11#Catastrofe

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Pasó rápido la semana, hasta el viernes, del que Kenma estaba impaciente, ya que al día siguiente iría a esa fiesta, la cual olvidaba cuando estaba drogado. Todos los días de esa semana se estuvo drogando, con lo que tenía, intentaba no utilizar mucho para que pudiera utilizarlo después, pero le era imposible, igualmente lo utilizaba casi todo. 

Por estar drogándose, se olvidaba de los trabajos, y no sólo los suyos, sino los de otros, lo que le llevaba a pequeños pleitos con ellos y profesores. Él argumentaba que por el interescolar no tenía tiempo, mentira. Pero los profesores se lo pasaban ya que estaban emocionados porque la preparatoria seguía triunfando igual que el año anterior. 

-¿Kenma estas preparado para el exámen?- preguntó uno de sus compañeros, desesperado por buscar alguien que le pueda ayudar a repasar.

-...¿Qué exámen?- preguntó desconcertado, sintiendo su desesperación surgir de su interior, mostrándose como gastritis nerviosa, odiaba con su alma ese sentimiento.

-El de matemáticas... ¿lo olvidaste?- preguntó bastante sorprendido, al ver el desconcierto del rubio.

No pudo responder, sentía que su garganta se cerraba y no podía respirar, sabía lo que se avecinaba, le estaba a punto de dar un ataque. El corazón le palpitaba fuertemente, y comenzó a sobrepensar. Se fue directo al baño con su bolso. 

Hace unos días que comenzó a llevar su droga incluso a clases, sólo "por si acaso"... pues llegó su momento por la que esperaba. Se metió en un cubículo y rebuscó la pastilla, salió un segundo, agarró agua del lava manos y se la tomó junto con la pastilla. Y listo, en unos segundos la droga comenzó a hacer efecto. Quitando su gastritis nerviosa y todo mal sentir.

Y sin importarle, o más bien, sin pensarlo, salió de ahí para ir a clases, como si nada estuviera pasando. En el camino se encontró a alguien. 

-Kenma-senpai, últimamente no vienes a los entrenamientos ¿por qué?- preguntó Lev. 

No contestó ya que su mente estaba muy lejos de allí. Sólo lo miraba, y se relamía los labios porque los sentía secos. 

-Seeh... estuve- estuvo a punto de decir: "estuve drogándome de una manera increíble..." pero por suerte se detuvo- ocupado, con trabajos... y eso- dijo entre pequeñas risas, por su pensamiento de antes. 

Lev se sorprendió al ver de tal manera tan rara a su armador, viendo que sus ojos estaban rojos y dilatados, sin entender por qué. 

- ¿Estás bien?- preguntó para asegurarse, aunque no sabía si Kenma era siquiera capaz de contestar con certeza. 

- ¿...Mmh? si, si, no te preocupes- se rió, nuevamente -me tengo que ir, byeeeee- sonaba muy raro. Lev no se podía creer que ese fuera Kenma, estaba deplorable, todo sobre su aspecto estaba... mal. Y lo que no podía sacarse de la cabeza eran sus ojos, estaban dilatados y completamente rojos... ese no era el Kenma que conoció. 

. . .

-¿A qué te refieres?- preguntó Tora cuando Lev le fue a contar todo lo que había visto. 

-Que sí, estaba raro, hasta el punto en el que estaba riendo- dijo super sorprendido, causando que el otro igual se sorprenda. 

-Lo tengo que ver con mis propios ojos- y se fue en dirección hacia la clase del rubio. Pero no sabía que Kenma no estaba allí. En ese momento, el rubio estaba metido en un lío, pero muy drogado como para darse cuenta. 

Estaba caminando, luego de encontrarse con Lev, no se dirigía a un lugar en específico, sólo caminaba y caminaba por el pasillo que estaba casi vacío, las personas que lo miraban, tenían caras de sorpresa y confusión, ya que las actitudes al caminar de Kenma eran muy raras. 

-¡Camina bien!- le gritó alguien con quien había chocado. Ese alguien era ese idiota de su club, pero el rubio aún no se había dado cuenta. Luego de la nada sintió un peso sobre sus hombros, el tipo se estaba apoyando en él. 

-Vamos, finge que somos amigos- Kenma sin rechistar, fue a donde sea que le estuviera dirigiendo ese maldito. 

Llegaron a una zona donde no había absolutamente nadie, ninguna alma en pena rondaba por ahí. Kenma fue azotado contra la pared y el otro sólo se quedó delante de él no muy cerca.  

-Hace días que no te veo por el club ¿acaso te di miedo la última vez?- se burló, pero Kenma no contestó, él estaba más centrado en sentir la textura de la pared que estaba detrás de él, con sus manos -¡Hey ¿Me estás prestando atención?!- 

Lo agarró de las mejillas fuertemente, pero Kenma no tuvo reacción alguna. 

-Si quieres que las cosas sean así... por mi bien- lo tiró al piso, algo a lo que estaba ya acostumbrado el rubio, y comenzó a patearlo una y otra vez. Kenma comenzó a reaccionar, se tapó la cara, pero no podía evitar los golpes en su abdomen. 

Después de un rato paró, por fin. Ambos jadeaban, uno por cansancio y el otro por dolor, retorciéndose en el piso ya que sentía que la zona aun le palpitaba. 

-Eres tan miserable, que da gracia- fue lo único que dijo, y se fue. 

Miserable. Desgraciado. Infeliz. Despreciable. Un canalla. Él era todo eso, ese era su mundo, sólo de él, estaba destinado a eso y Kenma ya no iba a desgastar su tiempo intentando salir de eso cuando él siempre iba a ser un maldito miserable. ¿Qué caso tenía seguir intentando?

A lo lejos, alguien había grabado todo eso, y sabía lo que debía hacer. Kenma no se percató de eso, ya no importaba de todas formas, lo único que queda es llegar al fondo... 



Desaparecí lo sé, me olvidé de esto la verdad sjsjjsjs, pero volví, y prometo estar más presente (no confien, pero igual). Sigan leyendo, porfa no me abandonen :'D

Alone again... [Kenma Kozume]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora