En la cita de Alexandra y Samantha
Sammy... Sam... Samantha... - Alexandra llevaba por lo menos quince minutos tratando de que Samantha se bajara del auto, pero no conseguía moverla de donde se había quedado. Apenas llegaron al estacionamiento del restaurante la bailarina se bajó entusiasmada pero cuando vio que Samantha no la seguía, fue hasta la puerta del conductor y la abrió con suavidad. Samantha estaba quieta, mirando fijamente hacia adelante y sus nudillos estaban blancos de la fuerza con que agarraba el manubrio del coche – Sami... me encanta el lugar que elegiste, es mi preferido, vamos – la animó.
Samantha agitó la cabeza en negativa – No puedo Alex, no puedo hacerlo. Lo voy a arruinar y no vas a querer ser ni siquiera mi amiga – le dijo.
Si puedes Sam... vamos – intentó agarrarle la mano pero Samantha la rechazó.
No puedo – volvió a agitar su cabeza – Lo siento, no puedo hacerlo. Prefiero que volvamos a casa y que estés enojada conmigo un par de días pero que después me puedas hablar. Si hacemos esto seguro lo arruino todo y después no me vas a querer ver más y yo no voy a poder soportar eso Alex. Por favor no me obligues a hacerlo, no puedo perderte – dijo todo sin mirarla.
Alex se quedó por unos minutos mirando fijamente a Samantha. Luego suspiró y cerró la puerta del conductor para darle vuelta al auto y así poder volver a su asiento.
Samantha miraba a la pelinegra caminar resignada. Supuso que Alex se había cansado de tratar con ella y llevó una de sus manos al contacto para arrancar el motor del auto justo cuando su acompañante ocupaba el lugar de su derecha.
¿Puedes apagar el motor por favor? – pidió suavemente la castaña.
Pero Alex... yo... pensé que... pensé que nos íbamos a ir y...
Apaga el motor Sam – ordenó esta vez de tal forma que a Samantha no le quedó otra que hacerle caso – Y dame las llaves - agregó.
Samantha giró los ojos e hizo caso. Resignada apoyó su cabeza en el volante luego de soltar un suspiro – Alex yo...
Se que tienes miedo Sammy – afirmó Alexandra interrumpiendo lo que seguramente iba a ser una excusa más del miedo de la chica.
No tengo mied...
Si lo tienes – no dejó lugar a duda – Y tienes que dejar de mentirme, siempre sé cuándo lo haces, te conozco demasiado y no me gusta que lo hagas, me hace sentir tonta – era cierto, nadie la conocía mejor que Alexandra, ni siquiera Lena llegaba a tal punto.
Perdona, nunca quise que te sintieras así – se disculpó sinceramente.
Alex acarició el cabello de Samantha – Lo se. Pero no tienes que avergonzarte de tener miedo, yo... yo también lo tengo – confesó agachado su cabeza y escondiendo la mano de vuelta.
Samantha levantó su rostro de inmediato y la miró sorprendida - ¿Tú tienes miedo? Pero Alex tu nunca tienes miedo – era sabido ya, entre el grupo de amigos, que Alexandra era la más valiente de todos. Nunca le temía a enfrentarse a nada ni a nadie.
Sam... - Alex suspiró y la volvió a enfrentar – Voy a contarte algo y quiero que no te atemorices más por lo que voy a decirte. Al contrario, quiero que lo vea como si yo te estuviera contando algo que solo lo sabe una persona – Samantha iba a preguntar de quién se trataba pero era obvio que Alex hablaba de Lena. De todas formas asintió dándole paso a lo que venía.
Alexandra tomó aire – Yo siempre he estado enamorada de ti Sam – Una declaración de amor no era usual para empezar una primera cita, pero nada en la bailarina lo era, así que para ella estaba bien. Alexandra levantó la mano cuando vio que la boca de Samantha se iba a abrir para decir algo – Déjame hablar por favor – le pidió – Yo siempre he estado esperándote, desde que teníamos quince años y tú me diste nuestro primer beso aquella vez en tu habitación ¿Recuerdas? – Samantha asintió con una sonrisa triste – Desde que hicimos por primera vez el amor, desde que nos mudamos aquí, desde que enfrentaste a Jhon en el estudio de tatuajes. Siempre he estado esperando – reafirmó - Siempre esperaba este momento. El momento donde me dijeras "Alex ¿quieres salir conmigo?" pero nunca pasaba – Samantha agachó la cabeza avergonzada – Siempre que te veía salir noche tras noche con distintas chicas o inclusive chicos era como si el espíritu de mi saliera de mi cuerpo y se fuera conmigo, porque yo me quedaba echa un fantasma prácticamente – contó – Lena me decía que no te esperaba más, que yo valía demasiado, que solo me estabas usando entre otras cosas, pero yo te seguía esperando – afirmó – Te esperaba porque nada es lo mismo sino lo comparto contigo Sam – le dijo sonriente – Porque a lo mejor el corazón me dolía toda la noche cuando te ibas por ahí, pero cuando tú volvías a mis brazos, o cuando al otro día amanecía y me llevabas el desayuno a la cama, mi corazón volvía a latir más fuerte que nunca y eso lo compensaba todo – Alex volvió a alzar la mano para depositarla en la mejilla de Samantha.
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Sem soja para ti
FanfictionUna millonaria inversora llega a New York acompanhada de sua sociedade e sua melhor amiga com o propósito de arrasar com todo e agregar mais logros e milhões a sua vida perfeita e controlada. Que conocer a una persona a cambiar nunca sus pen de form...