Llegó la pizza

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Rato después – Oficina de Lena

Lena había decidido que era mejor que ella misma acompañará a Kara hasta el estacionamiento. No porque no confiaba en Jess, sino porque primero que la mujer aún no salía del estupor de ver a la tatuadora desnuda y segundo, y no menos importante, si la pelirroja acompañaba a la rubia, de esa manera podía aprovechar el ascensor para repasar las partes de la boca que amaba de la otra chica y dejar que Kara esculcará su boca como ella quisiera, o podía aprovechar la poca luminosidad del parqueadero de autos para, apoyadas en el camioncito de helados, repasar el contorno del pene de la rubia con sus propias manos y de paso, también podía dejar que Kara se desquitara jugando un rato con sus pechos. En fin, hicieron todo eso y un poco más. Toda la diversión terminó cuando el guardia del estacionamiento encendió el pitido que avisa la entrada de un nuevo auto y la pelirroja le dio el último y profundo beso a su chica para dejarla ir toda rezongona por su erección sin tratar.

La sonrisa que Lena portaba en su rostro a medida que caminaba por el edificio le dio que sospechar a más de uno de sus propios empleados. La pelirroja no sabía si la miraban por eso o por su raro caminar, sea por lo que sea, Lena lo llevaba con orgullo, la sonrisa porque tenía una novia que la hacía enamorarse cada vez más y su caminar, porque para ella era una medalla de honor, no cualquier recibe el exclusivo trato del rarón y vive para contarlo.

- Jes... - Llegó al escritorio de su secretaria.

- ¿Se encuentra bien Señorita Luthor? – La mujer la miraba como una madre preocupada mira a su hijo.

Lena alzó una ceja y contestó – Estoy perfecta Jess, gracias por preoc...

- ¿Está segura? Porque... disculpe si me meto pero... es que... como decirlo... lo que vi es...

es... es... - la preocupación de la mujer no encontraba palabras.

- Jess – la frenó Lena – Estoy muy bien. Agradezco tu preocupación de todas maneras – Tampoco había tanta confianza entre ellas – ¿Terminaste con tus tareas? – le preguntó. - Por supuesto señorita Luthor – le aseguró orgullosa de su propio trabajo – Ya limpie su agenda de hoy como usted me ordenó y todos los asuntos urgentes ya están solucionados – informó.

- Perfecto – dijo Lena – Da el aviso de que todos los empleados tienen el resto del día libre y después de eso puedes retirarte, muchas gracias por todo Jess – le dijo a su empleada - ¿Algún problema? – la mujer se le había quedado mirando como si de su boca escupiera fuego.

Sem soja para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora