19#Caída

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Las reacciones de los mayores fueron de miedo, miedo de si se haría algo él o les haría algo a ellos. 

-K-Kenken baja el cuchillo, yo sé que no quieres hacer nada de esto- Decía el pelinegro acercandose lentamente al rubio, con la esperanza de poder quitarle el cuchillo en mano. 

-Acércate y decúbrelo Kuroo- dijo mientras apuntaba el cuchillo filoso hacia el alto, esperando que se atreviera a tocarlo. 

Kuroo dio un paso al frente y a Kenma le vino un impulso, así que atrajo el cuchilo a su muñeca y sin pensarlo se hizo una tajada profunda a lo largo de su antebrazo. Escuchó un grito de Kuroo y de su madre, pero antes de que el alto pudiese acercarse, Kenma apuntó nuevamente el cuchillo hacia ellos. 

-Aléjate- ordenó, pero Kuroo no detuvo su paso, y Kenma por "protegerse" intentó hacerle daño con el cuchillo, lo único que logró fue darle una cortada en la mano.

Rápidamente Kuroo le quitó el cuchillo a Kenma, lo tiró lejos y le agarró las manos desde atrás. El rubio comenzó a intentar soltarse, pero el pelinegro no pensaba soltarlo, aunque le hiciera daño. 

-Traiga algo para que deje de sangrar- ordenó Kuroo a la señora. 

La señora fue al segundo piso trayendo un pequeño trapo. Con eso tapó la herida y Kuroo la sujetó en su piel, mientras la señora llamaba una ambulancia. 

Kenma sin saber cómo reaccionar, se puso a reir a carcajadas, luego a llorar sin parar de reir. 

-...¿Sabes qué mamá? Absolutamente todo esto es tu culpa, tu me hiciste así de miserable- soltó. 

-Tú decidiste drogarte, yo no te obligué a nada- dijo su madre, logrando que Kenma se enojara más. Enojado con su mamá, con Kuroo por intentar detenerlo, y con él mismo, porque muy en el fondo sabe que es verdad. 

Kuroo veía todo con suma pena, sin saber qué decir, pero sin dejar de intentar salvar a Kenma, como siempre.

Llegó la ambulancia y Kenma ya no ponía recistencia, simplemente se dejó llevar al hospital, porque debían darle algunas puntadas en la herida. Pero en todo momento su mirada estaba perdida, como si hubiera perdido su brillo. 

Siendo doctores obviamente se dieron cuenta de que Kenma se drogaba, ya que había muchos indicios. No era la primera vez que recibían a alguien en ese estado.

Tambien curaron a Kuroo, aunque su herida no necesitaba puntos. No pudo ir con Kenma en la ambulancia, pero él en definitiva iría al hospital a verlo. Su madre sí tuvo que ir con su hijo, debía firmar documentos y toda esa estupidez. 

. . .

Ya de noche en el hospital, sedaron a Kenma ya que se negaba a descansar, pero debía de dormir. Kuroo pasó toda la noche en ese lugar, en cambio la madre, luego de hablar un montón con los doctores se fue a su casa a descansar y volvería en la mañana. 

A la mañana siguiente Kenma despertó y Kuroo aprovechó para entrar y poder hablar, ahora más calmadamente con él.

-Ey- dijo apenas entrar, para demostrar que estaba allí. 

Kenma no contestó, en cambio no apartó su mirada de la ventanilla que tenía cerca de su camilla. Kuroo ya no sabía que más hacer. 

-Mira, yo debo disculparme contigo, yo fui quien te metió en eso de las fiestas, no debería de haberlo hecho- confesó, culpandose por algo que no tenía nada que ver con él. 

-...No te hagas el protagonista de esto. Yo fui quien se quiso drogar- declaró con simpleza. Sin mirarlo, no se atrevía, él quería a Kuroo y en parte se arrepiente de haberle tratado de tal forma la noche anterior, pero por otra parte cree que fue lo mejor, como una forma de tomar una iniciativa para que se alejase y simplemente le deje hundirse y ya sólo morir. Que miserable. 

-...¿Por qué?- quería saber, saber por qué el chico inteligente y simple que conocía, se había desvanecido. 

-¿Cómo lo entenderías?- por fin volteó a verlo, las lágrimas ya corrian por la cara del alto, en cambio Kenma estaba con su expresión de siempre -Estoy mal, estoy trastornado, mi vida es un desastre y no veo forma de seguir como si nada, así que encontré algo para dejar de sentirme como una mierda todo el tiempo. Simple.- Volvió a mirar por la ventana, deseando que el otro se fuera... para siempre. 

-Kenken... hay otras formas, por favor dejame ayudarte- imploraba porque lo dejara quedarse. 

-¿No lo entiendes?- le vio, intentando trasmitirle su cansancio y suplicando para que lo dejara -Yo no quiero buscar una solución... sólo déjame- se echó de costado, con tal de darle la espalda al pelinegro. 

Kuroo se quedó sin palabras, si fuera por él seguiría suplicando, no podía dejar que el chico que más había querido en su vida lo alejara, pero tampoco lo podía obligar a dejar que se quedara. Se fue, no podía hacer nada más, pero debía intentar aunque sea algo más. 

Se quedó en una silla cerca de la habitación de Kenma, y luego de una hora, por fin la vio llegar a la señora Kenma. Decidído se acercó. 

-Señora, buen día ¿Puedo hablar con usted?- la trataba así por educación, pero si fuera por él, ya la estaría tirando al suelo por los cabellos. 

-Claro- aceptó.

-Mire, quiero pedirle por favor que interne a Kozume en un lugar de rehabilitación- dijo, esperando que aceptara. 

-...Yo no creo que sea necesario- dijo, él ya se esperaba esa respuesta. 

-Claro que lo es, Kozume esta decidido a no mejorar, ya me lo dijo. Si el problema es el dinero, yo me encargaré de pagar todo lo que sea necesario, pero usted debe firmar la aceptación, se lo suplico- no quería decir eso último, pero debía de hacerlo para que esa vieja aceptara. 

-...Está bien- Kuroo le agradeció. En parte ella aceptaba porque él dijo que iba a pagar todo y por otra parte, era porque era la segunda vez que le decían eso, los doctores también le habían recomendado eso. 

Kenma no estaba enterado de eso obviamente, pero no podría hacer nada por impedirlo. Finalmente todo podría terminar... o talvez no... ya que en su mente estaba la maldita droga que había dejado en su baño, escondida...



Otro cap más, pero sin duda no estamos cerca de terminar jijiji

Alone again... [Kenma Kozume]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora