21#Disculpas

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Habían pasado cuatro meses desde que no veía a Kenma, tampoco lo contactaba, sabía que podía, pero no creía que fuese correcto hacerlo.

Estaba hablando con Yaku, con quien convivió mucho más después de la ida de su ex-colocador. El pequeño sabía por las desgracias que había pasado Kenma, ya que Kuroo debía desahogarse con alguien.
Cuando de la nada recibió un mensaje de justo en quien estaba pensando. Kenma.

Hola ¿Podemos vernos?
-Kenken

Claro... ¿Qué te parece en la cefetería de siempe?
-Kuro

Vale
-Kenken

Ahí concluyó su conversación, no necesitaban acordar hora, sabía que era en ese momento. Kuroo se fue rápido, despidiendose de Yaku con un "luego te cuento".

Ya estaba llegando cuando vio a una cabellera ya no tan rubia, sentada de frente a él. Lo veía... Bien, estaba bastante bien, ya no estaba pálido o con ojeras. Estaba sacandole foto a lo que parecía su pedido de siempre: pie de manzana. Luego parecía que estaba hablando con alguien por texto, ya que sonreía a su celular. Kuroo tomó valor y se fue acercando.

Kenma levantó la vista y apagó su celular, dejandolo a un lado.

-Hey- dijo como saludo el pelinegro, sin darse cuenta de que tenía una sonrisa de tonto en la cara

-Hey- contestó -¿Te vas a sentar?- dijo al ver que el alto sólo se quedaba parado viendolo.

-Si- se sentó, mientras no paraba de admirar a Kenma, SU Kenma, tan lindo y adorable, tranquilo y sencillo -Bueno... ¿Cómo estás?- fue lo primero que se le ocurrió.

-Mejor, volví hace cinco días. Y al parecer debo volver a la preparatoria... Tenía la esperanza de que me la pudiera saltar- sijo haciendo un puchero. Eso hizo que el corazón de Kuroo desbordara cariño, y le vino a la mente que tenía muchas ganas de besarlo, rápidamente borró eso de su mente, ya que no era el momento de pensar en eso -¿Y tú cómo estás?- preguntó antes de comer un pedaso de su postre.

-Bien, sorprendentemente estoy últimamente más con Yaku- comentó riendo.

-¿Me voy cuatro meses y ya me remplazaste por Yaku?- dijo sonriendo, causando que Kuroo tambien riera.

-Apenas y me soporta- aportó el pelinegro, logrando un momento de calidez, donde ambos sonreían.

Pararon de reir y ambos hablaron algo al mismo tiempo cuando el silencio llegó, pero Kenma le dijo que él hablara primero.

-Kenken, lo siento, debí de haber ido a verte aunque sea una vez, pero me quedé de brazos cruzados porque pensé que eso era lo correcto, y si te soy sincero la verdad aun lo creo- confesó.

-...Está bien... Si te soy sincero, una parte de mí quería que fueras a verme, pero por otra parte sabía que eso estropearía el proceso. Todo fue muy difícil- comentó, sin mirar a los ojos del otro, su mirada estaba estancada en su postre que sólo tenía dos bocados ya comidos -Conocí a una chica en ese lugar e hizo que todo fuera levemente más llevadero- dijo dando una pequeña sonrisa, como si fuera de nostalgia.

Kuroo se puso un poco celoso por la mesión de una chica, pero se maldijo a él mismo por pensaro en eso, despues de todo Kenma le estaba diciendo que le había ayudado, sólo debía de pensar en eso.

-Kuro... Yo lo siento- dijo ahora sí mirandolo a los ojos, con una mirada de presición -no debí haberte tratado como lo hice, fui un completo idiota, no pensaba en lo que decía, estaba cegado por... mi desesperación- concluyó.

-Kenken... lo sé, no tienes por qué disculparte, yo estaré para ti siempre que lo necesites- dijo con mucho cariño absolutamente todo.

-Gracias- sonrió, y aprovechó para cambiar de tema -Creo que voy a volver al club- dijo antes de comer otro pedazo.

Eso alegró mucho a Kuroo, sentía que todo estaba yendo a mejor, todo va a ir para mejor desde ahora en adelante.

-Eso sería genial, chibi-chan ya te extrañaba, incluso me llamó a mi- dijo riendo al recoradar la conversación -No sé ni cómo consiguió mi número-.

-Si, ya hablé con él, no le conté todo, pero lo suficiente para que me entendiera- dijo con una sonrisa al recordar la energía de ese enano -...Gracias- quería continuar y explicarle porqué le estaba agradeciendo, pero con sólo ver la mirada del otro sabía que entendía todo. 

Kuroo no tuvo que decir nada, sólo necesitaban ese silencio que no tenían desde hace mucho, ese silencio que era tan cómodo para ambos. 
Después de un rato siguieron hablando, uno de cómo le iba en la universidad y otro hablaba poco sobre su anterior estadía, pero sí hablaba sobre todo lo que le contaron los chicos del club mientras estuvo ausente. 

Finalmente se despidieron, con un abrazo inevitable. Kuroo se fue sumamente feliz porque este estaba siendo el mejor día de su vida. Por el lado de Kenma tambien estaba siendo un día bueno, pero debía volver a casa y sabía lo que eso significaba. 

-Llegué a casa- advirtió al entrar a su casa de mala muerte. Como siempre no obtuvo respuesta alguna, aunque viera a su madre en la sala viendo su celular. Sólo la ignoró, pero había algo que incomodaba a Kenma, nunca en su vida su madre le había ignorado, talvez no le prestaba suficiente atención, pero jamás lo ignoraba y aunque suene ridículo, él tenía una leve esperanza de que su madre cambiara, aunque sea un poco, despúes de los cuatro meses que pasó en ese lugar. 

Suspiró y se fue a su cuarto, ahí es cuando le llegó una notificación de quien se había olvidado por completo, pero que estaba apunto de retornar en su "nueva" vida. 


Hiii, sé que quieren ver sufrir a Kenma... y eso les daré, byeee

Alone again... [Kenma Kozume]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora