17#Descubierto

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-Bueno, nos vemos en la siguiente clase- se despidió su profesor, todos comenzaron a salir de el salón, incluido él, que alistaba sus cosas en su mochila, hasta que vio que tenía un mensaje de Yamamoto. 

Era un video junto a un mensaje. Al ver el video, vio de inmediato a Kenma, pero no estaba solo, había alguien delante de él que lo acorralaba contra una pared, vio cómo lo agarraba del cabello y lo tiraba al suelo, quedó horrorizado al ver cómo ese maldito idiota comenzaba a darle patadas consecutivas en el abdomen. 

No tuvo ni siquiera que preguntar a Yamamoto qué era eso, era evidente. Sólo le agradeció por avisarle, y salió de su aula inmediatamente, directo a su dormitorio para dejar sus cosas e ir directo hacia la casa de los Kenma. 

Pero él no sabía que Kenma no estaba en su casa, él estaba más cerca de lo que creia. 

. . .

En cambio en el camino de Kenma, fue directo hacia la habitación del pelinegro. Tocó la puerta, pero nadie le abrió, en cambio sólo escuchó silencio. 

Estaba tan enojado que pateó la puerta, luego se sentó en el piso, apoyando su cuerpo contra la puerta. Puso sus rodillas en el pecho y de esa forma se quedó dormido. 

-Ey... Ey, despierta rubiecito- sintió unos pequeños movimientos en su hombro izquierdo, comenzó a abrir los ojos y vio que ya todo estaba un poco oscuro -¿Hace cuánto estas aquí?- pregunto mientras estaba de cunclillas para estar a su altura. 

-Mm... no lo sé... ¿Tienes pastillas?- preguntó indiscretamente. En la cara del otro ya no había sorpresa, de hecho tenía una mirada que Kenma no supo cómo interpretar. 

-Vamos, entremos- se paró y lo ayudó a levantarse -¿Vienes directo de tu escuela?- preguntó, viendo que traía el uniforme de esta. 

-Si-.

-¿Pasó algo?- al rubio le molestó que estuviera preguntando tanto y que no estuviese dandole su droga. 

-¿Acaso eso te importa?- dijo cortantemente -Mira sólo dame unas jeringas y droga-.

-...Vale- accedió, comenzó a darle las pastillas y a indicarle cómo debía inyectarse y cómo preparar las jeringas -¿Estás seguro de que tú puedes hacerlo solo?- preguntó. 

-Me las puedo arreglar... traigo el dinero de lo que te debía- se lo entregó -...Pero esto no te lo puedo pagar ahora-.

-Está bien, sólo no te vayas acostumbrando- se guardó el dinero detrás de su cama -Bueno, supongo que debes irte-.

-Si... gracias-.

Se fue, con las jeringas en su mochila y las pastillas en los bolsillos de su pantalón. Pero estaba tan desesperado por drogarse que se fue a los baños que estaban en el primer piso del edificio. 

Se encerró en un cubículo se sentó en la tapa del inodoro y sacó las cosas que iba a utilizar, comenzó a prepararlo y lo puso en la jeringa como le indicó. Se hizo un torniquete con su cinturón y mantuvo la jeringa contra sus venas, sin atreverse a hacerlo, pero necesitaba esa droga en su cuerpo. 

Lo hizo, le dolió al sentir la aguja atravesar su piel, pero la satisfacción que sintió cuando introdujo la droga en su cuerpo, no se comparaba con nada. 

Preparó sus cosas y se fue de los baños. Procuró no encontarse con Kuroo por los campos de esa universidad, sin saber que este ya no estaba ahí, sino que estaba en otro lado y sin duda no se imaginaba donde. 

. . .

Tocó la puerta y fue abierto por esa vieja que vivía con el rubiecito. 

-¿Qué se te ofrece?- preguntó apenas verlo, como siempre, siendo una amargada. 

-Vengo a ver a Kenma- respondió.

-Él aun no vuelve, si quieres espéralo en su habitación- y le dio espacio para que entrara. 

-Gracias- y se fue directo a la habitación de Kenma, sin saber lo que vería en tal. 

Entró y vio que ya no había casi nada de ropa tirada por el piso, pero al ver el armario que estaba abierto, vio que en realidad ya no había ropa o por lo menos todo estaba casi vacío. Dudó que él hubiera lavado absolutamente toda su ropa de una. Algo estaba mal, giró su cabeza hacia el escritorio y lo vió. 

Pastillas tiradas por la mesa y dos líneas de polvo blanco... no podía creerlo, pero debía de hacerlo, sabía lo que era eso y eso sí que no podía ignorarlo y ya.

Buscó en donde Kenma guardaba su dinero y estaba completamente vacío, este ya no tenía dinero.

-Joder...Kenma- Inmediatemente supo qué hacer. 

. . .

Ya estaba cerca de su casa, se quitó la chaqueta porque hacía bastante calor. Sabía que su madre no vería su brazo, así que no se preocupó en ocultarlo. 

Entró y no estaba su madre ni en la sala ni en la cocina; entaba en su cuerto, lo sabía porque ella se la pasaba allí ultimamente, así que se fue directo a su cuarto. 

Al entrar vio a Kuroo sentado en su cama, quien volteó a verlo, pero tenía una expresión... rara, Kenma sólo lo pasó de largo, estaba drogado de cualquier manera. 

-¿Qué haces aquí?- preguntó ignorándolo y yendo a guardar su chaqueta. 

-Desde cuándo lo haces?- preguntó yendo directo al grano. 

Kenma se quedó en su lugar, sin saber qué responder, sólo se giro y se miraron directamente a los ojos, pero el rubio no se dio cuenta de que Kuroo estaba prestando atención a cada detalle que veía en su rostro, el cual ya no reconocía. 

Sin saber nada de todo lo que se venía...



Yei, recién vamos en la mitad jejejeje nunca pensé en hacer esta serie más de 20 caps pero bue sigan apoyando :3

Alone again... [Kenma Kozume]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora