23#Llanto

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Publicó la foto sin vacilar, aun con la droga haciendo efecto en su cuerpo. No pensó que iba a obtener una respuesta tan rapida unos pocos minutos después. 

Había vendido su objeto más preciado, con tal de quitarse un peso de encima y obtener más droga. Su Nintento ahora ya no le pertenecía, al igual que ninguno de sus videojuegos, los había vendido todos por completo. Le escribió al sujeto al que le debía, esperando que aun quisiera venderle.

¿Donde mierda estabas?
-Shuji

Me internaron, pero te voy a dar el dinero. ¿Dónde podemos vernos?
-Kozume

Vale, está bien, hay una fiesta esta noche te paso la ubicación y nos vemos allá
-Shuji

Vale
-Kozume

Esa fue toda su conversación, Kenma le mandó su ubicación a la persona que le había comprado la Nintendo y fue ese mismo día, porque él se lo había pedido. Le dio el dinero y ese chico -era más joven que Kenma- se fue muy feliz con su nueva diversión.

Se alistó, sin nada extravagante, y se fue con el dinero a la fiesta, el dinero estaba asegurado en un pequeño bolso que estaba llevando.

Ya en ese lugar vio que estaba abarrotado de personas, tanto por dentro como por fuerta, pero él no se iba a quedar a observar a los de afuera que ya estaban fumando o estaban teniendo sus momentos íntimos con otras personas.

Le mandó un mensaje a Shuji de que ya estaba en el lugar y el otro le indicó que podian encontrarse en la sala, donde seguramente estaba la droga, eso era lo que Kenma esperaba.

-¿De verdad te interanron?- preguntó apenas verse.

-Si, pero no importa, toma- dijo dandole el bolso.

-¿Piensas darme el dinero aquí? Bueno, pero el bolso te lo devuelvo otro día- dijo mientras él se ponía el bolso, el rubio pensaba que iba a contar si el dinero estaba completo, pero realmente no era buena idea contar dinero en una maldita fiesta -Ten, tómate esto- dijo dandole una pastilla esta vez era rosada, no con el mismo color blanquesino de todas las demás drogas que había probado hasta ahora.

Hubiera preguntado qué es, pero estaba tan desesperado por drogarse que no preguntó nada y se puso la pastilla en la boca. Luego Shuji le pasó un muy pequeño vaso lleno de alcohol. Nuevamente se lo tomó sin rechistar.

Se la pasó un buen rato así, tomando todo tipo de cosas que le dieran, ya sea pastillas, tragos e incluso cigarrillos. Se la pasaba sólo con Shuji, pero si alguien más le hablaba, era capaz de mantener una conversación "normal".

Hasta que ya era bastante tarde y la fiesta se puso más intensa, pasó lo que Kenma menos se esperaba.

Estaba drogandose con una línea en la encimera de la cocina, pero de la nada alguien lo agarró del brazo y comenzó a jalarlo fuera de allí, él forcejeaba y se recistía, pero la otra persona no paraba de jalarlo.

Luego de la nada ya no sólo eran ellos forcejeando, sino que otras personas se habían metido, pensando que Kenma estaba siendo brutalmente agredido por un enano que no paraba de gritar que era su amigo.

Kenma estaba muy ebrio y drogado como para ver de quien se trataba. Ni siquiera se dio cuenta de que habían sido separados muy lejos, ya que al otro lo sacaron de la fiesta y al rubio sólo le preguntaron si estaba bien, a lo que él asentía y volvia a donde estaba Shuji.

-¿Ey que fue eso?- le preguntó, arrastrando las palabras, claramente ebrio y drogado, igual que Kenma.

Al rubio ya no le salían las palabras así que sólo negó con la cabeza y se sentó en el sillón, con la cabeza hacia atrás, viendo cómo las luces no paraban de moverse en el techo, mareandolo.

Luego le pasaron un cigarrillo y él nuevamente aceptó, en este punto, ya había olvidado por completo todo su progreso y sólo pensaba en que deseaba que este sentimiento de confort nunca se fuera, pero sabía que no era así, sabía que sólo podía sentirse de esa forma cuando estaba drogado. Él sólo deseaba que esa fiesta nunca se acabara.

Pero las cosas deben llegar a su final. Una hora después de lo que pasó con ese enano, Kenma apenas y podía estar parado, todo le daba vueltas y ya no se encontraba con Shuji.

En ese momento fue cuando, sintiendose desorientado, se estaba dirigiendo a la salida; cuando el frio viento le golpeó de repente a su cuerpo, las nauseas lo inundaron y comenzó a vomitar cerca de un arbusto, no había mezclado tragos, pero al parecer se olvidó de la regla de no salir al frio luego de tomar en un ambiente caliente.

Se sentía muy mal, en ese punto lo único que quería hacer era dormir, pero con la intención de no volver a despertarse.

Cuando se sintió listo para poder volver adentro, intentó moverse sin sostenerse de la pared, pero su equilibrio no era el mejor así que cayó. Se quedó unos segundos sin moverse del frio pasto, cuando unos brazos lo levantaron, pasando un brazo por la cintura de Kenma y sosteniendo su otro brazo por los hombros. No supo qué hacer, no tenía fuerzas y sentía que en cualquier otro momento podría volver a vomitar.

Así que se dejó arrastrar por el extraño hacia un auto pequeño color rojo. Fue subido al asiento de copiloto y cuando el otro se subió al otro lado, por fin se pusieron en marcha.

Quince minutos después, Kenma despertó de su muy pequeña siesta. Y finalmente miró quien estaba conduciendo, no era ni más, ni menos que Kuroo, con una expresión indesifrable para el rubio en ese momento.

-Kuroo- nombró, pero el otro no volteó a verlo por nada -¿Acaso sabes manejar?- bromeó y comezó a reir, la droga le estaba nublando el sentido, sin darse cuenta de que la expresión de Kuroo, era de desepción, miedo, dolor y tristeza.

Tampoco pudo advertir, que el pelinegro sentado a su lado, estaba llorando, porque la culpa nunca se alejó de él.

Estoy en un bloqueo qjjdksjdjs pero creo que me salió bn. Sigan leyendo<3

Alone again... [Kenma Kozume]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora