6#Preocupación

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Intentó llamar como unas nueve veces seguidas, ninguna era contestadas, le extrañó tal cosa, ya que el rubio nunca dejaba su celular en paz. 

-Sólo porque no te conteste una vez no se va a caer el mundo Kuroo- dijo con ya fastidio Yaku, quien tuvo que soportar varios minutos donde sólo escuchaba al peli negro llamar una y otra vez al armador de Nekoma y sin respuesta de tal.

-No lo entiendes, él no deja nunca su celular y siempre lo tiene en sonido así que, aunque esté dormido ya me hubiera atendido al cuarto o quinto llamado...- se rascaba la cabeza, llamando una vez más a Kenma, para estar seguro.

Cuando nuevamente no recibió respuesta, sin pensarlo agarró su chaqueta y se dispuso a ir, directo a la casa de tal.

- ¿A dónde vas? - le gritó el pequeño, después de todo había ido a su habitación para estar un rato y hablar, descansar de los parciales. Pero el otro sólo se paró, y estaba a punto de irse sin decir nada. 

-Ya vuelvo, esto es importante- y sin esperar respuesta, salió de su cuarto, ya marcando el número de alguien que le podía decir algo, algo fuera de lo normal, o algo más.

- ¡Kuroo! ¿Cómo estas amigo? - una voz muy gritona respondió luego de unos segundos.

-Yamamoto, necesito que me digas si le pasó algo a Kenma hoy- dijo cortante; quería mucho a Yamamoto, pero ya en otro momento le hablaría más tranquilo, este no era ese momento sin duda. 

-Qu-... Kenma no vino hoy- entendió al instante por el tono de voz que puso su anterior capitán que era algo serio, y que no era momento de saludos o bromas. 

- ¿Qué?... ¿Sabes por qué? -.

-No, pero creo que fue por lo que pasó ayer- se medio alarmó al escuchar eso, pero mantuvo la calma. 

- ¿Qué pasó?- preguntó algo serio pero alarmado por dentro.

- ¿Kenma no te contó?- le sorprendía ya que entre ellos dos siempre se contaban todo, le pareció raro -Estábamos entrenado cuando de repente uno de primero le golpeó muy fuertemente con la pelota a Kenma en su cara, se fue directo a su casa, desde ahí que no sé nada de él-. 

-...Vale, gracias Yamamoto- y colgó sin esperar una despedida y empezó a correr hacia la estación de tren para ir directo donde lograría que su desesperación desaparezca.

. . .

La habitación estaba un poco fría, aunque no sabe si realmente era la habitación o el hecho de que estaba tirado en el suelo frio de su habitación; el tiempo que estuvo así era desconocido para él, pero no le importaba.

De hecho, quería quedarse ahí tendido en su piso, sin moverse ni hacer nada, pero alguien no paraba de llamarlo y tocar la puerta de su casa continuamente.

Se hubiera quedado ahí, si no fuera porque no tiene nada de paciencia, se levantó con dificultad ya que le dolían varias partes de su cuerpo. Primero agarró su celular, viendo ya por fin quien era que llamaba. 

Suspiró al ver el nombre, y supo que también era quien estaba tocando la puerta sin descanso. No quería abrirle, no es que no quiera verle, el problema era que quería estar sólo, no quería hablar con nadie, quería que su mente le carcomiera con todo tipo de pensamientos porque es lo que merece. 

Pero, si no contestaba sin duda todo iba a empeorar así que no tuvo de otra. Bajó las gradas lentamente, finalmente llegando a su puerta, dio un suspiro cerrando los ojos y abrió la puerta. 

- ¿Kuro, qué pasa?- su voz sonó ronca, por el hecho de haber gritado hace unas horas atrás, y notó que le dolía bastante al hablar, al parecer esta vez se había excedido. 

-Dios Ken... te ves muy mal, ¿Por qué no me hablaste ayer? O incluso hoy... ¿Pasó algo otra vez con tu mamá? - claramente Kuroo si estaba enterado de la relación que Kenma tenía con su madre; con el tiempo el pelirubio le fue contando algunas cosas, no todo ya que a tal no le gustaba hablar mucho de eso, por varias razones. 

-...Lo de siempre... ya estoy acostumbrado, no pasó gran cosa- evitaba la mirada del alto porque sabía que sólo miraba su morete, su cara seguramente con grandes ojeras, pálido, cara de cansado y seguramente muy despeinado, y por alguna razón le avergonzaba. 

- ¿Puedo saber qué te dijo exactamente?- preguntó con cautelo, no quería sonar grosero (si es que era posible).

-...No es importante, siempre dice lo mismo, que importa- estaba siendo medio cortante, ya que realmente quería estar sólo en ese momento, por eso hasta ese momento no le había ofrecido pasar. 

El instinto de Kuroo fue abrazar al más pequeño, se sentía apenado por él, por lo poco que Kenma dejó que se enterara de su vida, sabe que sufrió bastante, y el hecho de no siempre estar para él le rompía el corazón. 
A tal acto Kenma su cuerpo se tensó y se puso rígido, sin corresponder al abrazo, odiaba eso, le gustaba y al mismo tiempo le ponía incómodo los abrazos. Lo odiaba.

-¿Puedo acompañarte un rato?- preguntó el pelinegro, ya que vio que el rubio no le dejaba entrar, le pareció muy raro eso, pero no era momento de hacer muchas preguntas.

-Ah sí, sí, claro- realmente no lo quería, pero, tendría que dar explicaciones y realmente estaba muy cansado, así que optó por la opción más fácil.

Ambos entraron a la sala, y se sentaron juntos, el rubio era el más tenso y se le notaba, Kuroo no sabía cómo sacar el tema, sabe que Kenma, aunque confíen mucho mutuamente, a veces a Kenma se le hace muy difícil hablar de las cosas, prefiere estar en silencio y pensar todo él sólo. 

- ¿Kenma... por qué no me contaste lo del golpe?- no quería sonar posesivo o algo más, pero algunas veces le era difícil hablar con el más bajo.

-Porque no es nada importante, sólo fue un accidente- seco como siempre. 

-Kenken algo te pasa, y no me refiero sólo al golpe, que no parece nada accidental, ¿Ken me estas ocultando algo? - una forma de que le diga algo siempre fue preguntando todo de frente y directo, porque sino Kenma es capaz de esquivar de alguna forma todo.

-...-


:D me estoy desesperando porque ya se me está acabando la imaginación AAAAA en fin, creo que aun puedo hjkshcj deseenme suerte


Alone again... [Kenma Kozume]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora