imbécil ¿no? - azotó a Kenma contra la pared bastante fuerte por lo que no pudo evitar quejarse de dolor.

-Te dije que neseci- fue cortado porque el otro lo agarró del cabello tirándolo para atrás, ya estaba cansado de que Kenma bajara siempre la mirada y no le viera a los ojos. 

-No me importa, o lo haces bien o te juro que soy capaz de hacer algo drástico y eso no lo quieres... te lo aseguro- lo soltó, pero antes de irse le golpeó con su rodilla el estómago, haciendo que cayera al piso retorciendo de dolor, se puso a su altura y dijo -no es una amenaza... es una promesa-. 

Allí lo dejó, en el piso agarrándose el estómago mientras estaba hecho bolita con su cabello cubriendo toda su cara; habían pasado unos diez minutos aproximadamente donde él no se quería levantar para nada, su cabeza estaba alborotada, todos sus pensamientos se cruzaban.

"Seguro me fue muy mal en el examen..." "que mierda voy a hacer con la pastilla..." "tengo que practicar en los levantamientos..." "lo hará de verdad, el me volverá a golpear... o peor..." "¿Cómo reaccionará mi madre ante mis calificaciones...?" "¿Qué hago con la pastilla...?" "¿De verdad le tengo tanto miedo a alguien que se supone está en mi equipo...?" "Sin duda soy inútil..." "¿que hago con la pastilla...?" "seguro que todos en el quipo están enojados conmigo..." "la pastilla..." "soy inservible..." "la pastilla..." "sólo quiero dormir..." "la pastilla..." "¡maldita pastilla!"

Se levantó con algo de flojera y dificultad por el dolor, pero lo hizo, dirigiéndose directo para su casa; al llegar ya esperaba que su madre no estuviera ya que su madre siempre llega tarde, fue directo a su cuarto sin haber visto que comer para su cena. 

Se encerró en su cuarto con llave, dejando su bolso a un lado y caminando lentamente hasta su armario, buscó la pastilla y la agarró, era una pastilla blanca, algo pequeña haciendo que se pregunte Kenma si realmente funciona de alguna forma; con la pastilla en su mano se sentó en la punta de su cama, viendo solamente la pequeña pastilla con una pregunta rondando en su cabeza una y otra vez. 

"¿Lo hago?" luego se le vino a la mente algo que le dijo Arato... "sí sólo lo hago una vez no hay nada de malo... es sólo curiosidad" se convencía, intentando justificar lo que estaba a punto de hacer.

Puso la pastilla en su lengua y se la tragó, sintiendo como se disolvía bastante rápido en el recorrido de su lengua a su garganta... 

Pasaron unos cuantos minutos, no tantos. Kenma tenía los ojos entrecerrados mirando el techo de su habitación, sus ojos de desenfocaban y enfocaban una y otra vez; su mente estaba completamente despejada, no había pensamiento alguno, no había nada de lo que preocuparse.
Por lo menos no en ese momento, pera la realidad es otra; sólo que en ese momento no estaba consciente de tal realidad dura.

Kenma empezó con unas breves alucinaciones en el techo, luego en sus manos por lo que no paraba de mirarlas, con su boca medio abierta, sus ojos se abrían y cerraban lentamente. 

Tuvo el impulso de pararse aunque casi cae en el acto, pero se sostuvo a un mueble salió al pasillo sosteniéndose de las paredes ya que cuando intentó no sostenerse se chocó contra la pared, ponía sus brazos a ambas paredes ya que iba de un lado a otro hasta que llegó a las gradas, bajó bastante bien hasta que en los últimos tres escalones se resbaló y cayó de espaldas a las anteriores gradas, parecía como si no hubiera sentido dolor alguno ya que sólo empezó a reírse y se quedó ahí varios minutos.

Fijó su vista en el foco de su sala, y empezó a ver como si el foco fuera aumentando de tamaño, fue retrocediendo hasta caer en el sillón atrás de él; se sentía con energía, pero al mismo tiempo mareado y con sueño. Ahora mismo no razonando en nada, su mente no estaba pensando en nada, es como si por fin todo el estrés que maneja desde hace muchos años hubiera desaparecido por completo. 

Se sentía tan... relajado, le estaba encantando esta sensación. Le encantaba sentir que no debía preocuparse de nada, ni de sus notas, el vóley, su madre, de existir... 


Sólo el primer cap va a ser tan largo, los demás van a ser igual de cortos que este:p
En fin, espero les agrade la historia y que comenten todo lo que quieran :3

Alone again... [Kenma Kozume]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora